sábado, 14 de enero de 2012

Mujeres de "The Help"


Desde su primera secuencia, "The Help" se convierte en una cuestión sentimental.
En ella, una mujer en la oscuridad sale a la luz y habla, aspirando a contar su secreta vida. Sus silencios se revelan tan emocionantes como lo que relata.
Desde ese primer momento, "The Help" se mete a su público en el bolsillo. A mí, de manera inesperada, también.


"The Help" es un melodrama de resonancias costumbristas, ambientado en el Mississippi de los años sesenta, cuando la segregación racial se convirtió en plato de todas las mesas.


El argumento rastrea la experiencia de las criadas afroamericanas, aquellas que cuidaban a los hijos de sus señoras como si fueran suyos, pero debían entrar por la puerta trasera y mear en un baño distinto.


Con esa premisa, se desarrolla un tapiz de historias, donde las mujeres se cuentan unas a otras, para poder contarse a sí mismas.


El resultado es una irresistible women's picture, quizá la mejor que Hollywood confecciona en mucho tiempo, avalada por el buen éxito de taquilla que alcanzó durante el último verano.


Tate Taylor, director y guionista, toma la novela de su amiga de infancia, Kathryn Stockett, y la desarrolla a la vieja escuela.
No se complica y sabe que la fuerza de "The Help" está en sus mujeres.


Así, arranca interpretaciones maravillosas de todas las actrices y pone a caminar a sus personajes en un universo accesible y encantador.


Como sucedió en las adaptaciones de "El Color Púrpura" o "Tomates Verdes Fritos", se ha aligerado la carga más problemática de la obra original, bajo obvios requerimientos comerciales y con intencionadas miras a los Oscars.


Si se busca profundidad y revisionismo, "The Help" no es la película indicada, ya que ha preferido potenciarse como deslumbrante lacrimogenia.


Aún así, no se puede retratar mejor el pathos negro que en esa secuencia del regreso a casa de Aibileen en plena noche de revuelta.
El momento donde Aibileen se tropieza y cae al suelo para volver a levantarse ilustra la escalofriante dignidad que conserva entre su miseria.
Y Taylor lo expresa sin estridencia, con un ovacionable ahorro formal.


Está claro que Tate Taylor no es el Mesías que necesita el cine para renovarse, pero es un señor muy listo, lleno de buenas intenciones y con un gusto demostrado.


Cuento emocionante sobre injusticias y liberaciones, sobre amistades y maternidades, "The Help" es como una película de toda la vida.


Ni clásica, ni moderna, ni rutinaria, ni rupturista; simplemente, una saga sureña llena de risas, lágrimas y mujeres que luchan, se equivocan y deciden hacerse visibles para cambiar el mundo.


Un espejo favorecedor para las féminas, en particular, y para los seres humanos, en general, que consigue la satisfacción del espectador, recordándole preciosos valores.
"The Help" es lo que Hollywood solía hacer bien hasta el otro día y ahora casi nunca le sale. Tal vez, porque no es tan fácil.


Ante todo, valoro que me haya tenido clavado en el asiento durante todo su metraje, fenómeno extraño en estos últimos tiempos.


Como he dicho, "The Help" es una cuestión sentimental y, por tanto, su gozo dependerá de lo que seduzcan sus ingredientes.
Lo apropiado es entregarse a ella sin prejuicios ni expectativas. Y disfrutar tanto como he disfrutado yo.
Al fin y al cabo, ¿no es eso lo que buscamos en el cine?

1 comentario:

Lila dice dijo...

A mí también me enganchó. No es mi tipo de peli... pero lo cierto es que me emocionó y me hizo soltar varias lágrimas