martes, 5 de abril de 2011

Exceso y Pectoral en "Spartacus"


El año pasado, se estrenaba la primera temporada de "Spartacus: Blood And Sand", la más ambiciosa serie de la cadena Starz.
Quizá las expectativas eran demasiado altas, quizá el aspecto del primer episodio no era su mejor carta de presentación; lo único que me gustó de ese breve vistazo fue Andy Whitfield.


Volver a internarse en "Spartacus: Blood And Sand" sin complejos ni agravios comparativos ha sido una buena idea.
¿El don de la segunda oportunidad? ¿O perder la ceguera del prejuicio?


Tal vez, en terrenos televisivos, haya que aplicar la valoración en los propios términos. O, simplemente, dejarse llevar y disfrutar.


"Spartacus" empieza pareciendo un inefable horror de pelucas e infografía para convertirse súbitamente en hipnótico placer culpable. Y, poco a poco, se revela como una absorbente serie de intriga y venganza.
En "Spartacus: Blood And Sand", cada capítulo es mejor que el anterior.


"Spartacus" no tiene ni los medios ni las intenciones de ser ni "Gladiator", ni "300", ni la "Roma" de la HBO.
Se libra de las pretensiones de todas ellas, extrae el lado morboso de cada una y lo exprime con energía.


Más placer de medianoche que drama revisionista, "Spartacus" se asume vergonzante desde el principio.
Sus personajes dicen muchas palabrotas, se desnudan, follan y rebanan cuellos. Hacía tiempo que no se veía un producto audiovisual tan encantado de su sensacionalismo.


La Historia termina por ser un mero calzador dentro de un espectáculo del más difícil todavía.
Se insiste en el cliché de los depravados tiempos precristianos, con la clase privilegiada romana como esa depredadora insaciable y frivolona.


Los desfavorecidos son accesorios de tocador, muñecos de placer o luchadores de arena; se cuentan a través de la saga del noble gladiador Spartacus, el que terminaría por desafiar la sociedad esclavista.


"Spartacus" es explotativa, como lo serían las películas de Russ Meyer o la serie "Baywatch", con la bendita diferencia que ahora son los chicos los que tienen las tetas grandes.


Despliega un erotismo elemental o porno de flú, tan efectivo como sensual, que se asocia estética y dramáticamente con las explosiones gore.
Una relación entre sexo y violencia, que explica más la sociología posmoderna que el schadenfreude romano.


Casi sin pretenderlo, termina por contar que nuestra imperial atracción por los espectáculos viscerales no está tan alejada de la que se atribuye a la Antigüedad.


Y, debajo del exceso, los personajes son convincentes, el drama se mueve veloz y, entre tanto postizo, se encuentra un toque de emoción verdadera.


Esta entrega del camp necesitaba actores a la altura.


Con una química fabulosa, John Hannah y Lucy Lawless entregan sus desorbitados ojos al empeño.
Mientras, la joven Viva Bianca les roba más de una escena como la consentida Ilythia.


Si hay algo que no muere es nuestro amor por Andy Whitfield.


Personaje, actor y cuerpo siguen siendo el gran atractivo de la serie, así como la llave de sus mejores momentos.


Pero el idilio era demasiado bonito para durar.
La enfermedad de Whitfield no sólo le ha obligado a renunciar al personaje, sino que ha afectado a la propia andadura de la serie.


El lanzamiento de la miniserie/precuela "Spartacus: Gods of the Arena" evidencia que el show ha tenido que convertirse en franquicia.


"Spartacus: Gods of the Arena" se ambienta tiempo atrás de la llegada del tracio al ludus de Batatius y Lucretia; éstos se encuentran en el primer peldaño de su escalada social.


La miniserie se ha diseñado como un drama más coral, sin protagonismo definido.
Se extraña a Spartacus, pero se aprietan las más gruesas tornas, se refinan las intrigas y la identidad de la serie ya se manifiesta inequívoca.


La segunda temporada sitúa su producción durante este año, donde se recupera a Spartacus y los suyos tras lo acontecido en "Kill Them All".
El recast del personaje ha caído en Liam McIntyre, que tiene la obligación de ir al gimnasio, ponerse cachas y hacer olvidar al bello Andy Whitfield.


"Spartacus: Vengeance" verá la luz en 2012. Y los seguidores ya jalean, ansiosos, cual público de las más pectorales arenas romanas.

1 comentario:

Ramón dijo...

Puf, el principio me pareció malo y muy aburrido. Le seguí dando una oportunidad por Andy, evidentemente, pero me pudo.

Aunque según oí mejoró bastante. Ya es tarde :P Aunque qué escenas...