jueves, 29 de mayo de 2008

Josh Duhamel


Esta noche, el doble episodio especial de "Perdidos" supondrá el final oficial de la temporada televisiva en Estados Unidos. Mañana analizaremos las series que siguen, y las que no renovarán. Pero hoy podemos dar un adelanto, en forma de tío bueno.


Josh Duhamel es conocido popularmente por ser el único hombre de buen ver entre tanta maciza en "Las Vegas", una de las series que no continuarán la próxima temporada.


Pese a esta cancelación, Duhamel no tiene porqué entristecerse (si persiste en llorar, que lo haga en mi hombro).
Su papel de Danny McCoy en "Las Vegas" le ha permitido lanzar su carrera y que el cine se interese por él.


Antes de Danny, Josh apareció en el legendario serial televisivo "All my children", junto a la incombustible Susan Lucci.
Y gracias a "Las Vegas", fue elegido para ser el Capitán Lennox en "Transformers", aunque el director de esta película no nos dio el placer de que Josh se descamisase (Michael Bay, aún no he acabado contigo).


Y, mientras, la prensa del cotilleo anda detrás de Josh, desde que sale y vive con Fergie, la cantante de los Black Eyed Peas.


Josh, con esa cara apeluchada, ese corte de pelo potencialmente anárquico y ese cuerpo de infarto, tiene asegurada una carrera en el cine, en la televisión y en nuestros suspiros.
Como siempre decimos, estaremos vigilándolo muy de cerca.

miércoles, 28 de mayo de 2008

The City Knows Good Sex


Esta semana se estrena en todo el mundo "Sex and the City: The Movie", el spin-off cinematográfico de la serie más popular de la HBO. La misma que, durante seis años, nos enseñó todo lo que hay que saber sobre los zapatos y bolsos de marca, los maromos enchaquetados, los clubs exclusivos y los cócteles de postín.
Carrie, Charlotte, Miranda y Samantha, cada una en su estilo, nos mostraron cómo se vive el sexo en Nueva York, especialmente cuando se conjuga con amor.


La cadena HBO siempre había preferido la testosterona ("Oz", "Los Soprano", "Entourage") o lo enjundioso ("Six Feet Under", "Curb Your Enthusiasm"); "Sexo en Nueva York" se convirtió así en su bombón frívolo, dorado, femenino y gay.
No le faltaron críticas, incluso entre gran parte del público al que iba dirigido. Muchas y muchos no le encontraron la gracia a las peripecias de estas cuatro fashion victims neoyorquinas.


Ante todo, "Sexo en Nueva York" es una burbujeante y desprejuiciada comedia de maneras, y todo en ella funciona a la perfección. Gran parte de su éxito reside en el temperamento de sus cuatro personajes principales, interpretados por Sarah Jessica Parker, Kristin Davis, Cynthia Nixon y Kim Cattrall.


Sarah Jessica incorporaba a la reflexiva cronista Carrie Bradshaw, cuyos escritos reflejaban las conclusiones diarias en torno a la vida y coqueteos de sus amigas.
La Parker encontró un éxito definitivo en la serie. Se convirtió en un icono de moda y ganó el Emmy y el Globo de Oro; una buena resolución para lo que hasta entonces había sido una carrera irregular.
Vive feliz con su marido Matthew Broderick, mientras las marcas más famosas pelean por su imagen.


Kristin interpretaba la candorosa y optimista Charlotte York, esperando el marido perfecto para construir una vida perfectamente amueblada.
La Davis ya era conocida en televisión. Hasta entonces, su papel más famoso era el opuesto a Charlotte: la manipuladora Brooke Armstrong de "Melrose Place". Kristin todavía recuerda cuando la gente de la calle cuchicheaba al verla pasar. "Mirad a la zorra de Brooke, que le quitó Billy a la pobre Alison".


Cynthia era Miranda Hobbes, neurótica, cínica, con los hombres como sus villanos habituales; una buena criatura neoyorquina.
La Nixon debutó en 1980 en la gran pantalla con "Little Darlings", pero hasta "Sexo en Nueva York", su carrera fue silenciosa. Miranda, tan universal, le proporcionó un Emmy y el cariño del público, largamente esperado.


No hay Samantha sin Kim. La mayor y la más liberada, Samantha Jones anuncia que, si el sexo es cosa de hombres, es hora de arrebatárselo.
La Cattrall era bien conocida en cine. ¿O es que no te acuerdas de verla en esos clásicos de videoclub "Loca Academia de Policía", "Porky's", "Atrapa ese maniquí" o "Golpe en la Pequeña China"?


La fórmula: Pretendes ser como Samantha, tienes alma de Charlotte, la gente te ve como Miranda, pero, realmente, eres Carrie. ¿Me equivoco?

lunes, 26 de mayo de 2008

La Muerte es...


- De lo que nadie quiere hablar.
- El fin de la vida.
- El dejar de ser.
- La liberación del espíritu para los creyentes.


- Lo único que realmente da miedo.
- Lo desconocido.
- El sueño eterno.
- Cenizas a las cenizas, polvo al polvo.


- Los vampiros nunca la conocerán... O quizá la conocen más que nadie.
- ¿Quién quiere vivir para siempre?
- Una realidad física que el ser humano es incapaz de asumir.


- Para el Romanticismo, era sinónimo de orgasmo y realización plena.
- Que me pille dormido.
- Todas las culturas la han calificado como el paso a una mejor vida.


- La ficción la frivoliza. Casi nunca se la toma en serio.
- Bergman quiso jugar con ella al ajedrez.
- "They're coming to get you, Barbara".


- La guadaña de tu último día.
- Se piensa más en ella a medida que se acerca.
- Los desesperados quieren acelerarla.
- Convertida en la pena capital.
- Cuna y mortaja, del Cielo baja.
- Allan Poe la llenó de exuberancia y terror.


- Para muchos, llega demasiado pronto. Para otros, viene demasiado perra.
- La Gran Villana. Sin piedad, sin avisar, su efecto es irreversible.
- Una auténtica putada.
- Cuesta encontrarle la gracia.
- La visita imprescindible a la morgue, a la funeraria, al tanatorio y al cementerio.


- De lo que estaban rodeados los personajes de "Six Feet Under".
- Quizá haya que aceptarla. Quizá haya que relacionarse con ella de otra manera.
- Bah, ¿no hay nada más agradable de lo que hablar?

domingo, 25 de mayo de 2008

Cate


En un Hollywood que da pocas estrellas absolutas, escasos intérpretes versátiles y que se presenta pobre en auténticas muestras de estilo, Cate Blanchett llegó desde Australia, decidida a convertirse en una excepción.
Cate lo puede hacer todo, como Meryl Streep. Pero a diferencia de la imperial Meryl, la Blanchett es cálida cuando se lo propone y parece terrenal cuando el papel así lo requiere.


Adicta a la transformación, al personaje de renombre y al mito popular, Cate Blanchett se ha convertido en la Actriz por excelencia de los últimos años.
La Academia se ha acostumbrado a nominarla con frecuencia. Porque la Blanchett siempre está sensacional.


Le dieron el Oscar por su interpretación más controvertida: ser Katharine Hepburn para la también discutida "El Aviador", de Martin Scorsese.


Polémicas aparte, Cate debe mucho a Kate. Al fin y al cabo, son el mismo tipo de actriz. Las que tienen dos narices y las que evitan las etiquetas.
Como la Hepburn, Cate demuestra que su femineidad es más sutil que impuesta, y utiliza el glamour como un accesorio, antes que convertirlo en una seña de identidad.


Sea reina de los elfos o de los ingleses, pasee su embarazo por el mundo de Wes Anderson o por la alfombra roja, Cate Blanchett quiere ser tu actriz favorita.


Ella espera con paciencia a que llegue ese día. De momento, se lanza a la villanía, y dice llamarse Irina Spalko, soviética mala para el nuevo Indiana Jones. Spielberg andaba tras ella desde hace tiempo y, por fin, le ha dado caza.
Larga vida a Cate.

sábado, 24 de mayo de 2008

Glamour Indiana


El ingrediente imprescindible es Harrison Ford. Sin Harrison, el producto "Glamour Indiana" no será viable. Asegúrese de que cuente con él; le aseguramos que no tiene fecha de caducidad.


A continuación, mezcle usted un poco de Rudyard Kipling, una buena cantidad de Rider Haggard y lo sazona con el look de los seriales de aventura y misterio de los años cuarenta.


Elija una chica a la altura, según los tres parámetros que indicamos ayer, y compruebe que su cuerda vocal no presenta peligro de afonía.
Seleccione la mayor cantidad de bichos, alimañas y todo tipo de cosas asquerosas. Cucarachas, serpientes, gusanos, ratas, tarántulas, escorpiones; hasta sopas con ojos. También le pueden servir esqueletos o cadáveres en avanzado estado de putrefacción.


Asegúrese de que el misterio central de la trama tenga que ver con un grupo peligroso que quiere hacerse con un poder ancestral y así dominar el mundo. Con lo cual, el vestuario de los villanos debe indicar que provienen de sociedades fuertemente militaristas. Que sus rostros sean fríos y sus maneras, crueles.
Brutal contraste con la screaming girl; si ha llegado a este punto, el producto "Glamour Indiana" está casi listo.


Camiones, tractores, todoterrenos, avionetas, motos. Indy se mueve, y de qué manera. Ponga a su disposición todo tipo de medios de transporte, que aseguren un sabor trepidante.
Incite al vértigo: puentes, catapultas, precipicios, tejados. Todo lo que llame al riesgo.
Provea el final feliz, compuesto por el castigo de los malvados y por el triunfo de los héroes.
Sáquelo a la venta y arrase en taquilla. Y, por supuesto, ¡no se olvide del sombrero y del látigo!

viernes, 23 de mayo de 2008

Ser una Chica Indy


Melena al viento, uñas a riesgo de romperse, tolerancia a los bichos. Y sobre todo, el grito. "¡Innndyyyyyyyyy!". La adrenalina impide la afonía, o sea, que chilla a placer, llamando a Indiana Jones para que venga a salvarte.
Y, sobre todo, paciencia. Porque Indy va a lo suyo y es probable que no cuente contigo para su próxima aventura. La arqueología y luchar contra los malos es su prioridad.

Pero no te quejes. Una noche con el Doctor Jones vale más que una vida con cualquier otro.
¿Todavía quieres ser una chica Indy? Hay tres opciones válidas.


La primera, ser valiente, espabilada y listilla. Ese estadio "Marion Ravenwood" es difícilmente alcanzable, pero, sin duda, es el más feliz.
Debes tener gran aguante para los chupitos de alcohol, saber curar las heridas de Indy a base de besitos y pilotar un avión. Al menos, intentarlo.


El estadio "Willie Scott" te deparará críticas. Debes ejercitar el grito histérico hasta límites inconcebibles, suspirar por tu manicura y apelar a tu condición de artista. Se te pedirá que cantes el "Anything goes" en chino mandarín.
En este nivel, eres prácticamente inútil y definitivamente cobardica en la aventura. Pero da igual; al fin y al cabo, todos seríamos así en semejantes empeños.


Quizá te interese también el estadio "Dr. Elsa Schneider". Para Elsa, necesitas un plan malévolo y que no se te note. Aquí deberás contenerte y ser más fría que un témpano de hielo.


Te enamorarás de Indy, sí, pero tu ambición y tus oscuros deseos de vanidad y vida eterna se antepondrán a cualquier sensatez o noble sentimiento.
A saber. Marion es la chica dorada y la única que ha conseguido la renovación. Willie es la incomprendida, la reivindicada por los posmodernos. Y Elsa es la olvidable, tan elegante como distante.


Ahí tienes para elegir.

jueves, 22 de mayo de 2008

Harrison Ford


¿Quién teme a Harrison Ford? Aunque coquetee en alguna ocasión con la turbiedad, Harrison es la quintaesencia del americano tranquilo. Una imagen bien nutrida de héroes, impulsados a cambiar su cotidianeidad en momentos de peligro.
Desde el mercenario Han Solo hasta el presidente secuestrado de "Air Force One", los personajes de Harrison le dan a lo valiente.


Harrison dijo en una ocasión que sus actores favoritos eran Gary Cooper y Gregory Peck. No cabe duda de que los tres están en la misma estela.
Y, como ellos, Ford es irresistiblemente sexy. En su gesto pacífico, algo tímido, reside su atractivo. Se lanza a la aventura con rotunda masculinidad y sin aditivos.


Como ninguno, Harrison Ford ha sabido mantenerse como una estrella taquillera de Hollywood y trabaja en las películas que quiere.
Su vida privada tuvo un resquicio de volverse escandalosa, cuando se separó de Melissa Mathison para comprometerse con Calista Flockhart.


Se convirtió en el divorcio más caro de una personalidad cinematográfica, pero Harrison supo mantenerse a salvo de las especulaciones. Comenta lo justo y no alienta el morbo.


Ahora vuelve con su personaje talismán, el que lo hizo indiscutible. Indiana Jones tiene sesenta y seis años, pero la convicción de que va a suponer una nueva victoria.
Nadie como Harrison para cambiar las gafas de venerable profesor de arqueología por el látigo, el sombrero y los puños redirigidos a nazis y soviéticos.


Harrison todavía practica la carpintería en su súper rancho de Wyoming. Darle a la madera fue su profesión antes de convertirse en actor.

martes, 20 de mayo de 2008

Wild River


La carrera de River Phoenix alcanzó su momento decisivo con su aparición en el memorable arranque de "Indiana Jones y la Última Cruzada".
Pese a que fuera una intervención breve, interpretando al joven Indy en su época de boy scout, era el desembarco del actor en el blockbuster por primera vez.
Y Spielberg ratificaba con esa elección todas las promesas que llovían en torno a Phoenix, tras una década llena de triunfos.


"Exploradores", "Cuenta Conmigo", "La Costa de los Mosquitos", "Running on Empty". River Phoenix se convirtió en el chico dorado de la segunda mitad de los ochenta.
Las niñas de todo el mundo suspiraban por ese rubio de expresión torturada y los críticos alababan su trabajo, por esa mezcla de intuición y talento natural.


Su imagen se deslizaba poco a poco a conquistar el título de James Dean de la época.
Se rebeló y dijo que no quería ser el joven Indy para la tele, porque lo esperaba Gus Van Sant. Así encontró el papel de su vida: el chapero narcoléptico de "Mi Idaho Privado".


Mientras, se involucraba en todas las causas humanitarias y ecológicas posibles y disfrutaba de su gran pasión: la música.

Con sólo veintitrés años, River murió de una sobredosis en los exteriores del Viper Room, un local de Hollywood; uno de los propietarios del club era Johnny Depp.
La mezcla de heroína, cocaína y Marrón Persa que ingirió aquel Halloween de 1993 lo llevó a la muerte, en presencia de sus dos hermanos y de la actriz Samantha Mathis.
Su fallecimiento fue tan trágico como sorprendente, porque muy pocos conocían las adicciones de Phoenix. El luto mundial que suscitó lo hizo cadáver exquisito y mito generacional; meses después, el suicidio de Kurt Cobain incrementaba esta saga noventera del horror.


La familia de River Phoenix ha preferido mantenerse callada en torno a los motivos de los abusos estupefacientes del fallecido.
River dio una posible pista para entender la causa de sus depresiones.
Sus padres se vincularon a una secta llamada "Children of God", cuando él era niño. Y según River, sufrió abusos por parte de los componentes de esa organización.


Poco antes de su muerte, ya lo había anunciado. "La adicción no se limita ni a los pobres ni a la mala gente; es una enfermedad universal".
Y, en su caso, todavía un misterio sin resolver.