miércoles, 13 de octubre de 2010

Vida y Muerte de las Andrews Sisters


Patty sólo tenía siete años, y LaVerne tocaba el piano como acompañamiento en una sala de cine mudo.
Maxine era la tercera en discordia en el primer concurso musical que ganaron.
Sin conocer gran cosa de la vida, las tres hermanas Andrews dejaron Minnesota en plena Depresión, se enrolaron en los circuitos del vaudeville y se perdieron en el horizonte.


Veinte años después, las Andrews Sisters disfrutaban de un éxito descomunal como trío de cantantes.
Su popularidad creció enteros durante la Segunda Guerra Mundial.
Eran las mejores para entretener a las tropas aliadas, allá donde estuvieran. Las hermanas cruzaban el océano, sonaban en la radio, hacían parada en Hollywood.
Las tres, vestidas militarmente, con sus voces perfectamente armonizadas en un mundo perfectamente patas arriba, lucen hoy como un símbolo de los años cuarenta.


Musicalmente, formaron parte de la gran época de las bandas swing.
Popularmente, eran tres canoras hermanitas, más americanas que el chicle, cuyas canciones eran placer culpable secreto hasta del mismísimo Hitler, según cuenta la leyenda.


Su mayor innovación fue cantar a pleno pulmón, simulando con éxito el sonido de tres trompetas.
Eso incomodó a las bandas que las acompañaban, que se sentían ensombrecidos por las Andrews. Esta reticencia a tocar para ellas también obedecía a cierto machismo.


En la Segunda Guerra Mundial, las mujeres empezaban a trabajar en las fábricas y ocupaban así los puestos que sus maridos habían dejado para alistarse en el ejército.
Las Andrews Sisters ejemplificaron la misma rebelión pionero-feminista en el mundo musical.
Fueron el primer trío de nenas estrellas. Todas las que vinieron detrás, se lo deben.


Los cincuenta no fueron buenos tiempos para las Andrews Sisters, que pasaron de moda casi en el mismo instante en que se firmó el armisticio.
Empezó entonces el problema con la rubia Patty, la más joven, la que más destacaba y la más ambiciosa.
De la mano de su marido y agente, dejaba el grupo para abrirse paso como solista.


Se lo contó a la prensa antes que a Maxene y LaVerne.
Éstas, con el corazón roto, decidieron continuar como dúo.


En diciembre de 1954, se armaba el revuelo. LaVerne explicaba que no era cierto lo que se estaba diciendo. Maxene sólo había tenido un accidente.
Estaban en Australia, en plena gira, cuando Maxene ingresó de urgencia en el hospital. Se había tragado dieciocho tranquilizantes.
Un accidente, insistió LaVerne en sus declaraciones a los reporteros.


Dos años después, las tres hermanas estaban de nuevo juntas.
Grabaron un nuevo disco, sin demasiado éxito, pero, como trabajadoras infatigables, no se rindieron y recorrieron el país con sus actuaciones.
A finales de los sesenta, LaVerne moría de cáncer.


Durante las décadas siguientes, Patty y Maxene protagonizaron una sucesión de reconciliaciones y peleas, tanto profesionales como familiares.
Maxene siempre aseguró que nunca había entendido a su hermana.


Patty, tan necesitada de actuar en solitario, tan segura de que era la mejor de las tres, jamás pudo hacerse un nombre propio en la música.
Esa paradoja quizá pudiera explicar su continua necesidad de desertar y su crónica frustración, ante la realidad de que no era más que una andrews sister.


Antes de morir en 1995, Maxene seguía lamentando la ausencia de un puente sólido entre Patty y ella.
Patty no fue al funeral de su hermana. Su marido se había caído por las escaleras, fue la razón.


Hoy Patty tiene 92 años. No suele hablar de sus hermanas y, cuando le mencionan sus conflictos, bromea y cambia rápidamente de tema.
Pero, quizá más de una vez, se quede absorta en sus pensamientos.


Rememorará cuando dejó Minessota siendo niña y comenzó una odisea por el mundo, para consagrarse como una voz en las ondas e interpretar canciones que no decían nada, pero hacían sentir bien.
Y, tal vez, Patty llegue a la conclusión de que toda esa vida y ese legado sucedió en compañía de sus hermanas.
Desde el principio hasta el final.

2 comentarios:

Monica dijo...

Me encantan las Andrews Sisters. Sin embargo, desconocía su historia, es curioso como se siguen publicando recopilatorios de sus éxitos después de más de 50 años... One Rum & Coca Cola, please! :-P

Josito Montez dijo...

Todo lo que sea "vintage" provoca oleadas de pasión periódicas. Y hasta Christina Aguilera las ha sampleado, sin ir más lejos.

Besos.