domingo, 14 de septiembre de 2008

Carole


La historia de Carole King es una muestra de auténtica perseverancia judía.
Desde que entró en la órbita de las compañías discográficas, esta talentosa neoyorquina quiso cantar sus más sensibles composiciones.
Pero las puertas se le cerraron entonces y Carole tuvo que sobrevivir escribiendo temas para los grupos pops de chicas, como las Shirelles o Little Eva.
Temas como "Will You Still Love Me Tomorrow" o "The Locomotion" se pasaban por el filtro Spector y las ondas radiofónicas la retransmitían a todo el país, tan rítmicas como monótonas.


Junto a su colaborador y esposo por entonces, Gerry Goffin, la King no cesó en su empeño de hacerse hueco.
Pero ya sola y sin Goffin, fue cuando lo conseguiría. En 1971, se publicó "Tapestry", el disco que Carole elaboró a su imagen y semejanza.


"Tapestry" fue el álbum más vendido de los setenta, manteniéndose un año en las listas de los más escuchados en Estados Unidos.
Carole King se sumaba a la Streisand y a Linda Ronstadt; las tres fueron, sin ninguna duda, la tríada capitolina de mujeres pop de voces cautivadoras de aquella década.


Sin excesos, con una exquisita sensibilidad, Carole bordó "Tapestry" como una sucesión de temas memorables. Cada una, un éxito; todas, mil veces revisitadas y versionadas; "I Feel The Earth Move", "So Far Away", "It's Too Late", "You've Got a Friend", "Natural Woman".
En el mundo de la canción bonita, Carole King forma parte de la realeza.


La carrera de Carole desde entonces ha sido irreprochable, con incursiones en Broadway y sin dejar de escribir para otros artistas.
Si bien nunca ha alcanzado la redondez absoluta de su disco emblema, nadie ha dudado nunca del poderío King en la música yanqui.


La película "Grace of my Heart", protagonizada por Illeana Douglas, se inspiraba en su saga de chica prodigio que debe venderse a la industria, mientras espera su gran oportunidad.
Y su hija, Louise Coffin, versionó el "Where You Lead" para la cabecera de "Las Chicas Gilmore", renovando el legado de su astuta y genial madre.


Hubo una época en que América se dormía al arrullo del vinilo de su "Tapestry".
Hoy, tan judía y demócrata como el primer día, Carole King todavía saborea las ventajas de una empresa conseguida con creces.

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