Dudoso es el valor literario de la mayoría de los best-sellers, pero nadie cuestiona que pueden funcionar como punto de partida para grandes películas y buenas series.
Sin mayores rodeos, "The Girl With The Dragon Tatoo" es un peliculón.
El principal responsable del magnífico resultado se llama David Fincher, director que ha hecho suyo el menú de horrores que sirve la vendidísima novela de Stieg Larsson.
El principal responsable del magnífico resultado se llama David Fincher, director que ha hecho suyo el menú de horrores que sirve la vendidísima novela de Stieg Larsson.
"The Girl With The Dragon Tatoo" se presenta a la perfección a través de sus vistosos títulos de crédito.
Irrumpe una película insana y desquiciada, que usará nuestro morbo como la razón de su poder y el alimento de su hipnosis.
Irrumpe una película insana y desquiciada, que usará nuestro morbo como la razón de su poder y el alimento de su hipnosis.
La intriga central de "The Girl With The Dragon Tatoo"- la desaparición de una tal Harriet en los años sesenta - es un reconcentrado de licencias de susto, rayano en lo borderline, donde no faltan incestos, nazis y mazmorras.
No encierra nada novedoso, y los que hayan visto y leído muchos whodunits podrán anticiparse a muchas de sus sorpresas.
Pero la película parece intuirlo y nos ofrece la intriga de manera deliberadamente confusa y distanciada, sin detenerse en explicar todas sus aristas.
Porque el cold case investigado por los protagonistas funcionará como un ingrediente más, dentro de una pesadilla contemporánea a todos los niveles.
Suecia es el lugar para contarla; esa plácida fachada del progreso que encubre ruinas morales y perversiones secretas.
Ruinas y perversiones, donde las mujeres fueron y serán las principales víctimas.
La antiheroína, Lisbeth Salander, se convierte en centro del complejo juego de la historia.
Lisbeth, niña explotada, mujer nunca amada, la que siempre deberá salir en silencio por la puerta de atrás y alejarse en el último momento.
Lisbeth, niña explotada, mujer nunca amada, la que siempre deberá salir en silencio por la puerta de atrás y alejarse en el último momento.
Justamente como hizo aquella a la que ha seguido el rastro.
Harriet y Lisbeth, pobres Cenicientas a la carrera, que dejan detrás mucho más que un zapato de cristal.
Harriet y Lisbeth, pobres Cenicientas a la carrera, que dejan detrás mucho más que un zapato de cristal.
"The Girl With The Dragon Tatoo" se mueve a las cuchilladas de su montaje y se viste con la crudeza de las luces de su fotografía.
David Fincher se arroga el poder y demuestra su extraordinaria capacidad para el cine in-your-face, que ya presenciamos en "Se7en", "Fight Club" y "Zodiac".
David Fincher se arroga el poder y demuestra su extraordinaria capacidad para el cine in-your-face, que ya presenciamos en "Se7en", "Fight Club" y "Zodiac".
"The Girl With The Dragon Tatoo" es ese paso adelante para uno de los directores imprescindibles del panorama actual.
Hasta en sus títulos más equivocados, se halla el rastro de una mente talentosa, de un cineasta versátil, de un reconocido adicto a sorprender.
En esta ocasión, ha convertido un remake en una obra tan personal como comercial.
En esta ocasión, ha convertido un remake en una obra tan personal como comercial.
Fincher es un realizador reconocible y manipula su material, pero no necesita imponerse sobre él con la impudicia de una prima donna desesperada (Winding Refn, esto último va por ti).
¿Quién es capaz de contar la competición perdida de los gemelos Winklevoss tan impecablemente como la terrorífica violación anal de Lisbeth Salander?
Fincher es ese buen encuentro entre el estilo y el contenido, donde no se anulan uno a otro, sino se potencian decididamente.
Fincher es ese buen encuentro entre el estilo y el contenido, donde no se anulan uno a otro, sino se potencian decididamente.
Por supuesto, no se puede hablar de "The Girl With The Dragon Tatoo" sin recordar a Rooney Mara.
El personaje bombón de Lisbeth Salander recaía en esta recién llegada a los corazones, que ahora opta al Oscar a la mejor actriz.
Su magnética presencia expresa la aleación entre brutalidad y lirismo que persigue esta obra, a la par que se hace imagen y metáfora de la película.
Su magnética presencia expresa la aleación entre brutalidad y lirismo que persigue esta obra, a la par que se hace imagen y metáfora de la película.
2 comentarios:
Hola, como siempre digo "leo tu blog casi a diario aunque poco comento" algunas veces coincidimos y otras no, en esta ocasión coincidimos plenamente, aunque me quedó pendiente saber que piensas del trabajo de Daniel Craig?
Daniel Craig está tan bueno y me gusta tantísimo, que me temo no poder ser objetivo. ;)
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