domingo, 6 de junio de 2010

Sigourney


A los catorce años, decidió cambiarse el nombre, tras leer "El Gran Gatsby".
Ahora Susan quería llamarse Sigourney; como sucedía en la novela de Scott Fitzgerald, afrontar el futuro significaba reinventarse.
Y, en su caso, ese futuro fue puro brillo.


Tras dos breves apariciones en el cine y una consolidada carrera teatral, Sigourney Weaver era elegida para un personaje originalmente masculino.


Nunca el cambio de sexo ha sido tan oportuno cinematográficamente; gran parte de la genialidad de "Alien" reside en el nada ortodoxo físico de la Weaver.
La Teniente Ripley, superviviente de una galaxia decididamente devoradora, supuso un golpe de suerte inmediato para Sigourney Weaver y la convirtió en una actriz inmensamente popular.
Con el tiempo, los seguidores de la saga "Alien" la aclamarían como "reina de la ciencia ficción".


Pero Sigourney ha sido más que cualquier etiqueta.
De presencia imponente y belleza extraña, la Weaver es el emblema de la súper mujer, un icono femenino y feminista de gran potencia escénica, que apareció en el momento indicado.


En los ochenta, se hizo estrella y participó en una sucesión de buenos éxitos.


Estuvo exquisita en "El Año que Vivimos Peligrosamente", abrió una pavorosa nevera en "Cazafantasmas" y alcanzó la gloria interpretativa al sumergirse en la mente magníficamente obsesiva de Dian Fossey para "Gorilas en la Niebla".


Su condición de mujer de ovarios de acero encontró una graciosa parodia en "Armas de Mujer", querido cuento de hadas de la época de las hombreras, donde Sigourney estuvo sensacional como la jefa zorra de Melanie Griffith.


Para la tercera parte de "Alien", se rapó al cero, ofreciendo una imagen inaudita en una estrella de Hollywood.


Dejaba claro que jamás le tuvo miedo a nada, porque la Weaver ha sido Ripley dentro y fuera de la pantalla.


El tiempo ha restado excitación en torno a su figura, pero, a la vez, ha potenciado su indiscutible talento como actriz.
Hasta en los peores empeños, Sigourney sigue manteniendo distinción y, a veces, regala momentos tan formidables como aquella cínica Janey Carver de "La Tormenta de Hielo".


El año pasado, quitaba el hipo como madre fanática en la Tv-movie "Prayers for Bobby", mientras se ponía a las órdenes de un viejo conocido suyo, de nombre James Cameron, veintitrés años después de "Aliens".
Como la Doctora Grace Augustine de "Avatar", Sigourney Weaver ha vuelto inesperadamente al territorio de las superproducciones que revientan taquillas.


La Weaver conoce muy bien esas superproducciones. Si nos ponemos poéticos, se diría que fue ella quien las inventó.

4 comentarios:

Athena dijo...

La nariz más perfecta de Hollywood y una mujer que mejora con los años. ¿Qué me dice de "Las seductoras"? Gana a la hija por goleada. Yo firmo por estar como ella a su edad.

Anónimo dijo...

Maravillosa, en todas sus encarnaciones.

Lee Van Cleef dijo...

La amo. Y Sigourney es el nombre más cool del mundo.

=)

Champy dijo...

Uno de esos nombres por los que a uno se olvida de naciones e ideologías. Mujer de Respeto.

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