domingo, 18 de abril de 2010

Goldie


Con unos ojos más grandes que la vida y una energía infecciosa, Goldie Hawn conquistó el cine de los setenta.
En realidad, fue una de las caras amables de una época tan conflictiva.
Ella dio calor, ofreció comedia y entregó la versión pop de la rubia tonta.


De tonta, Goldie Hawn nunca ha tenido ni un pelo. Pero sí lo ha tenido todo de superviviente.


Ninguna de sus películas ha estado a la altura de su valía, y tal vez sea la leyenda hollywoodiense más subestimada de todas.


Pero cuando la Hawn aparece en los Oscars, se deja ver en algún sarao o reaparece en el cine, sentimos que estamos ante una vieja amiga.
"Ahí viene Goldie", tan jodidamente simpática, tan secretamente grande.


Por ser la novia suicida de Walter Matthau en "Flor de Cactus" le dieron el Oscar como mejor actriz de reparto en 1969 y comenzaba su gran época.


Una era que culminaría con su papel más popular y querido, "La Recluta Benjamín", donde fue chica en el ejército.
Fue la primera película que también quiso producir.


Tras dos matrimonios fallidos, la Hawn conoció y se enamoró de Kurt Russell.
Nunca se han casado, pero llevan más de veinticinco años de amor y estabilidad, con el resultado de un hijo en común, Wyatt.


Conforman bendita excepción de durabilidad en lo que a parejas hollywoodienses se refiere.


Quizá por encontrar la felicidad con Kurt, tal vez por el fracaso de "Overboard", su película juntos, las apariciones de Goldie empezaron a dispersarse muy pronto.


En los primeros noventa, sólo dos películas levantaron la atención.
Por un lado, darle a la acción con Mel Gibson en "Dos Pájaros a Tiro".


Y, por otro, mantener un duelo fabuloso con Meryl Streep en "La Muerte Os Sienta Tan Bien" (Death Becomes Her), una parodia de la obsesión por la eterna juventud y la cirugía plástica, aspectos que Goldie conoce muy bien.


Se fue de Hollywood durante cuatro años, para cuidar a su madre enferma de cáncer.
En 1996, quiso volver por la puerta grande.


En "El Club de las Primeras Esposas", se merendó sin problemas a Diane Keaton y Bette Midler.
Sería la emoción de su regreso, pero Goldie brillaba como el primer día y seguía riéndose de sí misma sin complejos.
En esta ocasión, de su naturaleza de señora operada y sex-symbol pasada de fecha.


Woody Allen le dio un buen regalo, invitándola a bailar y cantar en su lindo musical "Todos Dicen I Love You".


En los últimos años, Goldie Hawn ha dejado paso.


Sus dos hijos mayores, fruto de su segundo matrimonio con Bill Hudson, aspiran a una gloria como la de su marchosa madre.
El guapo Oliver y, sobre todo, la bella Kate están en el camino.


Goldie alienta y vigila, con la confianza de las que saben tantísimo.


Adoraría entrevistarla, porque sé que tiene mucho que contarnos sobre Hollywood, sobre su familia y sobre su país.


Te amo, Goldie Hawn.

2 comentarios:

Zinquirilla dijo...

Me caen genial, ella, el no marío, la niña.

Kate dijo...

Me fascina el papel que hace en el Club de las divorciadas (o de las primeras esposas en España).

Saludos!