jueves, 18 de septiembre de 2008

Rodrigo Santoro


Es tan irresistible como su país de origen; Brasil, Brasil.
Rodrigo Santoro, nuestro maromo de hoy, lo tiene fácil. El ardor le viene de su lugar de nacimiento.


Los yanquis lo conocieron descamisado y con tabla de surf en la secuela de "Los Ángeles de Charlie" y verlo de esa guisa fue suficiente y convincente.


Rodrigo es un nombre conocido por aparecer en dos de los productos más populares del audiovisual norteamericano.
La experiencia IMAX, propuesta por "300", revisión frankmilleriana del mito de las Termópilas, presentaba a un Santoro irreconocible, como Jerjes, el muy enjoyado sátrapa.


Y en el episodio más disparatado de "Perdidos", Santoro era Paulo que, junto a su novia Nikki, protagonizaban una trama extravagante, de paralelismo peculiar con "Rosencrantz y Guildersten Han Muerto".


Ya bien fijado en la industria, Santoro explota su raíz carioca, de la manera que gusta en Hollywood. Sé latino, pero habla inglés a la perfección y muestra capacidad para interpretar a cualquier personaje foráneo.


Más bonito que un San Luis, Rodrigo Santoro luce perilla, cuerpazo, encantadora sonrisa y un cabello en el que enredar los dedos y los sueños.


Sabemos que el tiempo no hará sino mejorarlo. Queremos morir en Río.
Y, de regalo, instántanea con Gerard Butler, compañero de reparto en "300".

3 comentarios:

Zinquirilla dijo...

Este es un maromo de los que me gustan: barbilampiño y añiñao, jeje

me has alegrao la mañana!!

Groupiedej dijo...

Como Jerjes estaba horrible... en el resto no, aunque yo dependiendo de la foto tiene pinta de faltarle un par de añitos... y babearemos por él más si cabe.

Josito Montez dijo...

Totalmente de acuerdo con RFP. ¿Y Santoro barbilampiño? ¡Si casi siempre lleva perilla!