martes, 26 de octubre de 2010

"Fringe": Improbabilidad Probable


En cierta ocasión, escribí que "Fringe" era la garantía de la nada.
Por entonces, había visto poco más del arranque de la serie; un vistoso muestrario de efectos especiales y misterios nada misteriosos.


Casi tres años después, la opinión debe ser otra.
Porque "Fringe" se ha rectificado a sí misma con una gracia inaudita, ha aprendido de sus errores y, sin perder su identidad, se ha convertido en serie de culto.


Sus tramas se vertebran en sucesos que escapan a la comprensión convencional.


El mundo según "Fringe" se ha convertido en un laboratorio para científicos sin escrúpulos, que ensayan peligrosamente con la cognición humana y las armas bioquímicas.


Olivia Dunham, agente del FBI, se convierte en la líder de estas investigaciones de lo paranormal. Aparte de su equipo policial, estará acompañada por dos consultores civiles: los Bishop.


El Dr. Walter Bishop, científico literalmente loco, recuperado de un manicomio y devuelto a la realidad. Esa realidad, cuyo hipotético límite conoce mejor de lo que debiera.
Y Peter, su hijo, díscolo heredero, de tensa relación con su padre y prometedora química con la bella Olivia.


Mientras, en la lejanía, se encuentra Nina Sharp, la enigmática lugarteniente de Massive Dynamic, súper multinacional, de intoxicante aroma a conspiraciones.



Desde el primer momento, "Fringe" se ha mostrado más óptima cuando ha confiado en potenciar a sus personajes principales por encima del argumento episódico de turno.


Porque la efectividad dramática de sus tramas autoconclusivas ha sido notoriamente irregular; sobre todo, en la primera temporada.
El primer año de "Fringe" estaba trufado de capítulos exasperantes, donde los protagonistas se pasaban treinta minutos del metraje sólo recomponiendo la escena.
Esa misma escena que el espectador ya conocía desde el prólogo.


En cambio, cuando la serie se entretenía en insinuar datos sobre la infancia de Olivia o el pasado de los Bishop - y cómo pueden estar relacionados -, la fascinación se incrementaba automáticamente.


"Fringe" habrá sido irregular, pero siempre se ha mostrado honesta.
Ha respondido a sus incógnitas de manera cumplida, y ha trabajado bien esa progresión dramática que va desde la incredulidad hasta la convicción, tan necesaria en los buenos relatos de ciencia-ficción.


Y su esfuerzo en crear mundo y lenguaje propios se ha visto finalmente recompensado.


La segunda temporada arrancaba con una imagen espectacular e inexplicable: Olivia apareciendo de repente, lanzada a través del cristal delantero de su coche.


Fue la primera expresión de los nuevos derroteros de "Fringe", más libres, más imaginativos y menos constreñidos a su fórmula "X-Files".


La revelación del decisivo origen de Peter y un delirante episodio musical/vintage fueron sólo la antesala del poderoso final de temporada.
"Over There", audaz juego de espejos, cómic de lujo y devorable precipicio televisivo, se encuentra, sin duda, entre los mejores capítulos emitidos en este 2010.


El tercer año se ha engarzado en ese "Over There", sin negarlo ni rectificarlo. Y parece que seguirá explotando las infinitas posibilidades que ofrece.


Posible ha sido también su revisión, su disfrute y su reivindicación.
Hoy no creo que "Fringe" sea garantía de la nada. Es garantía de un buen rato televisivo. Nada más y nada menos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta leer cuando la gente se reivindica con Fringe, esa serie es de mis favoritas y aunque su primera temporada fue bastante regular supe que tenía mucha tela por cortar y que sería grande muy grande.

Athena dijo...

Creo que fue a usted a quien le dije que había un capítulo que le iba a gustar especialmente. Yo estoy encantada con la serie.

CaféOlé dijo...

No puedo estar más de acuerdo contigo! Ví algún capítulo suelto en Canal+ y me llamó la atención así que la empecé a ver desde el principio.
La primera temporada es la más irregular pero parece que, al final de la misma, se fueron aclarando de por qué derroteros ir y ya en la mitad de la 2ª temporada estaba literalmente enganchada!
A estas alturas, ya en la 3ª, ya soy una fan total!
Besos.

Josito Montez dijo...

Me alegro de compartir las mismas sensaciones que vosotros.
Athena, te referías al episodio musical, ¿no?