martes, 9 de octubre de 2007

40 años del Mito Camp (1): Jacqueline Susann


El próximo 15 de diciembre se cumplen 40 años del estreno de "El Valle de las Muñecas", y unos días antes se cumplirá una década desde que la descubrí.
Para que ese doble aniversario tenga la celebración que Dios manda, escribiré una serie de artículos sobre los factores principales de este fenómeno.
Empezaremos por la autora del best-seller que dio origen a la película. La simpar Jacqueline Susann.
Jacqueline Susann siempre quiso convertirse en una celebridad. Primero lo intentó como actriz de Broadway, luego marchó a Hollywood. Pero no fue hasta que conoció a su marido, el publicista Irving Mansfield, cuando encontró el filón por el que hoy es recordada.
Su primera novela de ficción, "El Valle de las Muñecas", publicada en 1966, se concibió como una lustrosa colección de chismes sobre el show-business norteamericano.
La historia central era la ascensión y caída de tres chicas en el mundo del espectáculo y sus diferentes grados de degradación. La ambición las llevan a tres adicciones. Hombres poco recomendables, el favor del público y las pastillas - apodadas "muñecas" -.
Más que un dictado moral, la novela es, ante todo, un exposé sensacionalista, una mirada morbosa a la sociedad de la fama, con la que la Susann tenía cierta deuda de rencor.


"El Valle de las Muñecas" sigue estando entre las novelas más vendidas en los Estados Unidos. El exitazo convirtió a Jackie en famosa. Cultivó una imagen intrigante, siempre pendiente del cotilleo, y sus espectaculares apariciones en televisión la hicieron digna del título de "Mejor Vestida".
Su siguiente triunfo editorial fue "La Máquina del Amor", la historia del despiadado periodista Robin Stone.
La siguió "Una Vez No Basta", revisión frivolona del mito de Elektra y, ante todo, un catálogo de costumbres de la alta sociedad internacional.


Truman Capote se refirió a Jackie en cierta ocasión como lo más parecido a un "camionero travestido". Después Capote pidió perdón, por si el gremio de los camioneros se sentía atacado por semejante comparación.
Los críticos masacraron las novelas de la Susann, tachadas de obscena basura, reciclada para la ocasión. Pero el público de la época las devoraba con avidez y con placer culpable.
La clave de su éxito fue mezclar los viejos clichés hollywoodienses con una deslenguada osadía. En ese sentido, era una literatura de lo más personal.
Sus retratos de mujeres sufridoras, perdidas en ambientes ajenos a los hasta entonces acostumbrados - esferas de poder, dormitorios variopintos, sanatorios de rehabilitación - hoy parecen anticuados, casi entrañables. Pero, en su momento, fueron revolucionarios para la América garrula que los consumía.
En 1974, Jacqueline Susann murió a causa de un cáncer, que padecía desde antes de la publicación de su primer libro. Enfermedad que llevó en secreto, para que no entorpeciera su bien fijado destino.
Ascender la montaña y contemplar su turbulento y querido valle.

1 comentario:

Eduardo Fuembuena dijo...

Muy buen artículo.

En una vieja tienda de muebles de chamberí, a dos pasos de donde vivo hay en el escaparate, bien visible, un ejemplar de "La máquina del amor" mostrado por la contraportada, es decir, una enorme foto de la Susann. Nada más verla me acordé de ti...

Saludos.