sábado, 25 de octubre de 2008

Bowie


Adicto a la transformación, líder de la ambigüedad, definición de icono; el señor Bowie fue un proceso de mitificación meticulosamente preparado.
Primero, bajo la batuta de su primera esposa, Angela Bowie, loca por la moda y la provocación; luego, David navegó solo y con la lección bien aprendida.


Los cambios de estilo y apariencia de David Bowie desconcertaban hasta a sus fanáticos. Pero, como muchos camaleones, la esencia fue siempre la misma. La insolencia british, la capacidad de epatar, la hipnótica pupila dilatada, los afilados dientes.


¿Quién es David Bowie? ¿Un marciano o un vampiro? De hecho, en el cine, hizo tanto de hombre caído a la Tierra como de chupasangre ansioso.


Ziggy Stardust fue su alter-ego punk. Un personaje que concentraba el exceso y la furia de aquella era musical y lo más cercano al camp que Bowie pudo filtrear.
En los ochenta, se limpió completamente, tras sus años en la RDA y, de nuevo, volvió a sorprender. Esta vez, por su quietud y su sobrio traje de chaqueta. Pero hasta en calma, Bowie inquietaba sin remedio.


En los noventa, se casó con la espectacular modelo Iman.
Aprovechó entonces para desmentir su bisexualidad, que él mismo había anunciado años antes. "En realidad, soy un heterosexual en el armario". Dijo que la ambigüedad que tanto cultivó fue producto de un tiempo concreto y de su interés por la estética gay y bisexual.


En cualquier caso, una de las leyendas más divulgadas del show business sigue siendo la sorpresa que Bianca Jagger se llevó cierto día, al llegar a casa y ver a su Mick en la cama con el señor Bowie.


Sus temas esenciales - "Space Oddity", "Life on Mars", "Changes", "Heroes", "Under Pressure", "Fame" - continúan siendo objeto de fascinación y revisión.
David Bowie es influyente como ninguno; en su voluntad de experimentación, encontró plenamente la genialidad que tanto buscaba.

2 comentarios:

Groupiedej dijo...

Y ha conseguido reinventarse desde su época glam mucho mejor que la Madonna y todas las demás mamarrachas que pretenden seguir siendo modernas. Y todo ello siendo mucho más discreto y sin campañas de marketing que incluyan un divorcio

Anónimo dijo...

David Bowie es Dios, que ha bajado a la tierra, para que nosotros, incrédulos humanos creamos en Él, y vaya si hemos creído.