martes, 5 de febrero de 2008

Lauren Chapin Knows Worst


La industria está trufada de niños que no pueden crecer. No tienen la misma suerte que Natalie Wood, Jodie Foster o la mismísima Liz Taylor.
Casi todos los intérpretes infantiles y juveniles llegan a un abismal punto de no retorno, que marca sus vidas.
Uno de los casos más espeluznantes lo compone Lauren Chapin, estrella prepúber de la televisión norteamericana de los años cincuenta.

Lauren Chapin era conocida por ser la pequeña de los Anderson, en la sitcom "Father Knows Best", emblemática reivindicación televisiva de la familia bien avenida, en plena América de Eisenhower.
Protagonizada por Robert Young y Jane Wyatt, la serie ocupó la segunda mitad de la década con gran éxito.


La Chapin tenía once años cuando fue elegida para ser "Kitten" Anderson, quintaesencia de lo cute.
Cuando cumplió los quince, terminó "Father Knows Best". Y comenzaría la tragedia de Lauren Chapin.

Con dieciséis años, se casó con un mécanico de coches y tuvo el primero de sus ocho abortos. Su incapacidad de tener hijos la fue desesperando cada vez más. Lauren se divorció a los dieciocho.

El mismo año conocería a su nuevo novio, y fue en ese momento cuando empezaron sus adicciones al ácido y, especialmente, a la heroína.
Durante años, Lauren Chapin estuvo sumergida en una pesadilla total. Trató de cortarse la muñeca con un cuchillo en un arrebato de ira, en la misma época que pagaba sus dosis trabajando como prostituta.


Pero la raíz de sus problemas habían comenzado mucho antes.
Su padre y un amigo habían abusado sexualmente de ella, su madre era alcohólica y su hermano la había apuñalado en una ocasión. A los diez años, la pequeña Lauren había intentado suicidarse.
El vacío dejado tras el final de "Father Knows Best" fue sólo la gota que colmó el vaso en la miserable vida de Lauren Chapin.

En los años setenta, Lauren superó poco a poco sus múltiples adicciones y conflictos, con el nacimiento de sus dos hijos y con su acercamiento a la espiritualidad.
A través de la religión, Chapin encontró una manera de salir adelante. Asegura que Jesús fue su Salvador y su rehabilitador infalible. Desde entonces, su discurso inspirador es solicitado frecuentemente por varias iglesias y congregaciones.


Ahora trabaja como directiva de un hotel, promueve obras de caridad y ha creado una fundación para la vigilancia y provisión de la carrera de las estrellas infantiles.
Su hija, Summer-Healy Chapin, quiere ser cantante.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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