domingo, 30 de noviembre de 2008

Dusty


Oxigenado el cabello, gruesa la línea de ojos, extravagante el vestido: Dusty Springfield, inconfundible criatura de los sesenta.
Nació en Londres, pero su adoración por los sonidos norteamericanos la hicieron parte de la British invasion.
Voló a Estados Unidos con la voluntad necesaria para llegar a ser la voz blanca del soul.


Bacharach, Carole King y otros letristas renombrados del pop la adoraban y la hicieron estrella.
Destacó por su voz ronca, pero suave, distinguida, pero cercana; no hubo otra como Dusty. Tanto sus éxitos como su triste vida la hicieron inmortal.
Hoy se la recuerda, sobre todo, por dos canciones emblemáticas: "The Look of Love", mil veces versionada y nunca igualada, y "Son of a Preacher Man", que Tarantino reivindicara en la banda sonora de "Pulp Fiction".


El triunfo de la Springfield fue contundente, pero efímero. Su imagen y su estilo pasaron de moda con el final de los sesenta y se sintió desorientada cuando el pop quedó desfasado frente al underground.


Pero su declive personal había empezado mucho antes. Sus conflictos entre su rigurosa fe católica y su agitada vida marcaron una personalidad imposible de soportar.
Dusty era una mujer difícil, de fuerte carácter, y la fama la hizo aún más mimada y tiránica.


Se sumó la tortuosa vivencia de una bisexualidad no del todo asumida ni entendida por ella misma.
Los problemas con las drogas y el alcohol acentuaron la espiral de horror y decepción en la que se sumergió cuando su carrera perdió fuelle.


Los ochenta la reivindicaron, y los Pet Shop Boys le dieron la oportunidad del regreso cantando con ella el tema "What Have I Done to Deserve This?".
El renacer de la Springfield, beneficiado de la nostalgia, se mantuvo dignamente hasta su muerte en 1999, tras sufrir un cáncer de mama.


Los rumores apuntan a que Nicole Kidman está más que interesada en protagonizar un jugoso biopic sobre esta estrella absoluta de la canción.
"Tres notas y ya sabías que era Dusty". Así la recuerda Burt Bacharach.
Y también el resto de sus adoradores.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Von Sydow


Una rara emoción se desprende de "El Manantial de la Doncella", cuando Max von Sydow se ducha y se viste, preparándose para ejecutar sin contemplaciones a los violadores de su dorada hija.
En esa taciturnia sueca, servida por el maestro Bergman, von Sydow se introducía como un guante.


Con una carrera que abarca cincuenta años, Max von Sydow es el actor sueco por excelencia. Como pocos, ha sabido compaginar el prestigio europeo con el boato de las producciones hollywoodienses.
Nació para el cine gracias a Ingmar Bergman, que presentó al mundo a ese rubio altísimo, de cara alargada y expresión torturante.


En "El Séptimo Sello", jugó al ajedrez con la Muerte. En "La Historia más Grande Jamás Contada", interpretó al mismísimo Dios.
En su porte, la magnificencia estaba garantizada.
Pero Max von Sydow nunca le ha hecho ascos a nada.


En Hollywood, lo identifican irremisiblemente con la villanía, y le concedieron la oportunidad de marcarse un Malvado Ming de alto nivel para "Flash Gordon".
Le permitió granjearse un dignísimo estatus de culto, ya anunciado con su Padre Merrin de "El Exorcista".


Lo nominaron al Oscar por entregarse a lo emotivo en "Pelle el Conquistador", pero todavía le deben un reconocimiento más que merecido.


Pese a ser querido y buscado por grandes directores y ofrecer impecables muestras de su poderío a lo largo de los años, quizá Max von Sydow nunca ha encontrado la altura y la trascendencia de sus interpretaciones para los clásicos bergmanianos.
Una simple revisión lo evidencia.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Quickie and Fast Love


¿Cansados de esperar el amor eterno? Lo venden en el cine y lo oyes en la radio, pero, mientras, sólo es un espejismo en la vida real.
La alta cocina se hace esperar; mientras, es recomendable no morirse de hambre y recurrir a la comida rápida. La solución: el quickie, el fast love.


Jon Peters se enamoró de Barbra Streisand en los setenta. Le produjo varias películas y le diseñó su disco más notorious: "ButterFly".
Era un intento de crear una nueva Barbra, menos clásica y más sexy y moderna. Los críticos se cebaron con el resultado, especialmente ante su versión del "Life on Mars" de Bowie. Sin embargo, fue uno de sus discos más exitosos.
Empezaba con una canción-declaración: "Love in the Afternoon".


El amor se usaba como el perfecto eufemismo. La Streisand cantaba su encuentro con un desconocido, del que no recordaba su nombre, pero sí lo que había supuesto ese inesperado quickie.
Toda una oda al polvo rápido, la canción viene a sostener que lo fortuito puede dejar una huella en el alma más profunda de lo que pudiera parecer.
He ahí la contradicción: amar deprisa es amar a cuentagotas. En lugar de darlo todo de una vez a una sola persona, se reparten pedazos de uno mismo a los amantes de un día.


En una noche, en una tarde, en un momento inconcreto, el amor rápido se encuentra fácil y se desliza solo, alérgico al mañana, como si fuera una revista de moda. Muere enseguida, como una mariposa, demasiado bella y seductora para seguir viviendo.
Deja una pequeña marca, una picadura en el alma; el aguijón suficiente para tener hambre otra vez.


Barbra no lo volvió a intentar, despreció la comida rápida y regresó a su habitual registro woman in love. Ella se lo puede permitir.

lunes, 24 de noviembre de 2008

La Moda es...


- La adoración por lo pasajero.
- Confundida con el estilo.
- Usos y costumbres de un tiempo concreto.
- Pure fashion, baby.


- Pasarela de ropa y complementos.
- Estallido de colores, tejidos y texturas.
- Vanidad. Espejito, espejito.


- Frivolidad magna de los opulentos.
- Lo que se lleva hoy, para ser olvidado mañana.
- Se puso irónicamente de moda en los noventa y consagró a sus tops como las nuevas famosas.


- Ancho es el desajuste entre las propuestas de los diseñadores y el vestuario de la gente de la calle.
- Coquetea con el cine, consagrando a actrices distinguidas como sus iconos.
- Deseada por las mujeres de la política.
- ¿Flaca, alta y con cara de borde? ¡Es usted modelo!


- ¿Alta costura? ¿Prét-a-porter? ¡Mejor me voy al Zara!
- Las chorraditas del "Vogue" y sus seguidores.


- Sarah Jessica lo sabe.
- Una arista más de la esclavitud femenina por la imagen.
- Ha dado tantos genios como cantamañanas.
- Proverbial invento de las aburridas Cortes europeas del XVIII.


- Pa' ponerse guapa.
- El envoltorio de la nada.
- Mejor en "Ugly Betty".


- Sangreybesos prefiere la cuerda para atarse los pantalones.
- Bah, el kitsch es más divertido.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Williams


Con poco más de metro y medio de estatura, lacio pelo rubio y gruesas gafas, el señor Paul Williams no pasaba desapercibido.
Por ese físico de niño que nunca creció, el cine y la televisión lo demandaron como actor característico.
Sin embargo, Williams se ganó el cetro de gran personalidad escribiendo y componiendo canciones. En los setenta, se hizo el rey de la canción melódica, desterrando a Burt Bacharach a un segundo plano.


Los Carpenters interpretaron "We've Only Just Begun" y "Rainy Days and Mondays" con su habitual melancolía ligera. Las dos canciones, compuestas por Williams, se ganaron pronto la categoría de clásico de lo bonito.
Williams escribía también para el grupo Three Dog Night, que se arrancaron por "The Family of Man" y "Just an Old Fashioned Love Song".

Paul también cantaba sus propios temas con su inconfundible voz, que realzaba aún más esa figura de extraño e inquietante ser. El enanito rubio tenía talento y América decidió adorarlo.


"El Fantasma del Paraíso" fue su más ambicioso proyecto. Compuso la banda sonora e incorporó al villano, el magnate del disco Swann, obsesionado con la construcción de El Paraíso, como templo definitivo del pop.
La película fue incomprendida y la taquilla no dio buenos resultados. Sin embargo, hoy es un título favorito y esencial, una obra maestra glam, que contiene las mejores y más arriesgadas canciones de Paul Williams.

El Oscar le llegaría gracias a Barbra Streisand y su remake de "Ha Nacido Una Estrella". Ambos recogieron el premio a la mejor canción, "Evergreen".


Si la Carpenter lo hizo inmortal, si "El Fantasma del Paraíso" lo volvió figura de culto, Paul Williams es, ante todo, el compositor de la canción que daba entrada a "Vacaciones en el Mar".


Una figura indispensable del show business, Paul no ha dejado de trabajar jamás.
Su último gol fue colaborar con los Scissor Sisters en su fabuloso "Ta-Dah".

viernes, 21 de noviembre de 2008

Envidia


Un sentimiento tan humano como el amor, la envidia penetra poderosa en la psique del desconsolado.
Quiere algo que otro tiene, y el deseo se hace cada vez más fuerte, dando paso a la obsesión.
En una cultura en la que el conformismo es un valor moral, la envidia ha sido tachada de emoción oscura. Los envidiosos se sienten parias, indignos, infelices, y trocan su aspiración en odio, en crítica destructiva, en demanda hacia el privilegiado.


La envidia es el paso a la locura, la garantía de la soledad. Y el envidiado acaba por sentirse culpable de la desventura del envidioso.
Caín, el primer envidioso, es el ejemplo de la codicia por lo ajeno, de la tragedia del desheredado, del hermano menos querido. Su asesinato es pasional, decidido a aplastar a Abel por ser mejor que él y recordárselo día a día.
Pero el terror de la envidia es un callejón sin luces que lleva al Este del Edén.


Judy Barton envidiaba la imagen de Madeleine Elster, lo que le llevó a cometer su único error. Quería ser igual que la mujer que interpretó y acabó sus días igual que ella.
Escarlata O'Hara anhelaba el marido de su prima Melania. Era más bella y apasionante, pero nunca lo consiguió.
Envidiar es una competición cuyo resultado está decidido de antemano.


Salieri no entendía la genialidad de Mozart y su vida fue odiarlo por haberle quitado un puesto del que se pensaba merecedor.
Todas las brujas envidiaban el amor de los mortales; decidieron crear pociones que proveyeran el conflicto y las hicieran protagonistas.


Los asesinos son envidiosos exacerbados, decididos a arrancar la felicidad de sus víctimas a través de la violación y la muerte. Roban el alma de los queridos de Dios para saciar su noción de justicia terrenal.
Es la clave de aquel que envidia. Siente que la vida no es justa. Y necesita expresarlo.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Jon Hamm


La última sensación de la televisión de culto se llama "Mad Men". Recrea los años sesenta del Madison Avenue, con el foco puesto en una lujosa agencia de publicidad.
La luminosa escenografía es el envoltorio de un regalo bastante más ácido de lo que pudiera parecer.
"Mad Men" indaga en la ambición y la corrupción personal, y retrata una época marcada por el machismo y la hipocresía social.


Su protagonista es el misterioso Don Draper, interpretado con lacónica perfección por nuestro maromo de hoy, Jon Hamm.


No había grandes noticias de Hamm antes de "Mad Men".
Sus créditos en televisión y cine son notables, pero ha sido Draper quien le ha permitido ganar el Globo de Oro y toda nuestra atención.


Y también acaparar el tercer puesto en la recentísima lista que la revista "People" ha elaborado sobre los hombres más sexys vivos. Jon Hamm comparte podio con Hugh Jackman y Daniel Craig.


El Hamm de "Mad Men" ha sido el hallazgo de un actor de corte clásico, tanto en la manera de actuar como en su refinado sex appeal. Hacía tiempo que no se veía fumar con ese estilo en la pantalla.
Y la ALPP está agradecida de que la televisión por cable también sea partidaria de lo hairy.


Los más cinéfagos no habrán podido evitar la asociación con otro actor, de nombre muy parecido. Es decir, Jon Hall, el partenaire más habitual de mi querida prima, Maria Montez.
Para igualar la gloria de Maria, necesito protagonizar un remake de "La Reina de Cobra".
Y me pido a Jon Hamm como macho amoroso, of course.

lunes, 17 de noviembre de 2008

La Música es...


- El sonido que hace vibrar el mundo.
- Desde la melodía más sublime hasta el más barato mueve mueve.
- Cautiva los oídos y sigue su camino hacia los demás sentidos.


- Una invitación al baile.
- La banda sonora de la vida.


- El arte de la composición de sonidos en el tiempo.
- Ruido armonizado.
- Enamorarse de la radio.
- Sentimientos que se desprenden del tañer de los instrumentos.


- A lo que todos, más o menos secretamente, gustaría dedicar nuestra vida.
- Una manifestación humana, pero radicalmente distinta según culturas.
- Do re mi.


- De la armonía al desajuste, de la balada al jazz, del pop al rap.
- Que nadie dispare al DJ.
- Rock 'round the clock.
- El más antiguo (y efectivo) modo de convertirse en una estrella.


- Joaquin Phoenix ha dejado el cine para dedicarse por entero a su grupo musical.
- Sometida a la industria del disco, atrapada en las radiofórmulas.
- Bah, dame ese micrófono, que se van a enterar de quién soy.