viernes, 22 de octubre de 2010

Cadenas Rotas


En su historia, se acumulan la miseria, el esplendor y la expresión continua de una escalofriante dignidad.
La raza negra nunca fue raza. Pero fue perseguida como tal, considerada inferior y puesta a disposición de los dueños de la Tierra.


En cierta ocasión, se libraron de las cadenas, y el humanismo declaró entonces que todos éramos iguales.
Pero no, no eran libres al fin. Siguieron siendo el objeto predilecto de la más virulenta xenofobia; sobre ellos, se depositaban y fijaban todos los estereotipos.


En una novela cursi y falsa llamada "La Cabaña del Tío Tom", los esclavos negros de las plantaciones eran retratados como unas pobres almas desamparadas, buenas de corazón y con adorables costumbres folclóricas.
Necesitaban la Emancipación, decía su bienintencionada autora.


Pero la Emancipación no significó nada relevante, a niveles prácticos. Así lo dijeron Jean Rhys y Martin Luther King, en otros.


En "Ancho Mar de los Sargazos", los ex esclavos rodean con codicia la plantación de sus antiguos esclavizadores.
La sed de venganza y la necesidad de justicia se complementaban con el sonido inquietante de los rituales, que sincretaban catolicismo y vudú.


Se acercan, y el mestizaje es el mayor pavor de los privilegiados, porque difumina los límites, crea gente nueva y abre un futuro incierto.
No se pudo evitar: el mundo se llenó de mulatos, de Sarah Janes y de milleches. Tener sangre negra equivalía a serlo; detectarla fue cada vez más difícil.


La persecución sistemática y la separación formaron parte de la reacción blanca.
Quedó ejemplificada en el Ku Klux Klan, policía oficiosa y asesina, que planeaba desterrar a los negros de cualquier ambición igualitaria.
No serían esclavos juridícamente, pero debían considerarse a sí mismos como tales.


En "Lo Que el Viento se Llevó", aparecen dos retratos bastante significativos de mujer negra.
Por un lado, Mammy, la buena y maternal, con cierto salero, consciente de su papel de sirvienta, que querrá mantener después de la Emancipación.


Y, por otro, Prissy, la negra inútil, boba, mentirosa y digna de bofetón, caricatura racista y flaco favor.


Hollywood premió a Hattie MacDaniel con un Oscar. Pero Hattie tuvo que entrar en el recinto por la puerta de atrás.


En "El Color Púrpura", quedaba ilustrada y denunciada la inexistencia de la condición femenina.
Especialmente, si la negra no es agraciada físicamente, si no tiene donde caerse muerta, si vive en Mississippi y si, además, descubre su lesbianismo.


Celie, su heroína, recupera la dignidad y, como la mejor de las vindicaciones, acepta su realidad y la defiende: "Seré negra, seré fea y seré pobre, pero a Dios gracias, aquí estoy".


Más sombría aún es la chica de "Precious", obesa y abusada sistemáticamente por sus progenitores; un nombre más en la lista de de los que viven en los registros de las ayudas sociales.


En "The Wire", aparece expresada la realidad actual de la mayoría de la población negra.
Está anclada y olvidada en barrios construidos con las mejores intenciones, reconvertidos pronto en deprimentes barriadas y laberintos de delincuencia.
El presidente de Estados Unidos es negro. Oprah es negra. Pero algo sigue fallando.


Mi abuela decía que los hombres negros eran muy feos. Mis hermanas aseguran que son los tíos más buenos del planeta.


La vertiente sexual de los señores de chocolate ha vivido una escalada importante. Pero no es nueva; siempre suscitaron atracción y exotismo.
De hecho, se dice que muchos racismos blancos empezaron por pura envidia ante los generosos atributos físicos de los negros.


Harry Belafonte, Lena Horne y Dorothy Dandridge fueron los primeros afroamericanos incendiarios y apasionados, decididamente eróticos y responsables de perturbaciones variadas en la población blanca.
Y, por ello, se intentó aplastarlos, fenómeno que se viviría hasta en la época de Vanessa Williams.


Las humillaciones racistas no cayeron en saco roto.
Especialmente tras el asesinato de Luther King, la cultura afroamericana decidió echarse el cierre, ser tan racista y prejuiciosa como lo habían sido los blancos y, en algunas ocasiones, recurrir a la violencia.


Pero también la evidente existencia de una cultura negra llevó a la proclamación de sus propios héroes, interlocutores válidos de sus luchas y conquistas.
Porque saltó la noticia: los negros pegan más fuerte, la saben meter y tienen soul.


Desde los lamentos laboriosos de las plantaciones de algodón hasta los desorbitantes vídeos de la MTV, pasando por el estallido del jazz, las encendidas muestras del gospel y los distintos grados del funk y del R&B, el alma musical del siglo se prefiere bien negra.


Si su realidad continúa siendo triste e injusta en muchas ocasiones, la admiración unánime, internacional y multigeneracional a todas sus estrellas ha sido siempre la necesaria contrapartida.


Conscientes de que todavía queda senda por recorrer, acostumbran a celebrar sus victorias a gritos, con los brazos en alto. Sin cadenas. Libres al fin.

4 comentarios:

Elle B. dijo...

Adoro tus entradas de los viernes. Esta me ha gustado especialmente.
La lucha por el mestizaje y la igualdad de persona a persona sigue latente en muchisimos aspectos, pero, en mi opinión, hoy has recuperado uno al que ya no se le presta la debida atención.

La raza negra siempre ha sido considerada inferior, hoy todavía hay mucha gente que los tiene por malvados y demás, pero tienes mucha razón en sus estrellas: todo lo que se le quita, discrimina y se hiere a su población,sus artistas, deportistas, políticos llaman la atención, o por lo menos algunos, sobre el estado en el que se encuentra esta raza.

Como añadido, en la película 'Hairspray', la preciosa canción que cantan en la marcha en contra de la separación: http://www.youtube.com/watch?v=1NfW_UnoOLQ&feature=related

Un beso!

Josito Montez dijo...

Preciosa canción, sí, señor.

Muchos besos, Lucy's friend. ;)

Pati Difusa dijo...

Recordemos también 'Strange Fruit', un triste y hermoso alegato contra el racismo.

Debo comentar que a mí particularmente me parecen muy hermosas las mujeres negras.


¡Pusiste a Vanessa Williams! xD

Athena dijo...

Mi abuela, mujer nacida en 1906 y ya fallecida (evidentemente), solía decir de los actores negros tipo Denzel Washington: "En su raza, es guapo". Y lo decía sin acritud, reconociendo el atractivo del señor en cuestión.