martes, 22 de abril de 2008

Salvar a Capucine


En los años sesenta, la mujer delgada, cool y preferentemente europea hacía furor. La quintaesencia de ese gusto por las estatuas chic de procedencia transoceánica fue Capucine, la bellísima francesa que interpretó a la esposa del Inspector Clouseau en "La Pantera Rosa".


Germaine Lefebvre era su verdadero nombre. Tanto la asunción de su nuevo nombre como la elección de una carrera artística fueron dos proclamas de rebeldía ante la convencional familia Lefebvre.
Capucine se convirtió en una cotizada modelo en París, desfilando para Givenchy, Christian Dior y Coco Chanel.
Fue durante esos años donde conocería a su gran amiga, Audrey Hepburn.


Su llegada a Hollywood en los sesenta estuvo a la altura de las circunstancias, e impresionó en sus dos comedias con Peter Sellers: "La Pantera Rosa" y "What's new, Pussycat".
En "El León", coincidió con William Holden. El encuentro entre Capucine y nuestro querido Golden Boy fue decisivo.


Se enamoraron locamente y mantuvieron una relación de dos años. Acabó, porque Holden estaba casado por entonces con Brenda Marshall y no quiso divorciarse.
Sin embargo, Capucine y William siguieron siendo amigos. La rumorología indica que Holden se acordó de ella en su testamento.

A finales de la década, Capucine volvió a Europa, asentándose en Lausanna (Suiza), viviendo muy cerca de Audrey. Ésta fue su gran apoyo y la que conocía a la perfección cómo controlar los problemas mentales de Capucine.


Durante toda su vida, Capucine sufrió trastorno bipolar de la personalidad, lo que la condujo a numerosos intentos de suicidio. Audrey Hepburn salvó a Capucine de la muerte en varias ocasiones.

Su manía depresiva la aisló cada vez más. Nunca llegó a formar una familia, y sus intervenciones cinematográficas se espaciaban. Odiaba verse retratada.
En 1990, saltó desde la ventana de su apartamento, en un octavo piso. Con sólo 57 años, moría la que fuera aclamada como la mujer más bella de Europa. Sólo dejó tres gatos detrás de ella.
Se dice que su nota de suicidio rezaba: "Tengo un miedo terrible a envejecer".

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