Lo exagerado, lo amanerado, tanto melodrama y tanto vestuario. Entramos en el mundo del camp, que, para entendernos, es primo hermano del kistch.
¿En qué consiste?
El camp es una estética, que resulta atractiva por su mal gusto o por su valor irónico. El gesto posmoderno ha consagrado el camp como uno de sus gritos de guerra, reivindicando lo inefable y lo basuresco a base de iconos y guiños.
El camp se identifica por el artificio, la frivolidad y el exceso.
¿En qué consiste?
El camp es una estética, que resulta atractiva por su mal gusto o por su valor irónico. El gesto posmoderno ha consagrado el camp como uno de sus gritos de guerra, reivindicando lo inefable y lo basuresco a base de iconos y guiños.
El camp se identifica por el artificio, la frivolidad y el exceso.
John Waters lo ha asumido como su razón de ser. Pero ya escribía Susan Sontag que el camp sólo existe si no es intencionado.
Hablamos mucho de clásicos del camp en este blog: "El Valle de las Muñecas", "Queridísima Mamá", "Barbarella", "Johnny Guitar".
Hablamos mucho de clásicos del camp en este blog: "El Valle de las Muñecas", "Queridísima Mamá", "Barbarella", "Johnny Guitar".
En contra de las pretensiones originales de los creadores de estos títulos, cierto público les da un nuevo valor. Así, se consideran muestrarios de un estilo deliciosamente histriónico, con el que esos espectadores se sienten identificados.
Es por ello que el camp también se identifica con la parodia inadvertida. Despierta una risa malvada por su carácter frustrado, pero irresistible.
Es por ello que el camp también se identifica con la parodia inadvertida. Despierta una risa malvada por su carácter frustrado, pero irresistible.
Las celebridades también gustan de revestirse de camp. Especialmente, cuando son más ellas que nunca.
Desde Carmen Miranda a David Bowie, pasando por Joan Crawford y Bette Midler, los artistas de fuerte personalidad, vestuario rococó y tendencia al exabrupto hortera se consideran camp por méritos propios.
Desde Carmen Miranda a David Bowie, pasando por Joan Crawford y Bette Midler, los artistas de fuerte personalidad, vestuario rococó y tendencia al exabrupto hortera se consideran camp por méritos propios.
Hay gran discusión en torno al origen exacto de la palabra. La más extendida es que proviene del verbo se camper, del francés coloquial. Vendría a significar "posar de un modo exagerado", y se extendió para calificar las actitudes amaneradas de los gays.
Otra teoría interesante es que el uso del vocablo surge de los travestis y otras prostitutas que entretenían y servían sexualmente a los soldados en los campamentos militares.
Otra teoría interesante es que el uso del vocablo surge de los travestis y otras prostitutas que entretenían y servían sexualmente a los soldados en los campamentos militares.
Criticado por algunas voces, que se niegan a asociar las actitudes camp con la homosexualidad masculina, el término se extiende, se populariza y ya se ha convertido en todo un reclamo comercial.
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