lunes, 28 de marzo de 2011

Money, Money


Hace mucho tiempo que las películas no arruinan a Hollywood.
Porque el cine de alto presupuesto ya no quiere apostar. O se promete las de ganar o no sale a jugar.
Ahora no se puede hablar de fracasos comprometedores; sólo de decepciones, de títulos que podían haber dado más y se quedan cortos.


Y si no recuperan lo invertido, las ventas internacionales, los pases por televisión y la publicación en formatos digitales pueden sanear las cuentas con el tiempo.
Hasta su estatus de castañazo termina por producir rentabilidad.


Porque vivimos en una época donde lo pésimo también encuentra su lugar en lo más alto, ¿verdad, Rebecca Black?


La política financiera de Hollywood se ha sofisticado con el tiempo y puede decirse que ha aprendido la lección.


En los sesenta, quedó claro que no hay que perpetuar agonías.
Era el momento donde el sistema de estudios se resistía a desaparecer; al menos, una manera de hacer películas y entender al público.
El decisivo punto de giro fue "Cleopatra", monumental reconstrucción histórica, a mayor gloria de nuestra llorada Elizabeth Taylor.


Años de rodaje, el Tamésis convertido en el Nilo, el traslado de toda la producción a Roma, retrasos, caprichos, accidentes.
La película más cara jamás realizada fue también la más vista del año de su estreno. Sin embargo, nunca recuperaría la inversión y colocó a la Fox en la total bancarrota.


Los rodajes azarosos, con caídas, incendios y otros peligros, van inherentes a la creación fílmica desde los inicios.
Para los más románticos, son parte del encanto del cine y explican su condición quijotesca.


Desde las primeras líneas que escribe el guionista hasta la copia exhibida en el estreno, hay años, cambios, traumas.
Casi una vida entera, donde ha podido pasar de todo, como está sucediendo en la producción de "El Hobbit".


Ajustar lo imprevisible es una estrategia relativamente nueva.
El rodaje de "El Hobbit" será un calvario; un previo estudio de mercado ha contado que se lo puede permitir.


Si una película no tiene ni viabilidad ni público potencial, no se hará.
Ya no se emprenden "aventuras por el desierto", del estilo de "Intolerancia", "Ciudadano Kane" o "La Puerta del Cielo", supeditadas a una obsesión autoral.


Porque el sagaz inversor cinematográfico nunca confía en una clase de director.
La personalidad debe constreñirse bajo las coordenadas tiempo/dinero; una verdad yanqui que jamás entendieron ni Welles ni Cimino ni Coppola.


Que un director detenga la producción por puro capricho estilístico es una situación que no sucede en el cine norteamericano desde hace muchísimos años.
Si una película quiere ser extravagante en estos tiempos, debe ser barata.


En momentos de crisis, las productoras han reaccionado inmediatamente. ¿Números rojos? Menos películas, mayor anticipación.
En otros tiempos, se hubiese hecho otra superproducción musical y se hubiese apostado hasta la madre.
Ahora no. Ahora "Bond 23" se retrasa. Se hacen cuentas, se estudia el mercado y, ante los resultados, se aplaza a mejores momentos.


También por ese motivo, se ha dado marcha atrás en "El Gran Gatsby" que anunciaba Baz Luhrmann, o se sube la ceja con desconfianza cuando se plantea una nueva "Cleopatra".
Como deseaban los primeros jerarcas de Hollywood, el cine vive en sintonía con lo que ocurre en Wall Street.
¿Y los añorados Quijotes? Oficialmente desterrados del valle y en paradero desconocido.

2 comentarios:

mely dijo...

Excelente post, ahora el cine se ha vuelto mas una cuestión comercial que artística y de cierta manera toda la industria del entretenimiento.
¿Como es posible que alguien como Rebecca Black este causando tanto revuelo?.
Ahora, para ser famosa solo se necesita colgar un vídeo en youtube pretendiendo se actriz,cantante o lo que sea.Es de pena ajena.

@Donvishoballier dijo...

Justin Bieber es el más contento con el "éxito" de Rebecca, pues lo han dejado de molestar un poco..jeje
Y pese a que tienes, como profesa el post anterior "la esperanza es lo último que se pierde" jajaja
Respecto a Cleopatra, si la vuelven a hacer tiene que ser con Leonor Varela.