miércoles, 16 de noviembre de 2011

Las Forasteras del Western


Las secuencias del western relataban la acción de los pistoleros, la epopeya de las cabalgadas, la vida de los que pregonaban la ley y la existencia de los que huían de ella.
El western rebuscó en la Historia norteamericana para construir su imaginería; muy pronto, se hizo género del cine clásico hollywoodiense.


Al final, fue ese universo escapista, donde héroes y villanos se perseguían y encontraban, según bendecidos clichés y sin intenciones documentales.


Westerns hay muchos, algunos magistrales, pero todos responden a las expectativas de su público preferido.
Que fueran extravagantes, oníricos o incluso afeminados se consideraba como una anomalía en un género hecho y diseñado para hombres.


Los machos de la pantalla fueron las grandes estrellas del western. ¿Ellas? O aquellas damiselas de sombrilla, o las soterradas prostitutas.
En muy pocas películas, sobresaldría la historia de las más enérgicas pioneras; títulos como "Las Furias" o las adaptaciones de las novelitas de Edna Ferber.


Para westerns realmente inclasificables, desatados y con fuertes personajes femeninos, hoy destacaremos tres títulos: "Duelo Al Sol", "Rancho Notorious" y "Johnny Guitar".
Sería en "Duelo Al Sol" cuando el Oeste quiso disfrazarse repentinamente de melodrama operístico.
Se contó con colores insólitos, sin ninguna intención de realismo ni equilibrio.


Enésima obsesión del productor David O. Selznick, "Duelo Al Sol" es una película tan compuesta e híbrida, que sus mismas pretensiones aseguran la fascinación.


Ofrece la misma temática que otros títulos del western: el choque racial y el encuentro entre lo ancestral y lo moderno.
En esta ocasión, el morbo, la sexualidad y una protagonista femenina se hacían primera línea estilística.


Pearl Chávez, la mestiza llegada al rancho de unos primos blancos, será el detonante del drama y su principal víctima.
Todos la llaman basura por sus dudosos orígenes; ella se dejará atraer por esa oscuridad cuando se enamora del malvado Lewton.
Éste incorporado por un guapísimo, raramente villanesco Gregory Peck.


Responsable de películas tan alocadas como "Aleluya", "El Manantial" o "Ruby Gentry", el director King Vidor desató una paleta de miradas tensas y colores pasionales, que casan a la perfección con la lubricidad majadera de la historia.


La histriónica, absurda interpretación de Jennifer Jones se opone a la delicadeza de Lillian Gish.


Sus personajes son dos mundos distintos: la agitada milleches y la reprimida angloamericana, ambas con mucho que perder.
Dos pioneras, por fin protagonistas.


"Duelo al Sol" pasa de la estupidez a la genialidad en cuestión de segundos.


Autoproclamada como "la película de los mil momentos memorables", el auténticamente potente es el final: el duelo al sol, cuando los dos enamorados se encuentran, se matan y se besan.


Da cierre a un western apasionado y mamotétrico, para el que nunca valieron medias tintas ni comentarios moderados.


Marlene Dietrich no era cara ajena a los saloons cuando llegó "Rancho Notorious".
En un par de westerns anteriores, se puede rastrear su presencia glamourosa y su imprescindible canturreo frente a mesas de juego y barras de licor.


Pero "Rancho Notorious" era cosa de Fritz Lang, compatriota de la Dietrich y maestro del séptimo arte.
Como resultado, una película extraña y maldita, que cuenta una historia de venganza.


El protagonista, interpretado por Arthur Kennedy, busca al violador y asesino de su prometida a través de praderas y pueblos, hasta recalar en el rancho de una antigua diva de saloon.
Ésta da cobijo a los forajidos y delincuentes en su casa, a cambio de una porción del fruto de sus pillerías.


Que un director alemán y expresionista se viera metido en semejantes westerns de Technicolor siempre supuso un encuentro cultural tan conflictivo como interesante.


"Rancho Notorious" fue la última aventura de Fritz Lang en un género que detestaba, aunque trató de hacer suyo.
Como en muchas de sus obras, se indaga en el lado oscuro de la existencia para extraer sus luces.


La Dietrich juega a la ambigüedad - tal era su especialidad -, elevándose como la jefa vestida de hombre.
Una mujer de pasado dudoso, que se permite enamorarse dos veces, mientras aprende que no hay posibilidad de salvación cuando se desata la violencia y las pistolas disparan.


Si "Rancho Notorious" tiene momentos memorables, su capacidad de emoción es muy irregular. Sus locas ideas quedan un tanto diluidas entre las concesiones a la acción convencional del western.
Es una película que se recuerda mejor de lo que realmente es.


Sin duda, el western más extraño jamás realizado se llama "Johnny Guitar".


De apariencia desfasada hasta para la época de su estreno, es paradójico que "Johnny Guitar" haya soportado el paso del tiempo de manera tan ejemplar.
Cualquier cinéfilo se sentirá seducido por esta película, porque no habrá visto otra igual.


Como en "Rancho Notorious", la mujer manda. En esta ocasión, son dos.


Joan Crawford es Vienna, la enigmática mujer que aparece en lo alto de la escalera y mandonea a los empleados de su saloon.
Vienna deberá enfrentarse a las jaurías justicieras de la ley y el orden, capitaneadas por la terrible Emma Small.


"Johnny Guitar" se cuenta desde la ambigüedad de sus protagonistas: dos mujeres vestidas como marimachos, que se enfrentan en nombre de sus deseos.
Los hombres serán mero accesorio del duelo final entre las hembras.


La vibración larger-than-life está brindada por su director, Nicholas Ray, estilista nato e inconformista declarado.
En "Johnny Guitar", nunca llega a saberse con exactitud si es de día o de noche. En realidad, todo parece un sueño.


El telúrico paisaje del exterior, donde los ferrocarrileros explotan una montaña en plena tormenta de arena, se complementa con el silencioso, atrezzado, inquietante interior del saloon de Vienna.


Las intenciones de Philip Yordan y Ben Maddow, guionistas de "Johnny Guitar", no sólo fueron darle una resonancia poética y psicosexual al relato, sino revestirlo de denuncia política.


El pelotón que forman Emma y los suyos, con la intimidación y la moral como armas, es una metáfora evidente de la anticomunista 'caza de brujas' que el Senador McCarthy desató en los años cincuenta.
De hecho, Ben Maddow estaba señalado en la lista negra de McCarthy y, por tanto, no aparece en los títulos de crédito.


"Johnny Guitar" bebe de su género para dinamitarlo completamente, como si fuera esa montaña que explota en su primera secuencia.


Su insinuación bisexual y sus inmortales líneas la han consagrado como un clásico del camp.
Pero esta hermosa "Johnny Guitar" es mucho más. Una obra maestra, digna de cualquier adoración e interpretación que se precie.


"Duelo Al Sol", "Rancho Notorious" y "Johnny Guitar" han quedado como tres películas auténticamente forasteras en el western y en el catálogo clásico de Hollywood.


Son flores de vivos colores, un tanto perversas, que surgieron inesperadamente en el césped bien cortado del cine de antaño.


Tres obras excitantes y misteriosas, como los mejores parias.

1 comentario:

Atticus Grey dijo...

Cuestión de gustos, reconozco que Jennifer Jones está bastante sobreactuada en su papel de Duelo al Sol, pero creo que el personaje que interpreta requería ese matiz teatral. Yo la adoré, y la peli me gustó mucho, aunque falla en gran medida en la debilidad de ese triángulo amoroso. Johnny Guitar es una obra maestra, sin duda.