La profesión más fascinante gusta mirarse en el espejo con asiduidad.
La actuación y la creación son buena carne de drama, y la vida detrás del escenario, antes de la claqueta o previa al telón ha encontrado los más diversos retratos.
La actuación y la creación son buena carne de drama, y la vida detrás del escenario, antes de la claqueta o previa al telón ha encontrado los más diversos retratos.
En esas historias, se cuentan las alegrías y amarguras de la genialidad artística, y de qué manera se construye a base de talento, ambición, renuncia y dolor.
Entre los tropiezos y las prisas, el show también se contamina de la improvisación y del cambio de última hora.
Entre los tropiezos y las prisas, el show también se contamina de la improvisación y del cambio de última hora.
Ese azaroso camino que va desde el libreto hasta el aplauso compone el organismo vital de estos melodramas de la escena, que nunca han dejado de estar en boga.
La película seminal fue "La Calle 42", saga rags to riches de la Depresión, que también consolidaba al musical como el mejor amigo del backstage drama.
La diva se tuerce un tobillo, y su sustituta será la tímida niña del coro, que encuentra así la oportunidad de su vida y la justa recompensa a su bondad.
El momento más recordado de "La Calle 42" resume el espíritu del backstage drama.
El director de la obra agarra de los hombros a su nueva protagonista y, antes de que el telón se levante, le recuerda: "Sawyer, sales a escena como una novata, ¡pero tendrás que volver como una estrella!"
El director de la obra agarra de los hombros a su nueva protagonista y, antes de que el telón se levante, le recuerda: "Sawyer, sales a escena como una novata, ¡pero tendrás que volver como una estrella!"
En "Damas del Teatro" (Stage Door), linda comedia sobre actrices jóvenes, irrumpía un clásico lema del backstage drama: hay que sufrir para ganar.
"Damas del Teatro" insinúa las licencias en las que caen muchas chicas para ascender en una profesión difícil, donde el aplauso de una temporada puede no repetirse en la siguiente.
El subgénero tendría su eclosión culta en "All About Eve", donde se cambiaba el punto de vista.
La joven aspirante se veía ahora como una astuta serpiente de cascabel, que ponía la zancadilla a la talluda diva para reemplazarla, tanto en escena como fuera de ella.
La joven aspirante se veía ahora como una astuta serpiente de cascabel, que ponía la zancadilla a la talluda diva para reemplazarla, tanto en escena como fuera de ella.
En lo que respecta al cine dentro del cine, tema y discurso continúan, pero de una manera aún más potente.
Hollywood sabe de la hipnótica luz que proyecta sobre la sociedad y, a veces, ha querido disuadir de sí mismo.
Hollywood sabe de la hipnótica luz que proyecta sobre la sociedad y, a veces, ha querido disuadir de sí mismo.
En la triversionada y muy imitada "Ha Nacido Una Estrella", nos contaba las mentiras de su propio star-system; una colmena de politoxicómanos desesperados, con manifiesto pavor a envejecer.
Billy Wilder puso en solfa una gran verdad: los que salen al escenario se creen demasiado importantes.
"Sunset Blvd." terminó por impulsar el backstage drama como cuento de terror.
Ser una diva equivale a ser una loca imbécil, y el foco puede terminar por corromper el alma.
"Sunset Blvd." terminó por impulsar el backstage drama como cuento de terror.
Ser una diva equivale a ser una loca imbécil, y el foco puede terminar por corromper el alma.
El ballet, vocación sufrida donde las haya, servía de motivación para la británica "Las Zapatillas Rojas", peliculón colorinchi.
Ilustra la vampirización que produce una profesión tan obsesiva, donde se confunde vida privada con trabajo escénico, y psicología propia con personaje asignado.
El dramón de bambalinas y candilejas es fácilmente rastreable en el catálogo del cine clásico hollywoodiense.
Se veía entonces como un oportuno plato combinado, donde meter a presión números musicales, vidas célebres, mensajes moralizantes y lágrimas finales.
Se veía entonces como un oportuno plato combinado, donde meter a presión números musicales, vidas célebres, mensajes moralizantes y lágrimas finales.
Desde la candorosa "Damas del Teatro" hasta la disparatada "El Valle de las Muñecas", no hay tantos pasos como se piensa.
Sólo es ejemplo de lo que sucede cuando el cliché se convierte en acto de fe para una industria cinematográfica.
De ser una oda a la creación, el backstage drama quedaba reducido a una sarta de chismes sobre los excesos de los famosos.
Sólo es ejemplo de lo que sucede cuando el cliché se convierte en acto de fe para una industria cinematográfica.
De ser una oda a la creación, el backstage drama quedaba reducido a una sarta de chismes sobre los excesos de los famosos.
En los setenta, títulos más enjundiosos como "Opening Night" o "La Noche Americana" concederían renovada dignidad al subgénero.
En cualquier caso, el encanto de los espectáculos que se cuentan a sí mismos está fuera de toda duda.
Narraron la historia del cine y del teatro desde su misma creación, y a la vez, dignificaron a los actores, vistos durante épocas préteritas como prostitutos y gente de mal vivir.
Y, hasta cuando se contaban las tristezas y las turbiedades, nadie entre el público dejó de soñar con el foco, el aplauso y la inmortalidad.
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