viernes, 1 de mayo de 2009

Mujeres de Grey Gardens


Conocida posteriormente por ser la tía de Jacqueline Kennedy Onassis, Edith Bouvier era un inequívoco fruto de los años veinte; consentida, excéntrica, libre y con marcadas pretensiones aristocráticas.
En plena Depresión, se compró una casa de veintiocho habitaciones, que bautizaría con el nombre de "Grey Gardens".
La opulenta vivienda estaba situada en The Hamptons, la zona preferida por la alta sociedad neoyorquina para edificar sus residencias veraniegas.
Edith encontró su hogar en Grey Gardens, y también su catafalco.


El divorcio y la posterior muerte de su marido, Phelan Beale, no fueron beneficiosos económicamente para Edith Bouvier, que empezó a llevar una vida cada vez más recluida en la casa.
A mediados de los años cincuenta, su hija, la socialité y aspirante a bailarina Little Edith, llegó desde Nueva York y comenzó a vivir con su madre.


Veinte años después, las autoridades de East Hampton derribaban la puerta de Grey Gardens, tras recibir una denuncia de los servicios sanitarios.
El mundo se encontró con dos mujeres que vivían emparedadas en una vivienda sucia y cochambrosa, sin agua corriente ni luz eléctrica, con toneladas de basura apiladas en las habitaciones, donde los gatos, las ratas y hasta los mapaches campaban a sus anchas.


Edith Bouvier y su hija fueron amenazadas con el desahucio.
El escándalo de Grey Gardens atrajo la atención de Jacqueline Kennedy, por entonces, flamante señora de Aristóteles Onassis.
Ante la precaria situación de sus parientes, Jackie y su marido proveyeron fondos para la limpieza y reparación de la vieja casa.


Los hermanos Maysles, aguerridos documentalistas, se acercaron a descubrir el misterio de las patéticas Beales de Grey Gardens.
En el apasionante documental que realizaron, queda retratada la cotidianeidad de estas dos mujeres que no salían de casa y que vivían en un impreciso bucle temporal.


"Grey Gardens", estrenado en 1975, es una mirada a la decadencia, pero también la ilustración de una disfuncional relación entre madre e hija.
Ambas se reprochan las cosas que no hicieron, las oportunidades que dejaron escapar y cómo se interpusieron en sus respectivos caminos, hasta acabar solas, viejas, desamparadas y sin poder separarse la una de la otra.


Si Edith Bouvier queda retratada como una vieja cínica y demandante, repantigada en una cama mugrienta e intentando recordar la letra de canciones antiguas, la estrella del documental es, sin duda, su hija.
La primera aparición de Little Edith consiste en tirarle los tejos a uno de los documentalistas y explicarle a continuación su inefable sentido de la moda.


Little Edith mira sus cincuenta años en el espejo y dice no reconocerse, porque se sigue sintiendo como una niña.
Oculta su calvicie casi total bajo elaborados turbantes y clama por un pasado de bailarina, que, según ella, su madre se encargó de interrumpir con su devoradora necesidad de ser cuidada y atendida.
Little Edith asegura que nunca quiso casarse, pero, según su horóscopo, necesita un hombre Sagitario.


Y, como una cantinela que llevara repitiendo veinte años, Little Edith insiste en que tiene que volver a Nueva York cuanto antes y retomar su carrera artística.
Llega a decir la frase que define perfectamente su existencia: "A veces, es difícil para mí separar una línea entre el pasado y el presente".


Ancladas en la idea de un glamour caduco, viviendo entre la porquería y la vagancia supina, las Edith hubiesen hecho las delicias de Tennessee Williams y Robert Aldrich.


Little Edith se emocionó en la premiere del documental y dijo a los directores que habían alumbrado una obra maestra.
Al año siguiente, Edith Bouvier moría en Grey Gardens, tal y como ella deseaba. Su hija vendió la casa, pero con la promesa de que nunca fuera demolida.


"Grey Gardens" no es un documental para todos los gustos, pero se comprende su absoluto estatus de culto, objeto de continuas referencias y revisiones.


Una historia tan fascinante ha sido por fin objeto de un título de ficción.
Hace dos semanas, la HBO estrenaba una lujosa Tv-movie, que dramatiza los secretos de las mujeres de Grey Gardens, con unas fantásticas Jessica Lange y Drew Barrymore.


Para los no iniciados en el mundo de Grey Gardens, sirva una pequeña advertencia: esta historia crea auténtica obsesión.

6 comentarios:

Eduardo Fuembuena dijo...

Montez,

Esta vez me ha hecho caer en una terrible fascinación que comienza ahora.

Mientras leía su estupendo artículo me preguntaba a mí mismo. Será esta historia fruto de la imaginación desbordada y un poco retorcida de mi amigo Montez? Pero luego nos ha descubierto que todo viene de un documental! (Seran estas mujeres de Grey Gardens lo que la familia Panero en España?) Y encima hay una película de ficción! (había leído sobre ella pero no pasé más allá del reparto y la cadena). Por que si no la hubiese habido la hubiese tenido que escribir usted... (Y protagonizar Yo?)

Saludos.

Lord Alfred

Josito Montez dijo...

Imagínese mi cara al descubrir esta joya de historia.

Como usted bien indica, recuerda mucho a las confesiones de Felicidad Blanc y sus hijos.
Es curioso que "Grey Gardens" y "El Desencanto" se estrenaran en el mismo año.
Pero también tiene cierto ramalazo a "Mommie dearest".
Desde que la vi, sabía que tenía que compartirla con usted.

La película de la HBO tiene grandes momentos camp, como Jessica Lange diciendo que no saldrá Grey Gardens si no es con los pies por delante.
O la Barrymore enfrentándose a Jeanne Tripplehorn (ideal Jackie O.), diciendo que ella podía haber sido la Primera Dama.

Y, sin duda, todo esto podría haber sido imaginación mía; en todas las historias que escribo siempre hay un encierro, un secuestro o un arresto domiciliario.

Ya me contará cuando vea el documental y la película.

Eduardo Fuembuena dijo...

Bajando a toda mecha el "docudrama" la Tv movie y un par de cosas más. Le mantendré informado pero se espera la bofetada, el shock, el renacer, el bautismo, el ganges...

Gracias de nuevo por sus recomendaciones que me llegan siempre en el momento oportuno.

Justo esta mañana estaba revisando Mommie dearest, (la Hollywood royalty edition) y me acordaba de usted.
Saludos.

Lord Alfred.

PD Lástima que no se acordasen de Faye para la tv movie, aunque con la fama de perfeccionista que tiene no me extraña.

El Malvado Ming dijo...

Diablos, conocía la historia, pero no sabía lo de la peli de la HBO. Albricias.

inzunzarry dijo...

Muy interesante tu blog, lo leí con gusto, estoy seguro que en todas partes conocemos un par de Edith, frágiles figuras encerradas en un mundo que no les es extraño ni hostil.

clara dijo...

Fascinante!!!!una historia dramtica que nos muestra lo poderosa que es la mente humana, como uno puede quedar encerrada en su propia mente sin poder avanzar en la rutina de la vida,lo increible es haber subsistido tanto tiempo en una situacion limite y seguir viviendo en la ilusion y la fantasia

clara kremnitzer