viernes, 29 de mayo de 2009

Venganza


La venganza es la reacción de los perdedores y los humillados ante una situación que se siente injusta; busca tanto el ajuste de cuentas como la restauración de la paz interior.
Pero es bastante probable que lo último no se consiga.


En definitiva, es un acto de castigo, con la violencia como instrumento, nunca armónico, jamás reversible.
Además, la venganza es tan absorbente que requiere una vida de dedicación. Cuando se ha consumado, esa existencia ha perdido su sentido por completo.


Tomarse la revancha es una actitud humana inevitable, que se extiende desde el simple desquite en un juego de mesa hasta la respuesta armada de las potencias mundiales.
Así, Estados Unidos, el país donde la venganza hace su agosto, convierte el tema clásico de sus westerns en el leit-motiv de su política internacional.


Las imágenes de la venganza son múltiples, y la ficción la ha explotado desde siempre.
Los anti-héroes shakespearianos, el Capitán Ahab y, por supuesto, el Conde de Montecristo trazan sus planes contra sus ofendedores, consumidos por la obsesión.


Como ya indicamos, la venganza es un asunto clave en muchas películas ambientadas en el Lejano Oeste norteamericano.
Su mejor representante es el tremendo John Wayne de "Centauros del Desierto" (The Searchers), quizá la mejor radiografía cinematográfica de una vendetta en sentido estricto.
Lee Marvin fue un vengador cool en "Point Blank", dentro de la tradición noir del hombre encarcelado injustamente y que busca, pistola en mano, a los responsables.


La vendetta también es latina y allí está la Mafia como el mejor ejemplo del "ojo por ojo".
La familia es intocable, así que es preferible apartarse del camino de los Corleone y de los Soprano.


La Novia de "Kill Bill" despliega una coreografía de katana para exterminar a aquellos que osaron pintar su boda con la brocha del asesinato.
El último ángel vengador podría ser el Sawyer de "Lost", que llega a asumir el nombre de su objetivo como el suyo propio.
Pero nuestro preferido es, sin duda, el inolvidable Mandy Patinkin de "La Princesa Prometida", que apunta su espada y repite esas palabras mil veces ensayadas: "Mi nombre es Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir".


La venganza también puede ser sutil y sin violencia explícita. La María Casares de "Las Damas del Bois de Boulogne" orquesta un plan maestro en contra del hombre que se atrevió a romperle el corazón.


Y nuestra recurrente Christina Crawford, humillada tras saber que su madre la borró de su testamento, responde con la delación de los pecados de la bruja-estrella.


Cuando no hay justicia en la Tierra, los platos fríos de la venganza se ponen de moda en todas las mesas.

2 comentarios:

Josito Montez dijo...

"La veRganza siempre ha sido mi plato preferido". En qué estarías pensando, baby.

Groupiedej dijo...

The Bride rules. Y el resto también rules. Que conste.