sábado, 24 de mayo de 2008

Glamour Indiana


El ingrediente imprescindible es Harrison Ford. Sin Harrison, el producto "Glamour Indiana" no será viable. Asegúrese de que cuente con él; le aseguramos que no tiene fecha de caducidad.


A continuación, mezcle usted un poco de Rudyard Kipling, una buena cantidad de Rider Haggard y lo sazona con el look de los seriales de aventura y misterio de los años cuarenta.


Elija una chica a la altura, según los tres parámetros que indicamos ayer, y compruebe que su cuerda vocal no presenta peligro de afonía.
Seleccione la mayor cantidad de bichos, alimañas y todo tipo de cosas asquerosas. Cucarachas, serpientes, gusanos, ratas, tarántulas, escorpiones; hasta sopas con ojos. También le pueden servir esqueletos o cadáveres en avanzado estado de putrefacción.


Asegúrese de que el misterio central de la trama tenga que ver con un grupo peligroso que quiere hacerse con un poder ancestral y así dominar el mundo. Con lo cual, el vestuario de los villanos debe indicar que provienen de sociedades fuertemente militaristas. Que sus rostros sean fríos y sus maneras, crueles.
Brutal contraste con la screaming girl; si ha llegado a este punto, el producto "Glamour Indiana" está casi listo.


Camiones, tractores, todoterrenos, avionetas, motos. Indy se mueve, y de qué manera. Ponga a su disposición todo tipo de medios de transporte, que aseguren un sabor trepidante.
Incite al vértigo: puentes, catapultas, precipicios, tejados. Todo lo que llame al riesgo.
Provea el final feliz, compuesto por el castigo de los malvados y por el triunfo de los héroes.
Sáquelo a la venta y arrase en taquilla. Y, por supuesto, ¡no se olvide del sombrero y del látigo!

1 comentario:

Zinquirilla dijo...

Uhmm, acabo de venir de verla (bueno acabo de aterrizar en mi keli, la peli la vi hace muchas horas, jeje) y la verdad que ni fu ni fa, pero es q nunca fui muy de Indy, qué le vamos a hacer.