Russell Crowe

"Russell Crowe no es fácil", ha dicho Cate Blanchett sobre su último compañero de reparto.
No nos cuenta nada nuevo la querida Cate.
La "dificultad" de Russell ya había sido intuida en muchas ocasiones y manifestada en otras tantas.

Crowe es una personalidad contradictoria, de las que producen tanta devoción como aborrecimiento.
En ocasiones, hasta consigue provocar las dos sensaciones al mismo tiempo.

Por un lado, es un actor notable, cabeza visible de las producciones más dignas de la última década y poseedor de un camaleonismo comprobado.

Por otro, se muestra con frecuencia como un pretencioso insoportable, un Marlon Brando wannabe, que se cree demasiado genial para preocuparse por ir hecho unos zorros.

¿Es un divo o simplemente se lo cree? ¿Huele mal o se ducha todos los días?

Oriundo de las Antípodas, Russell Crowe destacó muy pronto en sus primeros papeles en Hollywood.
Su policía durísimo de "L.A. Confidential" lo colocó en el punto de mira y en mis sueños eróticos del 98.

Su estilo de interpretación, carismático y poco artificioso, motivó el aplauso y aseguró el reconocimiento.
En un abrir y cerrar de ojos, Russell Crowe era nominado al Oscar con frecuencia.

Su poderoso "Gladiator" le daba la estatuilla, y lo confirmaba como nene favorito para toda película de altos vueltos con la que convencer a la Academia.

Pero ya se sabe que no hay nada infalible en la profesión, y menos en estos tiempos de vaivén.
Y hace rato que la gloria y Crowe se rehuyen más de lo que debieran.

Russell Crowe, aunque no siempre esté guapo ni deseable, es un macho incuestionable.
A principios del presente siglo, y junto a Hugh Jackman, su imagen trajo la benévola moda de que los hombres debían volver a ser hombres.

Porque Crowe es el perfecto oso; mofletudo, de ojos caídos, barba frecuente, cuerpo voluminoso y aspecto de bruto.
Lo dicho: incuestionable.

Reconocido casanova de los rodajes, casi todas las actrices que han trabajado con él se han dejado seducir.
Se dice que Dennis Quaid y Meg Ryan presentaron el divorcio definitivo, cuando ella tuvo una aventura con Russell durante el rodaje de "Prueba de Vida".

Después, Crowe ha sentado la cabeza y ahora vive casado con Danielle Spencer.

Con esta Danielle, Russell comparte pasión por la música.
Desde muy joven, ha cantado en varios grupos. Curiosamente, uno de sus primeros temas se llamaba "I Want to Be Like Marlon Brando".

Como celebrity, la prensa ha registrado su predilección por el altercado.
El mal carácter de Crowe va camino de convertirse en un clásico, con el momento cumbre de aquel teléfono que arrojó a un empleado de hotel en Nueva York.

Es un chico rabioso, sin ninguna duda. ¿Se dejará amansar a base de besitos?

El público sigue queriendo a Russell Crowe y no olvida lo que vibró con su Máximo Meridio.
Por eso, ha ido a verlo como "Robin Hood", aunque la película no esté encantando a nadie.

Debo decir que está estupendísimo con el pelo corto, en mi maromística opinión.