jueves, 23 de diciembre de 2010

Ellos y Los Ochenta


Se podría decir que los maromos nacieron en los ochenta.
Fue cuando aparecieron las primeras pistas de que los hombres guapos también vendían.


La imagen importaba más que nunca, ante la eclosión de la televisión y la publicidad.
Se daba la insospechada circunstancia de que un caballero bien lacado podía atraer tanto como una rubia en moto.


Haciendo un sondeo sobre los nenes más amados por los que vivieron y soñaron en esa época, un nombre se repite entre suspiros.


Morten Harket, el cantante de A-Ha.
Harket define las líneas básicas del niño favorito de los ochenta: nórdico, aniñado y con un cabello definitivamente asombroso.


Carne de pósters, voz de radiocassettes y príncipe de vídeoclips, Morten tal vez sea la flor de temporada más hermosa e inolvidable de todas.


Porque el cantante perdurable de los ochenta sería ese aguijón rubio de Newcastle.


Sting, el insolente de "Quadrophenia", "Dune" y de The Police, arremetía con esos temazos que siguen encantando a todo el personal.


El rubio, con esa voz tan personal y esa versatilidad pop/rock, tiene la condición de los que nunca mueren.
Ha sido el mejor para vigilar every breath we take y, pase el tiempo que pase, su sex appeal no hace sino renovarse.


Bien lo sabemos: los ochenta fueron el gran momento de los culebrones y demás seriales de lujo, escalera y cardado.
Ellas eran las reinas, sí, pero el atractivo masculino también se hacía requisito a cumplimentar.


"Dinastía" tuvo al más guapo y simpático de todos: John James, pelazo, labios y mirada.
Era el óptimo galán Jeff Colby, en desacuerdo continuo con Fallon, que siempre lo vio poca cosa la muy ingrata.


El primo de Jeff se llamaba Miles, y estaba interpretado por Maxwell Caulfield.


El chico de "Grease 2" se confirmaba como la apoteosis del rubio tontín, lo más parecido a Ryan Kwanten que tuvo la década.


Maxwell ilustraba las bondades de California, mientras otro súper rubio insistía en la hegemonía de lo nórdico.


Dolph Lundgren pegaba con fuerza, y su debut en el cine respondía al nombre de Ivan Draco en "Rocky IV".
Nosotros lo recordamos por ser el más ideal He-Man para "Masters del Universo".


Un auténtico titán, Dolph ha sido el cuerpo más espectacular durante años y, de largo, el más guapo de los machotes de acción.


Los jóvenes mandaban. Y querían verse en la pantalla.
Así apareció la 'Brat Pack', colección generacional de talentos niñatos.


Algunos de ellos han llegado a ser estrellas de Hollywood. La mayoría se han quedado en la anécdota de películas memorables.


En el apartado maromial, sobresale un título en particular.
"Rebeldes", de Coppola, presentó a legendarios seductores como Rob Lowe, Tom Cruise o Patrick Swayze.


Y, sobre todo, al que no ha dejado de ser bonito ni un sólo segundo. Mi personal predilección: el sensual, precioso Matt Dillon.


Mientras, la televisión era testigo de la breve vida y carrera de Jon-Erik Hexum.
Estaba llamado a ser el hombre más deseado de la era; un auténtico beefcake de los que todavía propician coleccionismo.


Hexum le daba al pecho peludo, en una época que no conocía de la vil depilación masculina.


En el rodaje de la serie "Cover Up", Jon-Erik jugaba con una pistola, se le disparaba fatalmente y dejaba un hermoso cadáver de veintiséis años.


Mayor oportunidad de llegar a viejo tuvo el futuro señor de la Streisand.


James Brolin era McDermott en "Hotel", enamorando a Connie Sellecca y a todos los que seguían las brillosas andanzas del St. Gregory.
El hijo de Brolin se llama Josh, y, por entonces, era Brand en "Los Goonies", sueño de nene, al que atar al sofá con sus propios extensores.


Josh Brolin no terminaría la década sin ser cowboy para "The Young Riders".


Diez años dieron para mucha hombrera y mucho maromo. Probablemente, se nos hayan quedado nombres decisivos en la recámara de la memoria.


Lo apropiado será volver a aventurarnos en este camino por el pasado en otros posibles jueves.
Porque, con este recorrido, ha quedado claro que los primeros amores no se olvidan fácilmente.

4 comentarios:

Ratatouille dijo...

¡¡¡¡Ayyy, q recuerdos!!! mis primeros amores y sueños de besos. ¿Dónde estarán mis posters de Morten y mi librito de Alfaguara de Rebeldes? ¿Me los robastes, Josito Montez?

Athena dijo...

Menudo repaso al maromeo ochentero, buena selección. La foto final me ha encantado ;)

Laura dijo...

Oye, dónde están todos estos hombres..??? ya no se ven hombres así...los 80 fueron una gran época!!

Anónimo dijo...

Dolphi, Dolphi...ayyyyy