viernes, 26 de diciembre de 2008

Sangre de Verdad


Los vampiros existen. Y se han convertido en lo último en minorías a vindicar.
Quieren los mismos derechos civiles que los mortales y dejar de ser mirados con terror y suspicacia.


Los japoneses han lanzado la primera sangre sintética y se comercializa bajo el nombre de Tru Blood.
Los vivos pueden estar tranquilos; los vampiros beberán de botellines de cristal, y no de sus carnosos cuellos.


Pero, ¿quién quiere confiar en las versiones oficiales?
Los mortales siguen contemplando a los chupasangres con terror y fascinación.
Y, cuando se descubre que son unas máquinas sexuales y que su sangre marchita es la droga más potente, la fascinación se troca en codicia.
Los vampiros siguen buscando el bombear del líquido caliente en los vivos; y éstos, el placer de lo prohibido en aquellos que duermen de día.


Nos encontramos en la alucinada Louisiana, donde la religión se prefiere fanática y la dieta se compone de cervezas y hamburguesas con queso.
Han llegado las primeras remesas de Tru Blood.


Sookie Stackhouse, camarera white trash, puede leer las mentes. Sólo se le resisten los pensamientos de Bill Compton, el primer vampiro que conoce en su vida y quizá el único hombre al que pueda amar.


Alan Ball, el genio de "American Beauty" y "Six Feet Under", vuelve a sorprender. Y, esta vez, creando polémica; "True Blood" es tan amada como detestada.


Deliberadamente trashy, con una inenarrable Anna Paquin asentando el tono, "True Blood" es una serie sexy, adictiva, pero no apta para todos los colmillos.
Nosotros, adictos al placer culpable y devotos de los postres midnight, tenemos el mentón chorreante de sangre y estamos aún sedientos: queremos más "True Blood".
Y el poderío maromial es indiscutible, con Stephen Moyer y Ryan Kwanten como futuros visitantes de nuestros jueves.

1 comentario:

vertigo dijo...

Ví el piloto y no me dijo nada pero sabiendo que Alan Ball está detrás de ella le daré una oportunidad cuando salga en dvd.

saludos!