lunes, 27 de abril de 2009

La Década Actual es...


- La era friki y escapista, que reivindica las imágenes de la infancia, el coleccionismo, la frivolidad y el placer culpable.
- El futuro prometido.
- El maravilloso mundo de Brangelina.


- ¿La década cero? ¿La década 2000? ¿Sin nombre consensuado?
- Pasos de gigante para la globalización.


- Internet, rey del cotarro y contradicción del sistema.
- Manhattan es violada en directo: el World Trade Center cae...


- .... y George W. Bush se lanza a Oriente Medio con sed de venganza y petróleo.
- El teléfono móvil, otrora ejemplo de snobismo y objeto de burlas, se consagra como elemento imprescindible de la vida cotidiana.


- Las series de la HBO.
- Bree Van de Kamp.


- El euro.
- El fuego de la estación madrileña de Atocha.
- Los reality shows y los programas del corazón. Ser famoso nunca fue tan fácil ni tan efímero.


- La fe del bótox y el Photoshop.
- Penélope en Hollywood.
- La soga alrededor del cuello de Saddam Hussein.


- Ipod y MP3.
- Tsunami y Katrina: el clima se escapa del manicomio.


- Amar a Hugh Jackman.
- El DVD termina con veinte años de hegemonía del VHS.


- El blog de "Josito Montez".
- Una generación perdida en su propio aislamiento se engancha a "Lost", síntesis del posmodernismo televisivo.


- Una bonita crisis mundial como colofón.
- Bah, que se acabe ya.

domingo, 26 de abril de 2009

Candice


¿Cómo se construye una mujer con mayúsculas? Quizá Candice Bergen tenga la respuesta.
Fue niña de Hollywood, gran belleza de los sesenta, luchadora concienciada, inquieta viajera, emblema feminista y actriz cautivadora.
Y, al final, América la terminó por consagrar como icono, cuando su estilo quiso contaminar también la pequeña pantalla.


La hija del famoso ventrílocuo Edgar Bergen, Candice creció entre los algodones espinosos del show-business. Enseguida, su hermosura levantó la admiración de propios y extraños e inició su carrera como modelo.
A mediados de los sesenta, Sidney Lumet la elegía como parte del reparto de "El Grupo", drama pionero en el tratamiento del lesbianismo.


Muy pronto Candice se convertía en una de las caras emblema de aquellos atribulados sixties.
Títulos tan discutidos como "Soldado Azul", "Conocimiento Carnal" o "Getting Straight" contaron con el protagonismo de Candice.


El interés de la Bergen por la fotografía la llevó a recorrer el mundo y ofrecer reportajes a "Life" y "Esquire".


La calidad de sus películas decreció pronto, pero aún quedaba mucha Candice.
A finales de los setenta, la nominaban al Oscar por "Starting Over" y se casaba con el director de cine francés Louis Malle.


Y, como gran favorita para los que adoramos a la Bergen, ahí estaba su oportunista escritora de best-sellers, amiga y rival de Jacqueline Bissett en "Ricas y Famosas".


Sin embargo, el público no se entregó incondicionalmente a Candice hasta que decidió llamarse "Murphy Brown".


Estrenada en 1988, esta exitosa sitcom se mantuvo en antena durante diez años.
Y Candice Bergen era una de las primeras estrellas de Hollywood en transitar a la televisión, sin complejos y por propia voluntad.


Murphy Brown, la luchadora reportera televisiva, ex alcohólica, inasequible al desaliento, representaba a toda la nueva generación de mujeres trabajadoras, que querían conjugar ambición profesional con femineidad de una vez por todas.
Evidentemente, Candice y su Murphy se convirtieron en todo un fenómeno sociológico.


Cuando Murphy decidió tener un hijo en soledad, la serie recibió la atención del vicepresidente Dan Quayle, que criticó la apología que se hacía de la madre soltera y de la supuesta decadencia de los valores familiares.


"Murphy Brown" no sólo siguió adelante, sin mirar atrás, sino que dedicó un episodio para mofarse del señor Quayle.


Tras semejante éxito, Candice Bergen es una figura indiscutible. Con la tranquilidad de las grandes, sigue apareciendo esporádicamente en cine y televisión.


Las nuevas generaciones la han redescubierto como Enid Flick en "Sex and the City" ("Si no es Vogue para Enid, no es Vogue") y, sobre todo, como la poderosa abogada Shirley Schmidt en "Boston Legal".


Adoramos a Candice Bergen por encima de todas las cosas.

sábado, 25 de abril de 2009

Madres, Diamantes y Sarah Jane


El melodrama capital cumple cincuenta años.


"Dejadme pasar... Es mi madre, le digo que es mi madre... No fue mi intención. Mamá, ¿me oyes? Lo siento. Te quería, claro que te quería... Miss Lora, yo maté a mi madre... Yo quería volver a casa. No sabe cuánto quería volver a casa".


Sarah Jane (Susan Kohner) llora de arrepentimiento en "Imitación a la Vida" (1959)


"Me lo has dado todo... menos a ti misma. Oh, mamá , ¡deja de actuar por una vez en la vida!"


Susie (Sandra Dee) reprocha a su madre, Lora (Lana Turner), años de desmesurada ambición y traumática ausencia.

viernes, 24 de abril de 2009

Prostitución


Llamado el oficio más viejo del mundo, quintaesencia de la objetificación machista de los cuerpos de su apetencia, los escenarios de la prostitución son vastos y de límites difusos.
Venderse para satisfacer deseos ajenos abarca desde la triste mujer de la calle hasta los que cambian el alma por un chalé con piscina.


La puta, la hija de Babilonia, la sombra de la calle, la mujer del puerto, el descanso del guerrero, el instrumento dorado de la iniciación sexual en épocas de represión.
Siempre fue vista con suspicacia y vivió perseguida por la buena sociedad, pero, a la vez, era necesitada y buscada.


La anteponían a la señora, que se guardaba los ardores debajo de la mesa de esa cocina a la que estaba atada de por vida.
Pero los hombres añoraban que sus señoras se comportasen en la cama como aquellas prostitutas que hacían lo que ellos querían.


He ahí la contradicción y la profunda hipocresía: una mujer liberada sólo podía ser una ramera, a los ojos de los mismos hombres que soñaban con desatar los corsés psicológicos de sus esposas.
El equívoco de Travis en "Taxi Driver" es sintomático de esta situación. Trata a Betsy como una puta, y a Iris como una señorita.


Puta sigue siendo el insulto favorito para desprestigiar a una mujer y ponerle la bota encima.
El término también se aplica, más o menos humorosamente, a quien folla más de la cuenta y a quien se presta a la sumisión sexual por su propia voluntad.


Hollywood ha retratado a las prostitutas como Cenicientas dispuestas a abandonar su profesión y redimirse en el momento que llegue el hombre adecuado.
En su lista de meretrices predilectas, se encuentra la trágica Margarita Gautier, que muere en la decadencia de su irreversible indignidad, y la alegre Pretty Woman, que encuentra el final feliz propio de las ingenuas.


Entre las vívidas imágenes del cine italiano, Fellini presentó a las más boyantes rameras de la Historia del Cine.
Son retratos enraizados en esa tradición literaria que observa a la puta como una mujer rotunda y una protopsicóloga más grande que la vida.


La prostituta como fuerza de la Naturaleza se encuentra también en la inolvidable Pilar Ternera de "Cien Años de Soledad", responsable del despertar sexual de media estirpe de los Buendía.


La vertiente deshonrosa de la prostitución sirve como todo un resorte dramático. Así, los hermanos Trask descubrían que su madre estaba viva y regentaba un burdel en "Al Este del Edén".
Revelar el pasado de una señora de limpia apariencia asegura el estupor y el escándalo en los tribunales de las series de televisión.


La prostitución como oficio es un asunto de intensa controversia. Unos piden su regularización; otros apuntan a su carácter de lacra social, que perpetúa la explotación integral del Tercer Mundo y coloca en el disparadero criminal a seres potencialmente indefensos.


En cualquier caso, prostituirse es un camino tan fácil como peligroso. La Jennifer Connelly de "Réquiem por un Sueño" es todo un ejemplo disuasorio.
Hay cosas con las que no se juegan, y territorios donde es preferible no aventurarse.

jueves, 23 de abril de 2009

Ashton Kutcher


Si tiene tiempo libre, Ashton Kutcher podría visitar este blog el próximo lunes y leer el artículo sobre la década actual que se publicará en "Puntos Suspensivos".
Sin duda, Ashton, buen producto de su época, se sentirá muy identificado.


Como buena celebridad del siglo XXI, los méritos de Ashton para hacerse personalidad intrigante escapan a cualquier lógica racional.
Porque nada en Kutcher es extraordinario, pero, ¿qué más da? Lo que decide la fama en nuestros tiempos son, ante todo, las ganas.


Friki de Internet, nostálgico de épocas nunca vividas, protagonista de películas malas y conocedor de que la dieta esencial de los actores contemporáneos se compone, sobre todo, de televisión; Ashton es la construcción perfecta de la década actual.


Su mujer, Demi Moore, quince años mayor que él, representa la antesala de este escenario. En los noventa, con polémica y silicona, se edificaba una celebridad consistente.


Ahora sólo con cuatro chorradas cibernéticas y hacer el ganso en la MTV, la notoriedad está más que asegurada.


Pero hay una cosa que se mantiene impertérrita y es la imagen como coordenada esencial. Pose molona, cambiantes cortes de pelo y estilo ecléctico: las estrellas siempre serán portada y trabajan para seguir siéndolo.
Y, por nuestra parte, hemos traído a Ashton Kutcher a "El Día del Maromo" por su imagen; es decir, por tío bueno.
Pasarán los años, pero nuestros ojos siempre serán niños caprichosos.

lunes, 20 de abril de 2009

La Década de los Noventa es...


- La era de la celebridad. Todos quieren ser famosos. Todos pueden serlo.
- Una década más seria y elegante que su precedente, pero vacía de ideas, recapitulativa y algo descafeinada.
- El abrigo de Monica Lewinsky.
- Las top models.


- El esplendor del ecologismo y el neohippismo.
- Los Calvin Klein de Marky Mark.
- Vivir en Melrose Place.


- Woody Allen, Mia Farrow y Soon Yi.
- La banda sonora de "El Guardaespaldas".


- ¿Quién mató a Laura Palmer?
- Vida y muerte de Lady Di.
- Oh, Winona.


- El Compact Disc y la silicona.
- La fundación del festival de Sundance relanza el cine independiente americano.


- La Guerra del Golfo Pérsico se convierte en la primera contienda bélica televisada.
- El thriller erótico, los telefilms y las películas de Kenneth Branagh.
- Beavis y Butt-Head, Mulder y Scully, Rachel y Ross.


- La caída del bloque soviético presenta su más pavoroso episodio en la Antigua Yugoslavia.
- La oveja Dolly.
- El suicidio de Kurt Cobain y el grunge.


- La homosexualidad y las mujeres en el poder: dos tareas pendientes que Occidente empieza a superar.
- Hardcore y éxtasis.
- Demi embarazada.


- La informática cumple sus promesas y permite el acceso a Internet desde los hogares.
- Los Simpson...


- ... y el juicio de O.J. Simpson.
- Hollywood, más anémico que nunca, ofrece posmodernismo, reciclado qualité y superproducción. Tres variables que se conjugan en su gran éxito fin de siglo: "Titanic".


- Bah, derechos al iceberg.