domingo, 22 de noviembre de 2009

Tippi


Fue la última obsesión de Alfred Hitchcock.
El genio la descubrió en un anuncio publicitario y dijo haber encontrado lo que buscaba.
La peinó y la vistió como Grace Kelly, la volvió loca, la hizo estrella y arruinó su carrera.


Tippi Hedren debutó en "Los Pájaros", donde interpretaba a Melanie Daniels, la consentida niña rica que llega a Bodega Bay en pos de su último capricho sentimental.
Pero la intriga sexual que crea se ve interrumpida repentinamente por el comportamiento agresivo de las aves de la localidad.


Tippi cumplía a la perfección con el ideal hitchcockiano: una rubia cool, de fría apariencia, pero misteriosa vulnerabilidad.
Además, la Hedren añadiría cierto sentido del humor a su actitud, lo que la hizo aún más ardiente.


Hitchcock se lanzó sobre esta figura de deseo con sadismo, y "Los Pájaros" expresa esa malsana intención.


La experiencia se repitiría en la barroca "Marnie, la Ladrona", donde Tippi era frígida y cléptomana.


La tensión entre director y actriz hizo del rodaje una experiencia angustiosa, mientras Tippi se enzarzaba en el complejísimo papel de Marnie.


El resultado, sin embargo, habla por sí solo: "Marnie, la Ladrona", color y morbo, es una obra maestra total.


La crítica no se entusiasmó demasiado con la nueva chica de Hitchcock y se cebaron especialmente con "Marnie, La Ladrona", título que encontraría más eco y resonancia con el paso del tiempo.


Tippi estaba más preocupada por salir de su tácito secuestro. Hitchcock la tenía blindada y no quería compartirla con nadie más.


Poco después, la Hedren se enteraría que muchos grandes directores quisieron contar con ella y el tremendo Alfred les obstaculizó el paso.


Finalmente, Tippi se libró de las ataduras de su mentor y formó parte del reparto de "La Condesa de Hong Kong", dirigida por Charles Chaplin y destinada a ser un gran éxito.
Sin embargo, la película se encontró con la indiferencia del público y un sonoro abucheo crítico.
Lo que restó no fue mucho más benévolo.


En los años setenta, Tippi Hedren encontraba su particular cruzada en el ecologismo.
En 1981, se estrenó "El Gran Rugido" (Roar), película doméstica rodada en una reserva de leones, dirigida y producida por su segundo marido, Noel Marshall.


Tippi y su familia protagonizaron ese despilfarro, rodado durante más de once años y que tuvo hasta episodios de ataque de leones al reparto y al equipo.


Centrada en su preocupación por el medio ambiente, Tippi dejó paso.
Su hija, la pobre niña de Hollywood, la dulce y conflictiva Melanie Griffith, era el nuevo centro de atención, tanto por sus películas como por su agitada vida privada.


Tippi apoyó a su hija durante sus malos tiempos de exceso y decepción, resultado de sus fallidos matrimonios con Don Johnson y Steven Bauer, y ahora sonríe, al verla feliz y equilibrada con Antonio Banderas.


Entre las oportunidades perdidas y la simple desorientación, Tippi Hedren nunca ha podido repetir la trascendencia de sus dos títulos con Hitchcock.
Es difícil para cualquiera nombrar otra intervención memorable de Tippi que no sea "Los Pájaros" o "Marnie, La Ladrona", pese a que continúa apareciendo con regularidad en cine y televisión.


Pero, aunque sólo fuera por un instante, ¿quién rechazaría ser semejante objeto de deseo para las aves, para Sean Connery y para el gran maestro del cine?

1 comentario:

Casanova dijo...

Uff,pensé que se habìa muerto la gran Tippi...pero no,que sigue viva ,jeje