jueves, 31 de diciembre de 2009

Alexander Skarsgård, Maromo del Año


Fue nuestro hombre back to work, nuestro arranque de temporada. En poco más de tres meses, lo declaro Maromo del Año.


Todos los ojos están puestos en el hijo de Stellan Skarsgård y todos comentan lo guapísimo que es, lo altísimo que resulta y las ganas que tenemos de pasar la eternidad a su lado.


La culpa la tiene un personaje.
Eric Northman, ese vampiro que es de los malos y no quisiera volverse bueno, es sensación del 2009 por derecho propio, dentro de esa "True Blood" apasionante.


En la elección del Maromo del Año más reñida y votada de todas, la medalla de plata va para James Franco, que ha luchado como un auténtico jabato.
El bronce es propiedad de Henry Cavill.


Los tres nos alegran el día, nos hacen suspirar y tienen el mundo en sus manos. Pero la ocasión la pintan sueca. Gana Alexander.



Esta noche, fiesta. Mañana, los Premios Montez de la Televisión. Y, para todos, ¡Feliz Año Skarsgård!

miércoles, 30 de diciembre de 2009

1939


El mundo dejó de buscar a Amelia Earhart, la aviadora que desapareció en el Pacífico. Tras tres años, la dieron por perdida.
Dorothy, atrapada en Oz, detenía su marcha. Sus fuerzas la vencían, contaminada por un olor extraño, seducida por un sueño mortífero. El campo de amapolas era la cama elegida para su sopor.


Se perdieron las esperanzas y ya no quedaban energías. La guerra iba a volver y nadie lo podía evitar.


La trastienda había sido España.
Creyéndose águila imperial, Franco entraba en Barcelona, con la velocidad que la victoria imprime a los canallas.


Madrid cayó en sus manos, y España entera debía levantar el brazo si quería vivir durante los siguientes cuarenta años.


Pero Occidente había olvidado a España y se concentraba especialmente en las fechorías de aquel señor que gritaba delante del Reichstag, rompía acuerdos de paz y marchaba al Este.


Los perdedores de la anterior guerra vivían envenenados de venganza, dispuestos a tomar lo que creían suyo y provocando para librar un desquite.



En septiembre, lo consiguieron y los aliados le declararon la guerra al eje fascista.
Los de Hitler entraban en Varsovia, arrasando y buscando arcas.


En Chequia, protestaron los universitarios. Como respuesta, los alemanes mataron a nueve y enviaron a más de mil a los campos de concentración.
No está de más repetirlo: los nazis eran, simplemente, el Horror.


Estados Unidos miró para otro lado y se declaró neutral, quizá por su estado depresivo, tal vez por su infinito egoísmo.


Steinbeck publicaba "Las Uvas de la Ira", la novela emblemática de aquella arruinada sociedad rural norteamericana, sumida en la miseria, perdida en carreteras, desamparada en las ciudades.


Y refugiada en los cines. Hollywood puso toda la carne en el asador y, en 1939, definió su estilo para siempre: sentimental, glamouroso y lleno de misterio y emoción.


John viajaba en la diligencia, James confiaba en las bondades del Capitolio, Greta reía, Bette hacía llorar y, por supuesto, Vivien era Escarlata.


Los yanquis no habían quemado Tara, pero mamá había muerto y papá se había vuelto loco. No quedaba nada.
Pero Escarlata encontraba la fuerza necesaria y juraba que nunca volvería a pasar hambre.


El público no sabía bien qué pensar de una mujer tan poco ortodoxa como la O'Hara, pero nadie se perdió su emocionante historia.
Al fin y al cabo, ella representaba a todas las generaciones marcadas por el éxodo y la guerra.


En la radio, arco iris y luz de luna. Triunfaban "Over the Rainbow" y "Moonlight Serenade", cautivadoras melodías que prometían el sueño de una existencia decididamente mejor.


Hace setenta años, se nacía en un mundo patas arriba y sólo Ninotchka tenía el don de la risa. Había que enderezarlo, costara lo que costara.


Llegó Glinda y la nevada acabó con todas las amapolas de muerte. Dorothy despertó y supo que debía seguir luchando para volver a casa.

lunes, 28 de diciembre de 2009

El Año 2009 es...


- Po-po-po-po-poker Face.
- El que será recordado por no ser precisamente el mejor año de mi vida.
- No work today, keep going.


- Soledad y buenas fiestas, big city's way.
- Leí a Roberto Bolaño.


- Se acabó "ER".
- Descubrí "Carnivàle", "Cold Case" y la historia de las mujeres de Grey Gardens.


- Busqué el amor. Unos me contaron mentiras. A otros, les puse excusas.
- Me mudé de casa.
- Dejé de fumar.
- Viví otra pesadilla kafkiana con Telefónica.


- Me reconcilié con Almodóvar y me alegré sinceramente por Penélope.
- Quise a Jennifer Aniston.
- Bodas con Henry Cavill, Tim DeKay y Ben Cohen.
- Soñé secretamente con ser una estrella del porno.


- Aposté por el Spotify.
- Me reconcilié con el país de Rumanía.
- Devlin, al teléfono.


- Me puse triste, pero no me sentí culpable. Metí la pata, pero decidí perdonarme.
- Pensé qué hacer con mi futuro y no se me ocurrió nada.


- Supongo que me hice mayor, aunque quizá siga siendo el mismo.
- Nos encontramos en Facebook.


- No estuvo tan mal.
- Y el blog, un año más, un año mejor. Si hay alguna alegría segura para mí, es continuar escribiendo este blog, compartir con vosotros tantísimas cosas, descubrir nuevas amistades y reafirmar las antiguas. A todos, sin excepción, a los que comentan y a los que sólo leen, a los que me dedican los mejores piropos y a los que ya se han convertido en mis amigos. Muchísimas gracias y muy Feliz Año Nuevo. Os quiero.


- Bah, en el próximo año, a rebelarse y a revelarse.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Ava


Enamoró a todos los hombres, recorrió el mundo y las cámaras de Hollywood se dejaron hipnotizar por su rostro, mimándolo como a ningún otro.


Pero pocos se tomaron en serio a Ava Gardner como actriz. Y ser bella tampoco significó vivir libre del desamor, de la mala salud y de los efectos perniciosos de la vejez.


En cualquier caso, su estilo y su innato sentido del humor siempre fueron su mejor tabla de salvación.
Como casi ninguna otra guapa, Ava sobrevivió a sí misma con mucho garbo.


Icono cinematográfico de muchísimo calibre, la Gardner comenzó en la Metro en pequeños papeles, hasta que llegó la película que la hizo estrella.


"Forajidos" (The Killers) presentaba a Ava Gardner como una espectacular femme fatale, que conquistaba con delicadas facciones y mirada de vicio.


Esa imagen estaba en la retina de Hedda Hooper y Louella Parsons, las brujas cotillas de Hollywood. Y, así, se cebaron con ella cuando Frank Sinatra dejó a su mujer y se casó con Ava.


Frank y Ava como pareja eran la bomba. Ella misma contó que se entendían perfectamente en la cama, pero los problemas empezaban en el camino al bidé.


Ninguno de los dos superó jamás el fracaso de su matrimonio y siempre aseguraron que, en esa relación apasionante y tempestuosa, encontraron el amor de sus vidas.
Sinatra y la Gardner siguieron siendo amigos hasta la muerte de ella.


La imagen de mujer fatal y su belleza carnal condenaron a Ava Gardner a ser un bonito florero de Hollywood, pero tuvo buenas ocasiones para demostrar un talento y una sensibilidad irreprochables.


Por "Mogambo", hasta la nominaron al Oscar, y estuvo espléndida cuando se puso al servicio de directores como George Cukor o John Huston.


Su necesidad de olvidar a Sinatra y su gusto por los hombres un tanto machistas la trajo a España.


Fue amante de torero y fiestera de cuidado, dejando tras de sí excesos, corazones rotos y la simple y pura leyenda.


Conocerla era amarla. Lo dicho: guapa entre guapas.