domingo, 18 de mayo de 2008

Liz


Hola, mi nombre es Elizabeth Taylor, tengo setenta y seis años y soy actriz de Hollywood.
Esta mañana me he despertado con una sensación desconocida. Me lo han repetido mil veces, pero hoy, por primera vez, he decidido que quiero ser un mito.


Como Natalie o como Jodie, empecé cuando era una mocosa. Entonces, mis amores en la pantalla eran sólo animales domésticos: el perro Lassie y el caballo Pie.
"National Velvet" fue el principio de todo; sólo tenía doce años.
Me llamaron la mujer más bella, la actriz más vulnerable. Muy pronto, me convertí en la estrella más importante de la época.


Mis amigos, Monty, Rock, James, Paul, me amaban en la pantalla. Qué tristeza. Sólo he podido ver envejecer a Paul.
Y eso que yo era la más débil y enfermiza. ¿Sabéis cuántas veces he estado a punto de morir?


No hay duda de que siempre me gustaron mucho los hombres. Me he casado siete veces, como todo el mundo sabe. Conrad Hilton, Michael Wilding, Mike Todd, Eddie Fisher, John Warner y Larry Fortensky. ¿He olvidado a alguno?


Sí, claro. El que vale por dos matrimonios. Richard.
Amar a Burton. ¿Quién podía resistirse? Acabó con mi carrera, aceleró mi alcoholismo, me desesperó hasta la saciedad. Y, para colmo, me puse gorda como un tonel.
Pero sé que hay pocas mujeres en el mundo que hayan encontrado un hombre a la altura de su inmortalidad. Porque con Richard, lo sentí absolutamente todo. Y, tal vez, sólo por él, pueda decir a los cuatro vientos que he vivido.


El público me ha querido. Sólo me odiaron en una ocasión, cuando me lié con Eddie Fisher, el marido de Debbie Reynolds, mi mejor amiga.
Después, me criticaron porque, encima que se lo había birlado, lo dejé a un lado y me enamoré del señor Burton.
Yo hice oídos sordos. Al fin y al cabo, soy la persona que menos se ha tomado en serio a Elizabeth Taylor.


Me dieron dos Oscars: uno, por hacer de puta, y otro, por interpretar a una loca borracha.
Quizá es lo que la gente siempre ha pensado de mí, pero la verdad es que no me ha importado.
Yo soy la única que sabe quién es Elizabeth Taylor y nunca dejaré que nadie lo sepa. Llevo toda la vida con un foco sobre mis ojos violeta. Tengo el derecho de proyectar una sombra sobre mi alma.


Debería dormir y descansar un rato. Y pedirle a Josito Montez que salga de mi mente.

7 comentarios:

Zinquirilla dijo...

Precioso.......................................digno de Bessie Mae.

sangreybesos dijo...

No pienso hacer ningún chascarrillo; ha estado usted muy fino, Sr. Montez

Josito Montez dijo...

Gracias, amados míos, compañeros de mi vida...

Mae dijo...

Muy bonito, sí señor.
Pero voy a ponerme un pelín prosaica: es probable que si Mike Todd no se hubiese estrellado con su avión (Lucky Liz), Ms Taylor no se habría casado con Richard Burton.

Zinquirilla dijo...

De tocaya a tocaya ;-).

Más que prosaica yo la veo una posibilidad más del tipo "¿y si...?". Que en mi caso se resume en si Montgomery Clift se hubiera casado con ella, no habría habido dos primeros matrimonios (Hilton y Wilding) por despecho. Eso sí, por muy heteros que hubieran sido los dos, nada gsrantiza que como matrimonio hubieran reproducido la relación tan unida y larga que tuvieron como amigos.

Pati Difusa dijo...

¿que? ¿monty no era gay?

este post ha estado delicioso; sí, señor.

hasta me dan ganas de ir a ver una de liz.

con permiso

Zinquirilla dijo...

Me temo reinadecapitada que no has leído bien el tiempo verbal, decía que si Monty hubiera sido hetero.

De todas maneras era bi...