sábado, 15 de mayo de 2010

"Arrested Development"


Se la reconoce como una de las grandes series cómicas de la televisión norteamericana.
Pero, como sucede en las más tristes ocasiones, su genialidad fue incomprendida y su trayectoria, breve.


Mezcla de sitcom y documental falso, "Arrested Development" se centra en los Bluth, acaudalada familia que lo pierde todo cuando el patriarca es encarcelado por malversación de fondos.
Será sólo el primero de una larga lista de delitos e indiscreciones que van destapándose.


Sin embargo, los Bluth son incapaces de afrontar la realidad.


Quieren seguir derrochando, continuar disfrutando de su estatus y, sobre todo, vivir de espaldas a la verdad de su fracaso.


El único sensato, Michael, toma el mando de la empresa de su padre, intentando salvar el desastre, mientras procura que su disparatada y exigente familia se mantenga unida.


La mayoría de ellos se mudan a una de las casas modelo que construía su padre; un desastre de vivienda, que no tardará en empezar a desmoronarse.


Los personajes de "Arrested Development" son todo un poema.
Conforman una partida de locos, cuya poca conciencia sobre sí mismos los hace más locos todavía.


El hijo mayor, Gob, es un cantamañanas con pretensiones de mago.


La hija New Age, Lindsay, está casada con Tobias, un psicólogo pedante, visiblemente homosexual y reconvertido en aspirante a actor.


Y el hijo pequeño, Buster, es tan bobo que resulta prácticamente inservible, atrapado en las garras de su madre.


Todos son unos holgazanes, que se mueven por capricho, y que no han trabajado en su vida ni tienen planes de hacerlo.


Por su parte, el padre, George, no quiere afrontar la condena de sus delitos y siempre está tramando planes de fuga.


La madre, Lucille, es una socialité borracha y malvada; ignora a Gob, critica a Lindsay, no confía en Michael y mantiene una relación edípica con Buster.


Michael y su hijo, George-Michael, contemplan boquiabiertos al resto de sus familiares, aunque demuestren continuamente que su lugar es estar con ellos y por ellos.


La serie extrae humor de la familia como especulación.
Se odian, se hacen la puñeta, pero son incapaces de vivir separados y se definen en función del grupo.
Ser de la misma camada equivale, en definitiva, a ser iguales.


Las rivalidades fraternales, la búsqueda del orgullo paterno e incluso el incesto entre primos son otros objetivos de la parodia.


"Arrested Development" apuesta por los más variados tipos de humor y los entremezcla con acierto.
Así, su comicidad va desde la réplica sofisticada hasta la más burra de las bromas, pasando por el absurdo, el humor negro, la referencia política, el chiste sexual o el simple tortazo.


Y, sobre todo, potencia la vergüenza ajena. "Arrested Development" se carcajea de sus personajes y los pone en situaciones de lo más sonrojantes.


A la vez, la riqueza psicológica de cada uno, expresada muy sutilmente, los hace simpáticos dentro del estrambote en el que están inmersos.
Es la clave de la serie; es una locura llena de subtexto e intuición.


Como comedia posmoderna, el toque pseudocumental se complementa con la narración en off, el uso de falso material de archivo, la descontextualización y el juego con el tiempo y el espacio.


El tono fantasioso por el que opta la hace deudora del universo de Wes Anderson, mientras parodia los desmadres de los reality shows y las cursilerías de las series familiares.


Se burla de los procesos judiciales, de la sociedad de consumo y de la concepción de la cultura popular como medida de la Historia.


Y también de la industria audiovisual; ahí está esa delirante trama en que la adolescente Maeby se hace productora ejecutiva de una importante major.


Creada por Mitchell Hurwitz, "Arrested Development" se encuentra más en la línea de series animadas del estilo de "Family Guy" que de las sitcoms populares.


Antepone la corrosión al sentimentalismo, y la broma sangrante a la risa enlatada.
Quizá por ello, desorientó al público y nunca alcanzó grandes cifras de audiencia.


Pese a ganar el Emmy y el Globo de Oro a la mejor comedia, la Fox la canceló en su tercer año, dejando a la televisión sin una contundente muestra de irreverencia.


Su culto ha permitido que se hable de una secuela cinematográfica, donde el genial reparto ha prometido estar al completo.


Evidente influencia para títulos como "30 Rock" o "Modern Family", "Arrested Development" es una serie imprescindible, que hace reír y hace pensar.


Sin duda, merece todas las reivindicaciones posibles.

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