viernes, 11 de junio de 2010

Alan's Beauty


Admira lo retorcido, detecta los lados oscuros y vive fascinado por la dama de la guadaña.
Alan Ball disecciona la sociedad norteamericana y extrae esplendor dramático de sus miserias, sus represiones y sus más viscerales temores.
Desde el primer momento, ha pretendido contar su país y ha terminado por contarnos a todos.


Sus títulos encantan y seducen a un tiempo. Es especialmente grande en televisión, centro de gravitación y lugar de origen.
A mediados de los noventa, "Grace Under Fire" y "Cybill" eran campo de trabajo, hasta que conseguía vender un guión cinematográfico enteramente personal.


Se trataba de "American Beauty", revisión del espíritu de "Lolita" y la más salvaje radiografía de la frustración existencial yanqui que se había visto en mucho tiempo.


Dirigida por Sam Mendes, "American Beauty" ganó cinco Oscars en 2000.
Ball, un perfecto desconocido en Hollywood, recibía la estatuilla por su guión, que lo consagró como el privilegiado listillo que ha sido siempre.


En "American Beauty", quedaron esbozadas muchas de las obsesiones que sobrevuelan los títulos de Alan Ball.


Así, la violencia social, íntima y psicosexual caracteriza a unos seres incapaces de expresar las emociones, de superar el miedo a sus vecinos y de materializar los deseos más íntimos.


La falsa felicidad del barrio residencial quedó estilizada y puesta a punto para el nuevo milenio con "American Beauty", película en la que se han mirado muchos títulos posteriores.
El más exitoso de sus hijos putativos ha sido, por supuesto, "Mujeres Desesperadas".


Con el Oscar en la mano, Alan Ball se dejaba seducir por la más arriesgada de las cadenas televisivas, que le daba carta blanca.
En 2001, la HBO estrenaba la que se convertiría en una de las grandes series de todos los tiempos.


"Six Feet Under" se edificaba como ambiciosa ilustración de todas las respuestas emocionales del ser humano ante la idea de la Muerte.
La idea de la serie nacía de un trauma personal; siendo un niño, Alan vio morir a su hermana en un accidente de coche.
La saga de los Fisher también recoge otras preocupaciones básicas de Alan Ball: las disputas familiares, la vivencia de la homosexualidad, la experimentación con las drogas y el miedo al futuro.


Con "Six Feet Under", Alan Ball se estrenaba detrás de las cámaras, al dirigir algunos de los episodios claves de la serie.


Su esperado salto a la dirección cinematográfica se topaba con una tibia reacción de la crítica y una difusión limitada al circuito independiente, que la hizo pasar sin pena ni gloria.


"Towelhead" (Nothing Is Perfect) adaptaba una novela de Alicia Erian, sobre una chica árabe-americana de 13 años, obsesionada con el sexo y enfrentada al racismo de su entorno, en pleno estallido de la Guerra del Golfo.


Alan Ball insistía así en su querencia por remozar la "Lolita" nabokoviana, trasladándola al suburb del cambio de siglo.
No obstante, la opinión mayoritaria consideró que el señor Ball contaba mejor su universo en la HBO.


De esa manera, volvía a la cadena que le debe gran parte de su gloria.
El resultado fue tan inesperado que dejó estupefactos a muchos seguidores de Alan Ball.


Si se mira superficialmente, "True Blood" no tiene que ver con nada de lo que ha hecho anteriormente.
Si se observa con detenimiento y se posee un poco de intuición, se comprobará que es consecuencia lógica de la temática y el estilo de su obra.


Porque Alan Ball siempre ha sido excesivo, truculento, mortuorio, absorbente y sencillamente genial.


Además de todo eso, el señor Ball es abiertamente gay y tiene un exquisito gusto por los hombres.


Ya lo intuimos con aquellos Peter Krause y Mathew St. Patrick de "Six Feet Under", y el asunto de Bon Temps, bien ilustrado ayer, lo ha ratificado.


Mañana, como no podía ser menos, "True Blood" viene a 'Tv Premium'.

5 comentarios:

María Florencia dijo...

Fantástica entrada, no has dejado mucho por decir :)
Por suerte, aún nos queda True Blood!!!

PD: cada vez que leo algo sobre Six Feet Under tengo ganas de verla otra vez...

alguien dijo...

Alan Ball es el puto amo. Yo también lo sigo desde American beauty, y desde luego nunca me deja frío.

Josito Montez dijo...

Pues sí, está todo dicho. Alan Ball for President!!

vertigo dijo...

Yo quiero que me adopte, lo tengo clarísimo. xD
American Beauty y Six Feet Under. ¿Se puede pedirle más?

Un genio.

Alejandro A dijo...

no puedo estar más de acuerdo, es un maestro para los guiones, ha hecho la mejor serie de todos los tiempos y eso no se lo discute nadie