jueves, 23 de abril de 2009

Ashton Kutcher


Si tiene tiempo libre, Ashton Kutcher podría visitar este blog el próximo lunes y leer el artículo sobre la década actual que se publicará en "Puntos Suspensivos".
Sin duda, Ashton, buen producto de su época, se sentirá muy identificado.


Como buena celebridad del siglo XXI, los méritos de Ashton para hacerse personalidad intrigante escapan a cualquier lógica racional.
Porque nada en Kutcher es extraordinario, pero, ¿qué más da? Lo que decide la fama en nuestros tiempos son, ante todo, las ganas.


Friki de Internet, nostálgico de épocas nunca vividas, protagonista de películas malas y conocedor de que la dieta esencial de los actores contemporáneos se compone, sobre todo, de televisión; Ashton es la construcción perfecta de la década actual.


Su mujer, Demi Moore, quince años mayor que él, representa la antesala de este escenario. En los noventa, con polémica y silicona, se edificaba una celebridad consistente.


Ahora sólo con cuatro chorradas cibernéticas y hacer el ganso en la MTV, la notoriedad está más que asegurada.


Pero hay una cosa que se mantiene impertérrita y es la imagen como coordenada esencial. Pose molona, cambiantes cortes de pelo y estilo ecléctico: las estrellas siempre serán portada y trabajan para seguir siéndolo.
Y, por nuestra parte, hemos traído a Ashton Kutcher a "El Día del Maromo" por su imagen; es decir, por tío bueno.
Pasarán los años, pero nuestros ojos siempre serán niños caprichosos.

4 comentarios:

Ernesto dijo...

Pues sí, poco sabe hacer este chico pero....¡ni falta que le hace!

Zinquirilla dijo...

Pues yo le veo meritazo por aguantar a la Demi, las tres crías, el ex...

Josito, para cuando un Gale Harold juevero??

Josito Montez dijo...

No soy demasiado fan de Gale Harold, pero lo apuntaré.
En cualquier caso, ya hablé de él en este artículo: http://jositomontez.blogspot.com/2008/01/quin-es-gale-harold.html

chika migraña dijo...

Solo le faltaría ser rubio [por lo de tonto pero bonito]

Pero igual si lo encuentro en la calle me lo llevo pa mi casa