viernes, 24 de abril de 2009

Prostitución


Llamado el oficio más viejo del mundo, quintaesencia de la objetificación machista de los cuerpos de su apetencia, los escenarios de la prostitución son vastos y de límites difusos.
Venderse para satisfacer deseos ajenos abarca desde la triste mujer de la calle hasta los que cambian el alma por un chalé con piscina.


La puta, la hija de Babilonia, la sombra de la calle, la mujer del puerto, el descanso del guerrero, el instrumento dorado de la iniciación sexual en épocas de represión.
Siempre fue vista con suspicacia y vivió perseguida por la buena sociedad, pero, a la vez, era necesitada y buscada.


La anteponían a la señora, que se guardaba los ardores debajo de la mesa de esa cocina a la que estaba atada de por vida.
Pero los hombres añoraban que sus señoras se comportasen en la cama como aquellas prostitutas que hacían lo que ellos querían.


He ahí la contradicción y la profunda hipocresía: una mujer liberada sólo podía ser una ramera, a los ojos de los mismos hombres que soñaban con desatar los corsés psicológicos de sus esposas.
El equívoco de Travis en "Taxi Driver" es sintomático de esta situación. Trata a Betsy como una puta, y a Iris como una señorita.


Puta sigue siendo el insulto favorito para desprestigiar a una mujer y ponerle la bota encima.
El término también se aplica, más o menos humorosamente, a quien folla más de la cuenta y a quien se presta a la sumisión sexual por su propia voluntad.


Hollywood ha retratado a las prostitutas como Cenicientas dispuestas a abandonar su profesión y redimirse en el momento que llegue el hombre adecuado.
En su lista de meretrices predilectas, se encuentra la trágica Margarita Gautier, que muere en la decadencia de su irreversible indignidad, y la alegre Pretty Woman, que encuentra el final feliz propio de las ingenuas.


Entre las vívidas imágenes del cine italiano, Fellini presentó a las más boyantes rameras de la Historia del Cine.
Son retratos enraizados en esa tradición literaria que observa a la puta como una mujer rotunda y una protopsicóloga más grande que la vida.


La prostituta como fuerza de la Naturaleza se encuentra también en la inolvidable Pilar Ternera de "Cien Años de Soledad", responsable del despertar sexual de media estirpe de los Buendía.


La vertiente deshonrosa de la prostitución sirve como todo un resorte dramático. Así, los hermanos Trask descubrían que su madre estaba viva y regentaba un burdel en "Al Este del Edén".
Revelar el pasado de una señora de limpia apariencia asegura el estupor y el escándalo en los tribunales de las series de televisión.


La prostitución como oficio es un asunto de intensa controversia. Unos piden su regularización; otros apuntan a su carácter de lacra social, que perpetúa la explotación integral del Tercer Mundo y coloca en el disparadero criminal a seres potencialmente indefensos.


En cualquier caso, prostituirse es un camino tan fácil como peligroso. La Jennifer Connelly de "Réquiem por un Sueño" es todo un ejemplo disuasorio.
Hay cosas con las que no se juegan, y territorios donde es preferible no aventurarse.

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