martes, 3 de mayo de 2011

Buscando al Asesino


¿Quién ha sido? Who've done it?
La televisión adora los whodunits, esos relatos de asesinatos donde el culpable es descubierto en el momento climático.


La última reivindicación de este exitoso subgénero de intriga se llama "The Killing", que emite actualmente su primera temporada.
Es también la nueva serie de la AMC, canal responsable de títulos como "Mad Men, "Breaking Bad" o "The Walking Dead".


"The Killing" nos hace la pregunta: "¿Quién mató a Rosie Larsen?"
A lo largo de trece capítulos, la policía de Seattle desmadeja el asesinato de una adolescente; un suceso que comienza a tener implicaciones en las esferas políticas de la ciudad.


"The Killing" se basa en "Forbryldesen", una serie danesa, auténtico bombazo de la televisión europea, que los norteamericanos no han tardado en llevar a su terreno.


A través de ese "¿Quién mató a Rosie Larsen?", muchos han corrido a saludar a "The Killing" como la nueva "Twin Peaks".
Craso error de los ignorantes de siempre.


"Twin Peaks" no fue la primera obra de ficción en preguntar quién había matado a quién.
En realidad, la serie de David Lynch era una parodia de los clásicos whodunits, entre otras muchas cosas.


Esas historias de asesinatos desvelados han sido siempre atractivas para la audiencia, porque funcionan como un juego de salón y provocan un gran suspense.


Desde Agatha Christie hasta "Cluedo", la cuestión ha sido encontrar al culpable en un lío de pistas, falsas apariencias, sombras del pasado, tensos interrogatorios y revelaciones finales.


El whodunit se vive, sobre todo, dentro de series con tramas episódicas.
La más querida investigadora del asesinato televisivo se llamó Jessica Fletcher, en "Se Ha Escrito un Crimen".
En cada episodio, descubría el muerto, establecía sus sospechosos y atrapaba al culpable.


Es un modelo que siguen cumpliendo muchas series de la actualidad.


La franquicia "Ley y Orden" lo complementa con el proceso judicial consecuente, mientras "CSI" y "Bones" se valen de las nuevas tecnologías para encontrar el rastro de los culpables.


Detrás de "The Killing", se encuentra Veena Sud.
Sud era una de las productoras ejecutivas de "Cold Case", maravilloso whodunit, que indagaba en los crímenes del pasado y los resolvía con una estética alucinante, una banda sonora impecable y una protagonista de cabello inconfundible.


En el brillante arranque de "The Killing", se rastrea la huella de algunos capítulos de "Cold Case".
Y la protagonista, Sarah Linden, podría verse como una versión melancólica y pelirroja de Lilly Rush.


Los primeros episodios de "The Killing" nos traían un potente whodunit, ambientado en una ciudad sombría e hiperlluviosa.
Su amalgama de influencias y referencias la hacían parecer la Lady Gaga de las series de misterio: un puro popurrí.


Sin embargo, algo está fallando en "The Killing".
Con seis episodios emitidos hasta el momento, la serie se nos hace tediosa y confusa, a medida que avanza.


En general, los whodunits cuyo misterio se alarga más de tres episodios, no funcionan.
Si el interrogante se extiende, el espectador se impacienta, mientras el ritmo de la serie se hace premioso, porque está conteniendo su sorpresa hasta el final.


Es una cuestión que sufrió hasta la susodicha "Twin Peaks".
Tuvo que revelar su asesino para complacer a la audiencia, y cuando lo hizo, ésta perdió todo el interés por el resto.


Todavía queremos saber quién mató a Rosie Larsen, pero no sabemos si "The Killing" es tan imprescindible como nos quiere hacer creer.

1 comentario:

@Donvishoballier dijo...

Me acuerdo que hace poco hablaba con un amigo que el único asesino no posible de estas historias es el lector-vidente, Borges tiene un cuento un poco que va en esa dirección. Saludos.