El Final 'Decepcionante'

Como le dice Brian Cox a Nicolas Cage en "Adaptation": "Gánatelos con el final".
Pero, ¿qué sucede cuando ese final no es el esperado? Hay grandes películas que son célebres por tener finales que van en contra de los deseos de muchos espectadores y suscitan especial controversia.

Los finales más insatisfactorios suelen darse en los melodramas clásicos, especialmente los que abordan el tema del amor imposible y el adulterio.
Son historias que funcionan como lección moral y como síntesis de los sentimientos femeninos más exacerbados. La renuncia es la clave de muchas de esas películas, y los pecados encuentran su castigo por las ironías del destino.

Valga el ejemplo del final de "La Extraña Pasajera", donde la corrección de Charlotte se impone a su pasión, por lo que su historia de amor nunca será plenamente realizada.
"La Calle de Atrás" relata la historia de amor entre Rae Smith, una diseñadora de moda y Paul Saxon, un hombre casado. Su malvada mujer le niega el divorcio durante años.
La resolución de "La Calle de Atrás" se resuelve con un accidente de coche, donde muere el decadente matrimonio Saxon. Metafóricamente, él debe morir por su adulterio con la protagonista; y su esposa, por ser tan vil e insensible.
Rae Smith acaba sola, pero encuentra su nueva labor: cuidar de los hijos huérfanos de los Saxon.

Se preguntaba Jacqueline Bisset con tristeza en "Ricas y Famosas": "¿Por qué las mujeres en esas historias siempre se quedan solas?"
Pero, en definitiva, ¿esos finales potencialmente reprimidos no sirven como un guante para un género hecho y diseñado para la mujer, la misma que, históricamente, ha tenido que supeditar sus pasiones a la represión sexual ejercida sobre su género?

Una película legendaria tiene un final discutido hasta la saciedad: "Lo Que el Viento se Llevó".

Muchos espectadores se han sentido embaucados con esa culminación abierta, tras tres horas cuarenta de súper saga, donde ha pasado de todo y parece que no ha servido para nada.
Sin embargo, esa es una visión poco generosa de una película tan rica y compleja, con un personaje principal de lo más ambiguo, alérgico a un final feliz convencional.
En cualquier caso, el "Mañana será otro día" y el cambio de opinión de Escarlata en torno al hombre de su vida componen el final preferido en todas las conversaciones y polémicas.

La intriga también puede suscitar cierta dosis de estafa en el espectador.

"Sospecha", de Hitchcock, y "Secreto Tras la Puerta", de Fritz Lang se configuran como una escalada de tensión hacia el desenmascarado de un marido asesino y todas las pistas apuntan a que va a producirse de un momento a otro. En ambas, el asunto acaba en agua de borrajas.
No obstante, y si nos ponemos freudianos, funcionan a las mil maravillas; todo es producto de la mente de unas mujeres paranoicas, quizá traumatizadas por el descubrimiento de su sexualidad y, por ello, achacan crímenes a quienes consideran responsables.

En todos los ejemplos que hemos puesto, el final no es un error, aunque muchos espectadores lo sientan así. Son historias con culminaciones comedidas, en el caso de los melodramas, o excesivamente sutiles, en el caso de "Lo Que el Viento se Llevó" y las intrigas freudianas.
No hay gran película sin un buen guión; por eso, quizá el final no sea decepcionante en sentido estricto, sino que se convierta en una resolución incomprendida por el público.