jueves, 9 de diciembre de 2010

Elogio del 'Beur'


No es nueva la siguiente expresión admirativa: "Qué buenos están esos franceses con pinta de moros".
Detrás de esa peculiar condición de maromos, se esconde una realidad racial, cultural y generacional.


Denominados como beurs, noción peyorativa reconvertida en orgullo de raza, son todos aquellos hijos de inmigrantes norteafricanos, en particular, e islámicos, en general.


Su importancia ebullió en los ochenta y siempre han vivido entre el inevitable racismo y la propia confusión cultural.
Los beurs viven a caballo entre dos culturas, como los chicanos o los paquis londinenses.
Así lo cuenta la Historia: los imperios caen, pero los mestizajes resultantes, más poderosos que cualquier arma, emergen y viven por siempre.


Consolidados fuertemente en enclaves como Marsella y presentando esa curiosa relación sociológica con el lepenismo, la presencia de los beurs en los medios de comunicación se ha incrementado en los últimos años.


El beur más querido es, sin duda, el futbolista Zinedine Zidane. En realidad, ha sido la primera celebridad franco-argelina con todas las de la ley.
Desde el principio, su físico provocó tanta extrañeza como inmediata atracción.


Como futbolista, ha sido el mejor durante años, y dio al Real Madrid y a la Selección francesa más victorias de las nunca soñadas.


Serio, a veces ceñudo, frecuentemente diaforético, siempre proyectando esos ojos de otro planeta, Zidane se mueve con una elegancia espontánea.
Su aspecto de duro queda inmediatamente matizado cuando empieza a hablar el suave idioma del oui oui oh la la.


El año pasado, llegaba al Real Madrid otro beur de culto, llamado Karim Benzema.
Nuestro querido amigo Justo lo ha reivindicado en su blog hace unos días y, de hecho, ha inspirado este artículo.


Por las reacciones, se ve que no hay mucha unanimidad en cuanto a Benzema, del que muchos dicen que es simplemente feo.


Pero ya escribí que el morbo no obedece a cánones de belleza, y sí debería reaccionar ante cabezones tan sugerentes como el de Karim.


Su seriedad esconde una dentadura terrible, tiene la costumbre de sonarse los mocos con la camiseta y, cuando se lo piden, mira con chulería a cámara.


Tiene todo el magnetismo de lo sucio y el ardor de no saber lo sugerente que nos resulta.
Porque yo soy de la opinión que una velada con Benzema vale más que cualquier noche con Brad Pitt.


Si hay un beur indiscutible, es ese caballero que conoce bien las consecuencias libidinosas de su mestizaje y lo potencia de una manera explosiva.
Para todos los seguidores del porno gay, no necesita presentación.


Para los demás, os presento al taciturno y sensual François Sagat, un todoterreno del cine X para homosexuales, al que debemos muy buenos y eyaculantes ratos.


Ante todo, Sagat se distingue por ese tatuaje en el cráneo; desde luego, la solución más imaginativa contra la calvicie.


Otro tatuaje más significativo que aparece en la musculosa anatomía de François se encuentra en su espalda: la media luna y la estrella.


Además de ser el más exótico de las estrellas del porno, Sagat ha entregado su imagen a la fotografía de moda, y el pasado año, hacía su entrada en el cine convencional.


Su director en la no-pornográfica "Homme au Bain" se deshizo en elogios, asegurando que Sagat redefine la noción de masculinidad.


Porque ya se sabe que, en este mundo, cualquier cosa es susceptible de redefinición; cuando todo parecía inventado, aparecieron los beurs.


Larga vida.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Fransuas!! Fransuas!!

Ramón dijo...

¿¿Es un tatuaje?? Sorprendido estoy. Y que inocente jeje

Justo dijo...

Me ha gustado mucho.. verdaderamente los beur son una realidad cultural reciente, con sus propias claves.. cuando todo parecía inventado, como tú dices. No encuentro equivalente en España, de momento, aunque puede que dentro de un tiempo cuaje una realidad pareja, en cierta medida, con los emigrantes de Ecuador y Colombia -los panchitos, como les llaman, quiero creer que cariñosamente-.

Me quedo con las definiciones de Benzema, ya las utilizaré, jaja, sobre todo el párrafo que va desde "su seriedad.." hasta "... Brad Pitt", que suscribo en su totalidad. Le has echado bien el ojo.. hay personas que necesitan ser miradas, porque no son evidentes, y Benzema es una de ellas.

De mi estancia en París me quedó esa impresión extraordinariamente sensual de los beur despachando en las tiendas de comestible, en las calles mirándote chuletes, en el metro emanando sudor y sexo. Allí se les tiene asco y admiración secreta a un tiempo. Y no tan secreta: en el mundo gay hay varios lugares dedicados a rendirles culto.

Un abrazo, muchas gracias y encantado de la afinidad

Josito Montez dijo...

Yosonico, Sagat es patrimonio de la Humanidad, no te lo quedes.

Ay, Ramón, tu comentario makes my day.

Justo, creo que estas afinidades deberían ser más potenciadas. Harían de la blogosfera un punto de encuentro mucho más rico; el hecho de que muchos artículos continuasen temas estimulados por otros, me refiero.

Saludos a los tres.