sábado, 13 de febrero de 2010

"Northern Exposure"


Muestra de originalidad convertida en clásico de la televisión, "Northern Exposure" (Doctor en Alaska) es una serie crucial.
Sólo un vistazo evidencia la influencia enorme que ha tenido en gran parte de las ficciones contemporáneas.


Así, posee una entidad de pionera en calidad, en recursos y en posibilidades narrativas y visuales, que equiparan su importancia a la de "Twin Peaks".


Como ésta, "Northern Exposure" comenzó en 1990, pero con una promoción infinitamente más discreta.
Sus dos primeras temporadas no superan los diez capítulos cada una, y fueron relegadas, una al verano, y la otra, a un reemplazo de última hora.


La tercera temporada, ya con veinticuatro episodios y emitida de octubre a mayo, evidenció el fenómeno que se estaba gestando.
Tras ese año, "Northern Exposure" ganaba el Emmy a la mejor serie dramática.


El Entertainment Weekly la definió como el show más cool de la televisión.
Era curioso, ya que la intención de la serie siempre fue apartarse de modas y ofrecer toda una alternativa a la Catodia ruidosa y artificial.


"Northern Exposure", ambientada en el ficticio pueblo de Cicely, apostaba por los escenarios naturales y naturalistas, donde las casas no eran lujosas y los paisajes se preferían amplios.


Sus personajes sueñan, entran en dimensiones extrañas y superan sus crisis perdiéndose en el bosque.
El tono de la serie apuesta por el absurdo y, como "Twin Peaks", extrae refinado espectáculo del paletismo.


Para introducirnos en el universo de Cicely, aparece el Doctor Joel Fleischman, judío neoyorquino, perfecto emblema del urbanita neurótico.
Jamás ha estado en contacto con la Naturaleza y usa la ciencia y el racionalismo como dogmas de fe.


"Northern Exposure" nace de dos eventos históricos: la victoria del capitalismo y el derrame del petrolero Exxon Valdez.
El mundo es un plato que el progreso y la civilización están devorando sin tregua. Cicely sirve como la antítesis de lo que está ocurriendo.


Pero sus creadores se cuidaron mucho de crear Cicely como un paraíso de colorines.
Sus personajes, con una cobertura psicológica inaudita en la pequeña pantalla, tienen debilidades y defectos.


Ser ciceliano tampoco está reñido con ser brutalmente yanqui.
Ahí está el astronauta retirado, ese matizado J.R. Ewing, llamado Maurice Minnifield, prototipo de las contradicciones de la conservaduría americana.


El debate filosófico sobre la convivencia de culturas, representado por el choque entre intuición y racionalismo, entre superstición y ciencia, entre costumbre y ley, centra el interés de una serie tan inteligente y ambiciosa como ésta.


Todo el discurso está reinterpretado de una manera cómica, beneficiada de la anécdota, y pacífica, muy pacífica.
Como el tiempo en la tundra transcurre lento, el ritmo de "Northern Exposure" es deliberadamente pausado.


El amor por el cine clásico - el mestizo Ed Chigliak suele acompañar sus diálogos con una referencia fílmica -, y la inclusión de música vintage habla de las deudas de esta serie con papá Woody.


No hay continuidad argumental entre los episodios.
Cada uno, tiene sus tramas independientes y la evolución de los personajes es un río de aguas mansas.
La columna vertebral será la relación amor/odio entre Fleischman y la aviadora Maggie O'Connell.


Si la serie comenzó centrada en las desventuras del doctor judío en Alaska, poco a poco la atmósfera y los demás personajes de Cicely se hicieron tan protagonistas como Fleischman.


Valga el ejemplo de cómo dos personajes secundarios formaron parte del reparto habitual: Marilyn, la apática y un tanto inquietante secretaria india, y Ruth Anne, la adorable viejecita de la tienda de ultramarinos.


Este desplazamiento tácito del foco nunca gustó excesivamente a Rob Morrow, el actor que interpretaba a Fleischman.
Desde muy pronto, sus representantes intentaron renegociar su contrato, lo que sólo condujo a repetidas tensiones entre Morrow y los productores.


Al final, con su participación cada vez más limitada y las miras puestas en otros proyectos, Rob Morrow se despidió poco a poco de la serie durante su sexta temporada.
Se lo reemplazó por otro doctor llamado Philip Capra, incorporado por Paul Provenza.
La despedida de Joel, mediada evidentemente por el final de su relación con Maggie, entristeció a la audiencia. La serie fue incapaz de sobrevivir a ese adiós y culminaba poco después.


"Northern Exposure" podría considerarse como el estandarte de las intenciones noventeras en torno al ecologismo, la filosofía y la cultura.


Quizá hoy resulte demasiado lenta para nuestros aguerridos espíritus, pero Cicely sigue siendo el lugar remoto en el que perderse y encontrarse.


Momentos tan inolvidables como aquel piano catalputado al aire por Chris aún otorgan una sensación de maravilla y fascinación que siguen resultando ciertamente únicas.

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