viernes, 20 de junio de 2008

Ser una Mujercita


Sin noticias del frente. Como en una postal, el jardín se llena de nieve. Los cristales se visten de vaho y la leña crepita en la chimenea. Demasiada pobreza para ti y para tus hermanas.


Hubo un tiempo en que os vestían con trajes caros y os daban de comer en cucharitas de plata.
Amy dice acordarse de esa época. Y quiere que vuelva. Antes de dormir, se coloca una pinza en la nariz. Según ella, para hacerla más distinguida.


Llega una carta del padre. La guerra continuará. En ese momento, sientes ganas de ir a luchar antes que quedarte en esa opresiva casa, en ese triste invierno, cosiendo y suspirando por un futuro que no llega.
Pero ya lo ha dicho tu propio padre. No eres más que una mujercita.


Escribir es el refugio para tu imaginación desbocada. Junto a tus hermanas, creas tu paraíso particular, con espadachines, damas en peligro y villanos de fino bigote.
Las cosas empiezan a cambiar cuando conoces al joven Laurie. En ese momento, no piensas en el amor. Sólo en divertirte y en compartir las cosas. ¿Quién quiere hacerse mayor?


Sin embargo, Meg deja olvidado un guante en el baile de los Lawrence. Y, de repente, paras de correr y te das cuenta de que todo va a cambiar. Tus hermanas, tus amores verdaderos, se casarán y se marcharán. ¿Qué será de ti?


Con el tiempo, debes irte porque no hay nada en casa para ti. El padre ha vuelto. La guerra ha terminado. Meg se ha casado. Le has dicho que no a Laurie.


En Nueva York, el profesor Bauer te hace llorar cuando te dice que malgastas tu talento en historias folletinescas. Tienes que escribir sobre lo que te emociona, sobre lo que más te duele.


Y, mientras las hojas del otoño caen, terminas la novela. Dedicada a tu hermana Beth, la más dulce del mundo. La que murió, dejando un vacío en el alma.
Por fin, Josephine March, has encontrado tu sitio en el mundo.

3 comentarios:

Zinquirilla dijo...

Cuando uno toca todos los palos ("desde Steven Spielberg hasta el porno gay, pasando por la familia, el amor, la religión y la muerte"), no sé si pensará en sus lectores y en su fibras sensibles.

En este post de hoy, has tocado la mía, y la de todas aquellas mujecitas orgullosas de serlo y que se sintieron tan identificadas con Jo March. Contradices el espíritu festivo y fraternal de la casa. Y la vocación literaria de Jo se verá transformada en la pedagógica.

Lástioma que no llevaran entonces al cine Hombrecitos y Los muchachos de Jo.

Y respecto a la peli, prefiero sin duda ésta, aunque sea un remake y sin que sirva de precedente; y a todos sus actores: Mary Astor, JanetLeigh, Eizabeth Taylor, Margaret O'Brien, June Allison,Peter Lawford y Rossano Brazzi. (Sí ya sé que están perfectamente legibles en el poster que has puesto, de los menos conocidos, pero mientras he ido poniendo sus nombres he pensado en sus caracterizaciones, en lo que me gusta de cada uno).

(disculpa la largura)

Josito Montez dijo...

Me alegro nuevamente de que compartamos los mismos gustos, my dear.

Soy consciente del cambio de tono, ya que, escribir este artículo, ha sido raramente emocionante.
"Mujercitas" es una historia maravillosa, mucho más allá de la calidad de cursi que siempre se le ha dado.
Y, por supuesto, la mejor es esta versión. Estoy cansado de leer y oír que las mejores son las de Cukor y Armstrong.
Para mí, Jo siempre será June Allyson.

Muchos besos.

Eduardo Fuembuena dijo...

Josito y Zinquirilla han escrito todo lo que había que escribir.

Y si, sin duda, desde los 7 años comparto el gusto con vosotros: esta adaptación cinematográfica de la novela es iluminada, (todavía guardo en casa de mis padres, allá en la ciudad del viento, el VHS con la película que me grabaron entonces y que yo desgasté mil veces)

Saludos.

Lord Alfred