domingo, 21 de septiembre de 2008

Kate


La Winslet, con esa cara de sabelotodo al borde de la histeria, es tan tozuda como talentosa.
Provoca la más curiosa mezcla entre antipatía e identificación y le van los personajes condenados a la sombra.
Las grandes del ayer - Stanwyck, Davis, Crawford - proporcionaban la misma sensación ambigua. Pero lo que sorprende de Kate Winslet es que lo haya logrado tan joven.


Inglesa hasta decir basta, Kate lo tiene claro y sus películas están generalmente a su altura.
Colecciona cinco nominaciones a los Oscars. No ha ganado la estatuilla porque no es una nena adorable; ha sido tan nominada porque es terriblemente buena.

Que había que tener cuidado con la Winslet ya lo supimos desde aquella joya llamada "Criaturas Celestiales", donde interpretaba a una de las dos adolescentes que se sumergen en el crimen antes que renunciar a su paraíso particular.


Cuando entró en Hollywood de la mano de Emma Thompson, Jane Austen y Ang Lee en "Sentido y Sensibilidad", la aclamaron como el reemplazo de Helena Bonham Carter en los dramas de miriñaque y tafetán.
Así, fue una agobiadísima Ophelia para el "Hamlet" de Kenneth Branagh y una ideal Sue Bridehead para el "Jude el Oscuro" de Winterbottom.


Pero, como Sue, la Winslet está absorbida por su sentido de la independencia. Rechazó "Shakespeare in Love" y "Ana y el Rey de Siam", decidida a sacudirse la naftalina y soltarse el corsé. En la variedad, encuentra el gusto.


Sin embargo, el público hoy la reconoce inmediatamente por vestirse con sombreros caros y tules de diferente signo. Es decir, por su papel protagonista en la película más cara y taquillera de la Historia.


Kate no se dejó hundir por el descarado boato de la megalómana "Titanic" y aguantó el tipo ante el ídolo Leonardo DiCaprio. No tuvo complejo en enseñar las tetas a medio mundo, demostrando que ella es espléndida carne y las demás, puro hueso.


Otro papel emblemático lo ofreció en "Eternal Sunshine of the Spotless Mind", que resume su imagen de tía pesada, que no se calla ni debajo del agua, pero que conserva un irresistible atractivo en ese frikismo british.


Ahora, de la mano de su marido Sam Mendes y de vuelta con su querido amigo Leonardo DiCaprio, vuelve con "Revolutionary Road".
¿Volverá a los Oscars?

5 comentarios:

Zinquirilla dijo...

Adoro a Kate!

Es la versión inteligente y de extraña belleza de las Bridget Jones.

Eduardo Fuembuena dijo...

A pesar de su falta de buen ojo al elegir la mitad e sus papeles, la Winslet es uno de los pocos rostros que iluminan hoy la pantalla.

No le llega a la suela del zapato a sus ilustres colegas británicas "de ayer" pero demasiado es ella para "el hoy".

Ojalá algún día pueda protagopizar el biopic de Daphne du Maurier.

Saludos.

Lord Alfred.

Groupiedej dijo...

Me encanta desde siempre, y es mucho menos insoportable que la Bonham Carter. Y efectivamente no le darán la estatuilla, por más que se la merezca... aún así va a seguir siendo estupenda.

Jorge dijo...

Maravillosa, gran actriz, ultra atractiva, llena de curvas... vamos, que mi imaginación vuela... y en esa pedazo de maravilla que es "Eternal Sunshine of the Spotless Mind" estaba insoportablemente adorable. Entre ella y Kirsten pasé un gran rato con una de las comedias románticas más tristes que se han rodado.

Champy dijo...

Va detracito de la Connelly.

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