viernes, 23 de enero de 2009

Heroína


La droga más potente; un chute es suficiente para inaugurar una adicción terrible y devastadora, que roerá tus venas e hipotecará tu vida.
Es el módico precio de ese viaje a la paz absoluta que provee la heroína.
Es ideal para escapar del aburrimiento y olvidar la desgracia. Cuando se dejó de creer en Dios, se depositó toda la fe en la heroína.


Gustó en Edimburgo, arrasó Lanzarote, mató a Janis Joplin y a Billie Holiday, y siguió su camino inexorable, alimentándose del alma de toda una generación de jóvenes, que vendían la lavadora de sus madres para costearse las papelas.
La cuchara ardiendo, los dientes tirando de la goma que sujeta el bíceps, la vena expuesta, la sangre mezclándose en la jeringa, el pinchazo final; el ritual de la heroína sirve como la moneda que hay que pagar a Caronte para traspasar la laguna Estigia.


Cuando no quedan venas en el brazo, el resto del cuerpo espera su turno. Y si no te gustan las agujas, siempre puedes inhalarla o fumarla.
Los rockeros de los sesenta se hicieron adictos a ella, pero la primera imagen vívida de la heroinomanía fue el Frank Sinatra de "El Hombre del Brazo de Oro".


El jaco también gustaba a Al Pacino en "Pánico en Needle Park" y a Matt Dillon en "Drugstore Cowboy", dos retratos de la indigencia inevitable que produce esa dependencia.


Kurt Cobain, "Pulp Fiction" y "Trainspotting" nos dieron la respuesta: el caballo no había pasado de moda con la llegada de los noventa.
En la película de Danny Boyle, las alucinaciones de Ewan McGregor, desde lo maravilloso a lo escalofriante, ilustran un viaje florido y sin retorno.
Y, cuando creíamos saberlo todo, llegó el Jared Leto de "Réquiem por un Sueño".


Christopher y Adriana la consumían como garantía de desestrés en "Los Soprano"; él acabaría finalmente en la espiral del sanatorio, la reunión de Narcóticos Anónimos y la recaída.


Como el más apasionado de los amores, la heroína lo da todo en un instante y no ofrece nada al siguiente. "Es un buen viaje", decía el Renton de "Trainspotting".
A todos los que se quedaron atrapados en ese avión hacia la tranquilidad, nuestro más sentido recuerdo.
Porque vivir nunca fue fácil.

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