martes, 4 de octubre de 2011

El Viaje de "Torchwood"


He aquí una serie curiosa, cuanto menos.
Saga británica de ciencia-ficción y fantasía, "Torchwood" arrancó originalmente como spin-off de "Doctor Who".


En 2005, el remozado de "Doctor Who" había supuesto el exitoso relanzamiento de una leyenda de la BBC.
Un año después, nacía "Torchwood", que puede ser disfrutada independientemente.


Con su serie madre, "Torchwood" comparte el mismo humor nonsensical y la semejante voluntad de situar amenazas alienígenas, viajes en el tiempo y colapsos mundiales en plena cotidianeidad british.


Pero "Doctor Who" está diseñada para todos los públicos, mientras "Torchwood" se presenta como su alternativa golfa, con personajes bisexuales y situaciones adultas.


Su protagonista es un paciente del Doctor: el Capitán Jack Harkness.
Se trata de un enigmático hombre del futuro, un inmortal pasajero contrarreloj, que ha asumido la identidad y vestimenta de un militar de la Segunda Guerra Mundial.


Su equipo de científicos investiga y lucha contra los peligros de lo sobrenatural.
Una noche, son descubiertos por Gwen Cooper, una agente de policía.


La modesta vida de Gwen cambia radicalmente cuando empieza a ser parte de tan deslumbrante conjunto de misiones.
En Cardiff, capital galesa, se permite salvar el mundo cada día.


"Torchwood" ha cambiado mucho a lo largo de sus cuatro temporadas.


Ha pasado de ser un espacio de la tercera cadena de la BBC a acomodarse en su canal principal y, además, recibir financiación norteamericana.


Su primera temporada no supuso un arranque demasiado distinguido.
El escaso presupuesto se sorteó con cierto regodeo en el 'cutre-lux', que la emparentaba con su obvio modelo, "Buffy, Cazavampiros".


Abundaban capítulos muy irregulares, donde los efectos especiales eran puro camp y los actores no sabían ni llevar las armas con convicción.
Los errores siempre quedaban contrarrestados por una inaudita vibración romántica.


Durante ese primer año de "Torchwood", los personajes ya eran mejores que las tramas que protagonizaban.


En cualquier caso, la primera temporada posee algunos episodios brillantes, avanzadilla de lo que eclosionaría poco después.


La segunda temporada atestiguó una mejoría notable.
La serie comenzó a estar a la altura de sus protagonistas, potenciándolos y llevándolos a emotivas conclusiones.


El tercer año se presentó en forma de miniserie, apostando por una trama única.
Subtitulada como "Children of Earth", recibió un general aplauso crítico.


Sin embargo, la mitad del reparto desapareció sistemáticamente, ante la indignación continuada de los fans.
El foco de acción cambiaba y se hacía más ambicioso.


Se puede decir que "Torchwood" ha sacrificado gran parte de su espíritu original por ser buena.
En su cuarto curso, emitido este verano, más que nunca.


Co-produce la cadena Starz.
Por tanto, ya es un producto norteamericano, de ejecución perfecta, entretenidísimo y con la participación de actores bien conocidos.


Por contra, su proverbial encanto y su fiero romanticismo ahora son accesorios de la intriga.


Amada, cuestionada y parodiada, "Torchwood" relata un universo tambaleante, donde los héroes se sacrifican, luchan y deben penar hasta por sus victorias.


John Barrowman ofrece un refrescante héroe con pluma, un Tom Cruise desatado, con buena ironía y exquisita apostura.
Un protagonista distinto para una serie diferente.


La bisexualidad de los seres de "Torchwood" ha sido tema destacable y polémica continua.
El más suculento affair se vive entre Jack y su colaborador/mayordomo, Ianto Jones.


Interpretado éste por el guapísimo Gareth David-Lloyd.


A la BBC nunca le ha gustado mucho la idea.
Hasta se ha permitido censurar una escena gay de la cuarta temporada, excusándose en que muchos espectadores están hartos de ver al Capitán Harkness con otro hombre.


Nosotros, en cambio, no nos cansamos.
Divertida dosificación de elementos de la aventura clásica, sazonada de preguntas existenciales y preocupaciones contemporáneas, "Torchwood" ha de anunciarnos cuando regresará para una quinta temporada.


Su creador, Russell T. Davies, ha dicho que la serie necesita descansar.
Como su protagonista, se hará esperar. Antes, tiene otros mundos y tiempos que recorrer.

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