martes, 10 de mayo de 2011

Piezas de "Fringe"


Se acerca el fin.
Y, así, comienza la despedida de las series generalistas. Ha llegado el tiempo de las season finales.


"Fringe" ha sido una de las primeras en decir adiós hasta otoño.
El viernes pasado, se emitía "The Day We Died", culminación de su tercera temporada y buena prueba de la altísima calidad de esta serie fantástica.


Más que nunca, "Fringe" ha encontrado una identidad exquisita, al reciclarse en súper cómic televisivo.
Lejos queda la exasperante solemnidad de sus primeros tiempos. Ahora "Fringe" es narrativamente rocanrolera y visualmente absurdista.


Cambia sus títulos de crédito, colorea la Estatua de la Libertad, nos devuelve al pasado, nos conduce al futuro o nos transporta a realidades improbablemente posibles y complejamente paradójicas.


Este tercer año de "Fringe" ha potenciado todas las posibilidades que ofrecía el descubrimiento del universo alternativo.
Hemos conocidos secretos y mentiras de la otra realidad, donde los personajes se han topado con variantes de sí mismos y, fatalmente, han sido confundidos con ellos.


Encontrar el orden universal y la estabilidad doméstica se ha confirmado como el deseo primordial de todos los personajes de "Fringe".
Esa era la aspiración de Olivia Dunham, secuestrada en el otro universo y pendiente de regresar a casa.
Y así lo ha querido Peter Bishop, retrasando el reloj del Apocalipsis, con su inmolación existencial como moneda de cambio.


"The Day We Died" coloca a sus personajes en un futuro oscuro, donde la destrucción ajena sólo ha traído la decadencia propia.


El episodio recupera personajes perdidos y confía en el poder de ciertas imágenes emblemáticas de la serie, que cobran un nuevo significado dramático.


Mientras, de una manera sencilla y coherente, nos cuenta pesares del presente a través de la fantasía futurista.
Ahí está la infelicidad de Peter y Olivia, indecisos sobre si traer un hijo a un mundo en crisis.


Los momentos finales cierran la principal línea argumental de la temporada.
Los personajes terminan por enfrentarse a sus alternativos, por primera vez en un espacio compartido.
Es la hora de hablar, porque se impone el desafío de la alteridad.


El enemigo siempre ha estado en casa, y el otro es uno mismo.
Así nos recuerda esa potente escena, sabedora de conflictos contemporáneos.


Se despliega la herencia de "Lost": la pérdida sólo puede ser reparada con el sacrificio propio.
La incógnita sobre Peter Bishop es el pie con el que "Fringe" empezará a caminar a su vuelta de las vacaciones.


Pero, ¿sobrevivirá "Fringe"?
Este año, los escasos datos de audiencia terminaban por confinarla a los viernes noche, franja que se presume cementerio para toda serie norteamericana.


Sin embargo, "Fringe" se estabilizaba en ratings y conseguía renovar por un cuarto curso.
La buena base de fans y el seguimiento por Internet han sido decisivos.


En cualquier caso, y con toda probabilidad, la cuarta temporada será la última.
"Fringe" es la mejor de las hijas de "Lost", pero sufre del mismo mal.


Sus crípticos y enrevesados argumentos la han hecho demasiado complicada para ser seguida y emitida por una cadena generalista.


En cualquier caso, muy buen sabor de boca nos llevamos de tan excitante tercer año fringiano.
Y una sorpresa a nombrar es su actriz protagonista.


Como la serie misma, Anna Torv ha sabido multiplicarse por diez en cada momento y demostrar que es mejor de lo que parecía.
Una sola mujer para tres (¿ó cuatro) variantes de Olivia Dunham, abordadas con sensibilidad y chispa de ironía.


Esperaremos a las Olivias y al resto de los seres de "Fringe" con nuestro universo en orden.


Ya se encargarán ellos de alterarlo y desequilibrarlo, sólo para contarnos inquietudes conocidas en mundos inciertos.

2 comentarios:

Athena dijo...

¡Bravooo! ¡Plas, plas, plas!

Una cuarta temporada y fin, que no lo líen demasiado. ¡Qué ganas!

Este verano, nos quitaremos el mono de series probando con "Falling Skies".

Alejandro Starstruck dijo...

Muy buena entrada para una mejor serie. A mí los últimos capítulos me parecieron pelín lentos, pero me encantan. Me está empezando a gustar más que Perdidos, aunque lo niegue después.

Larga vida a Fringe, y que no la caguen en la cuarta :)