domingo, 27 de enero de 2008

Glenn


Los años ochenta no serían sin lo mismo sin Glenn Close, cuchillo en mano, convertida en la perfecta pesadilla de todos los machistas del mundo en "Atracción Fatal", la película que la hizo famosa.


Su brillante interpretación de la psicópata decidida a que Michael Douglas no se olvide de ella es todo un clásico de lo over-the top. Pero Glenn siempre ha sido mucho más que eso.
Aunque le da al grand-guignol en ocasiones (allí está su Cruella de Ville), lo suyo es lo intenso, lo potente y lo profundo. No se le escapa un papel bombón.
Lleva la trascendencia en su cara de nórdica, y su fuerte carácter se derrama con sutileza en sus grandes apariciones.
Su magistral Marquesa de Merteuil de "Las Amistades Peligrosas" es el ejemplo de la importancia Close. Contundente, pero rehuyendo el exceso.


La Close lo ha probado todo y siempre con éxito. Broadway y los telefilms de lujo la han llenado de premios y la han permitido trabajar incansablemente.
Sus aclamadas intervenciones en televisión tienen su culminación en la reciente "Damages", esa serie escalofriante y absorbente que recomiendo a mis lectores con fervor.
La Close interpreta impecablemente a la todopoderosa abogada Patty Hewes, de moralidad nula, métodos terribles e inevitable magnetismo.


El Globo de Oro que ha recibido este año es más que merecido, aunque la Close todavía espera que los Oscars vuelvan a acordarse de ella.
De momento, ha recibido cinco nominaciones. ¿Estaremos ante una nueva Barbara Stanwyck? ¿Infalible y nunca oscarizada?
En cualquier caso, "Damages", especie de versión hardcore, inteligente y sin concesiones de "El Diablo Viste de Prada", es la mejor oportunidad para reivindicar a Glenn Close como una de las grandes actrices de nuestro tiempo.


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