lunes, 31 de diciembre de 2007

El Año 2007 es...


- El año que descubrí que era hijo de Sally Field y hermano de Rachel Griffiths.
- Cuando apagué la televisión. ¡Viva Emule!
- Viví una pesadilla kafkiana con Telefónica. Y otra bartofinkiana con el Grupo Prisa.
- Cuando terminé de estudiar y empecé a trabajar. Al menos, en teoría.
- Me pusieron en la Internet Movie Database.
- Vi "El castillo ambulante", de Hayao Miyazaki.


- Comí codillo con Fernando Méndez-Leite.
- Me aprendí el "Emmenez moi", de Charles Aznavour.
- Recomendé a Álvaro que viera el vídeo de Manuela Trasobares.
- El año que aseguré que: Down with love! Up with sex!.
- Cuando el verano se llamó "ER".


- Miss Hall y sus aventuras estuvieron a la altura de lo que demanda el personaje.
- Me hice amigo de Niles Perry. Los domingos pueden ser divertidos.
- Quedó claro que quejarse es una mierda.
- Revisité "Dinastía" y comprendí la necesidad de reivindicar el nombre de Alexis y el país de Moldavia.


- Volví a Barcelona en agosto.
- Envié Currículums Vitae.
- Escribí mi mejor historia.
- Elaboré este blog a mi imagen y semejanza.
- Bah, los doce meses menos distinguidos de la era Montez. A currarse el 2008.

sábado, 29 de diciembre de 2007

La Furia de Maléfica


"Una selva de mortales espinos será su tumba.
Atravesad los cielos en una nube de oscura perdición.
¡Id con mi maldición!
Prestad bien vuestro servicio,
y, sobre el castillo de Stéfano,
¡DEMARRAD MI MALEFICIO!"


Maléfica en "La Bella Durmiente" (Disney, 1959)

martes, 25 de diciembre de 2007

Close to Hell


Hoy se les recuerda sobre todo por el duradero éxito de "Close to you". Pero hubo una época en que los Carpenters eran el dúo más famoso del pop.
Fue durante los setenta, cuando la música suave y bienintencionada de estos dos hermanos servía de respuesta pacífica al rock escandaloso que se gestaba por entonces.
Los Carpenters eran tan blancos que incluso tenían un especial de Navidad cada año.

La clave del éxito estaba, sin ninguna duda, en la voz y la personalidad de Karen Carpenter. Tímida y melancólica, su voz hacía triste cualquier canción. La solista era la propia contradicción del estilo ligero del grupo.


Todo empezó a cambiar el día en que Karen, exhausta, se desmayó en un concierto en Las Vegas. Era 1975, llevaban cinco años de gira por todo el mundo y se atribuyó en principio a un lógico agotamiento.
Sin embargo, Karen Carpenter se convertiría en la primera celebridad en confesar que sufría de anorexia. En realidad, supuso la incursión del desorden alimentario como una cuestión a debatir.


La gira fue cancelada, y Karen reapareció esquelética, pero asegurando que estaba recuperada. Y este fue el momento del colapso de Richard. Coincidiendo con una disminución de la popularidad del grupo en 1979, Richard ingresó en un sanatorio. Era adicto a los somníferos.

Los hermanos Carpenter se convertían de la noche a la mañana en celebridades pendientes del eterno comeback, mientras sus éxitos musicales se hacían cada vez más irregulares.
Demasiada presión es lo que siempre ha señalado Richard como la razón principal para los problemas psicológicos y físicos de su hermana y de él.
Y quizá también una inocencia total; en 1975, los hermanos todavían vivían con sus padres.

En 1982, Karen volvió a adelgazar hasta límites alarmantes. Nuevamente ingresada, recuperó el peso con celeridad. Su corazón no soportó la descompensación y murió.
Los esfuerzos de Richard en los años siguientes por recuperar el trono que un día perteneció a los Carpenters fueron infructuosos.

Criticados por ser azucarados y cursis, la influencia de los Carpenters en el pop ha sido decisiva y todavía conservan una renovada legión de fans.
Su música es la cumbre de la "canción bonita", y la voz de la trágica Karen sigue siendo tan misteriosa y envolvente como siempre.

lunes, 24 de diciembre de 2007

La Navidad es...


- Noche de paz, noche de amor.
- El coñazo de todos los años.
- El momento en el que desearía estar fuera del cuerpo.
- La ocasión para que Tamara, la cantante de boleros, saque un nuevo disco.


- La única razón para que haya una tregua en guerras en activo.
- La época que es tan fácil criticar y ejercer cinismo sobre ella.
- Cuando ponen películas larguísimas y "bonitas" en televisión.
- Donde tener un sitio para cenar en Nochebuena es sinónimo de quietud vital.
- ¿Qué fue de "Telepasión"?
- Una curiosa manera de empacharse, emborracharse y despilfarrar.


- Familia.
- Especular quién va a dormirse en la mesa este año y quién va a decir la chorrada más grande.
- Encima hace frío.
- Visitas, visitas y más visitas.


- En la infancia, era cojonuda; en la adolescencia, horrible.
- Regalos, colocones, comida por un tubo y mensajes de amigos lejanos. Es lo más.
- Te gusta más de lo que crees.
- El invento de Charles Dickens, Walt Disney y el Corte Inglés.


- Volver a casa.
- Sólo piensa en el régimen de después. Consejo: este año toca gimnasio.


- Sólo piensa en la falta de dinero de después. Consejo: juega a la lotería el próximo año.
- El muy previsible artículo de hoy en el blog de Josito Montez.
- Bah, mejor soltar veneno de la Semana Santa.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Estados Unidos es...


- El país sin nombre.
- La nación de naciones más satisfecha de su amalgama.
- El Imperio.
- Un país tan mestizo como racista.
- Se ha contado así mismo a través del cine.
- El camino que dista entre James Stewart en el Capitolio y el barrio residencial de "Terciopelo Azul".


- Muy variado, pero curiosamente uniforme.
- No saldremos vivos de los norteamericanos, no saldremos vivos.
- War for Oil.
- Recicla la horterez como nadie.


- Ese lugar del mundo donde las bolsas de la compra son de papel y la gente hace picnics y barbacoas.
- Enorme, irresistible y pretenciosa.
- Su sueño era una mentira, su felicidad es postiza.


- Explotación internacional = dólares para Tío Sam.
- Muy moderna para algunas cosas, y decimonónica para otras.
- El plástico, el chicle y la Coca-Cola.


- Donde fumar tabaco es lo peor del mundo.
- No hay nada que los defina mejor que un western. Venganza y sentimentalismo.


- Tienen justamente el presidente que se merecen.
- El cine, la televisión, la informática: sus bombones envenenados.
- Bah, no es tan excitante como cuando tenía a la URSS delante.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Pia y Christopher: Mejor Desnudos que Muertos


Christopher Atkins y Pia Zadora. Dos nombres que evocan los primeros ochenta, aquellos que se definen estéticamente por los patines de "Xanadú" y por los replicantes de "Blade Runner".
Entonces, se hacían películas tan malas y anacrónicas, que nacieron los premios Razzies para deshonrar a aquellos títulos de la industria tan anticipados como decepcionantes, desde "Can't Stop the Music" a "Querídisima Mamá".
Y Chris y Pia estuvieron en muchos de ellos. Lanzados como "nuevas estrellas", se estrellaron antes de 1985, sin posibilidad de continuidad. Eran malos y, al fin y al cabo, menos excitantes de los que ellos mismos se creían.

Pia Zadora es la protagonista de uno de los casos de abuso de poder más grande que ha sufrido jamás la industria del cine, en forma de premio inmerecido.
Recibió el Globo de Oro a la actriz más prometedora por su (falso) debut en "Butterfly". Un premio que se le daba por encima de Kathleen Turner.
Las suspicacias empezaron pronto. Y se estableció el nexo que unía a Meshulam Riklis, el marido israelí y multimillonario de la Zadora, con la prensa extranjera que decide los Globos. Un nexo convertido en viajes pagados a Las Vegas a todo lujo.


Promocionada y producida por Riklis, la Zadora consiguió ser famosa tanto por su descaro y su sentido de la oportunidad como por la acusada tendencia a desnudarse sin complejos. Ni guapa ni sexy, era una rubia enana y pepona que provocaba más miedo que lubricidad.
El fracaso comercial de "Chica Solitaria" la apartó de sus ansias de gran estrella para siempre.
A pesar de todo, como cantante tuvo cierta continuidad y aprovechó la ocasión.
John Waters la redifiniría como mito camp y la incluiría en su "Hairspray", haciendo de una chica beatnik.
Hoy permanece retirada muy acaudaladamente y sabiendo bien las ventajas de casarse con un millonario.


Christopher Atkins también tenía una acusada tendencia a quitarse la ropa a la mínima de cambio. Probablemente, porque era lo propio después de enseñarlo todo en "El Lago Azul" y convertirse así en un ídolo de matineé.
Rubio hasta decir basta, Chris era aún peor actor que Pia Zadora. Su vehículo más inefable se llamó "Una Noche en el Cielo".


Si Hollywood ha sacado partido del furor por el patinaje ("Roller Boogie" y "Xanadú"), la música disco ("Can't Stop The Music"), los bares western ("Cowboy de Ciudad"), el aerobic ("Perfect") y los bailes de moda ("Lambada"), ¿qué mejor ocasión que hacer una película sobre los strippers masculinos?

Y, evidentemente, Christopher era la elección perfecta para hacer del chico de instituto que, por las noches, se dedica a quedarse en pelotas frente a una caterva de mujeres enloquecidas.
Y el amor y la pasión empiezan cuando, entre el público, descubre a su estirada profesora, interpretada por Lesley Ann Warren.


El nivel trash estuvo asegurado con Atkins en más de una ocasión, pero, quizá coincidiendo con el surgimiento del Brat Pack, su condición de nene deseado por la juventud pasó a mejor vida.

Como restos del naufragio, Chris y Pia no sirvieron ni siquiera de recambio generacional. Pero fueron los pioneros en proclamar que mejor desnudos que muertos. Tarzán no iba a ser el único.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

El 'Kitsch' de Tu Mente


Por definición, el cine de Hollywood es psicoanalítico. En su lógica causa-efecto, las teorías del pasado como factor determinante de los actos del presente encajan como un guante.
El ejemplo paradigmático lo compone la serie de melodramas y thrillers de los años cuarenta. El gusto de los norteamericanos post-Segunda Guerra por el freudianismo era evidente y se convirtió en toda una moda.

La película que mejor lo define es "Recuerda" (Spellbound), de Alfred Hitchcock, ambientada en un sanatorio mental de lujo y con Ingrid Bergman dispuesta a interpretar todo lo que Gregory Peck guarda bloqueado en su mente.

Para Freud, el acto inconsciente y el sueño están llenos de símbolos, que hablan de traumas de infancia, de violencia y de represión sexual.
Evidentemente, Hitchcock tenía ante sí todo un festín para su paladar morboso.


Y "Recuerda" se convirtió en el compendio frívolo de la psicología freudiana, por excelencia.
Con ese sueño diseñado por Salvador Dalí y esa cara de profunda que ponía la Bergman para diagnosticar al guapísimo Peck, "Recuerda" es una película tan tonta como irresistible.

Sin embargo, la restricción moral y censora dejaba a estas historias siempre a medio camino. Normalmente, el abuso sexual como trauma infantil se reemplaza por todo lo contrario. Se sustituye por un desprecio temprano por parte del progenitor; un conflicto edípico que azota la personalidad perturbada del personaje de turno.


Es por eso que "Secreto Tras la Puerta", revisión del mito de Barbazul, se queda corta en su resolución.
Dirigida con sofisticación por Fritz Lang, la tensísima atmósfera aboca a un final algo decepcionante.

La degeneración absoluta se hizo patente en "Una Mujer en la Penumbra" (Lady In The Dark), de Mitchell Leisen, con Ginger Rogers como una frígida empresaria, que se somete a terapia.
Los sueños y alucinaciones de la protagonista, concebidos como recargados y sobreproducidos números musicales, componen una de las cotas más altas de la sensibilidad basuresca a la que Hollywood era adicto en ocasiones.


En "Una Mujer en la Penumbra", la simbología se convierte en iconografía barata; el trauma se confunde con trama y se resuelve con convencionalismo y misoginia.

La explicación de que la maldad y la depresión obedecen a todo el kitsch que reside en tu mente se convirtió en un cliché del cine clásico, que han heredado los contemporáneos.
Especialmente, en el terreno del telefilm, donde la psicología sigue usándose como infalible 'tic' dramático.

martes, 11 de diciembre de 2007

40 Años del Mito Camp (10, y Último): El Secreto


El éxito más insensato, la película esperada más criticada, el tabú hecho cartel, el backstage drama pervertido, el cine de estudio destrozado. Y ahora, el clásico de culto adorado, la mejor definición posible del camp hollywoodiense.

Ni Barbara Parkins lo entiende. "No sé por qué os gusta tanto... ¡es malísima!", dijo en la presentación del DVD de lujo. Frente a ella, se encontraban los representantes de esa cultura gay norteamericana que considera la película de Mark Robson como uno de sus iconos más reconocibles.


¿Cuál es el secreto de "El Valle de las Muñecas"? ¿Por qué nos gusta hablar de ella y parodiarla? ¿Por qué necesitamos revisarla cada cierto tiempo?
Sera cuestión de color, de abundancia de diva peripuesta y drogadicta, de que Dionne Warwick canta el tema principal o de que satisface la vena malvada de todos aquellos que sonreímos cuando alguien hace el ridículo.

Tan adictiva como las píldoras que toman sus protagonistas, el colorido popurrí seduce a aquellos con sentido del humor, a los que hemos visto demasiadas películas, a los que malentendemos y reinterpretamos su mensaje moralizante.


En la novela, Jacqueline Susann advertía del peligro, de cómo el valle destroza la personalidad y el orgullo. La película, con semejante relumbrón y cambiando el final de la historia, lo convierte en un sueño plástico y definitivamente intrigante.

Anne Welles, la chica de provincias que asciende la ladera y contempla el tumultuoso valle, dice: "No sé quién soy ni lo que quiero, pero tengo que averiguarlo como sea".
Y aquellos de naturaleza susceptible deciden, en ese instante, que preferirían ser una glamour girl con problemas de adicción a permanecer un minuto más en su opresiva sala de estar.


En cualquier caso, debe ser amor. La devoción por una película tan mala no se puede explicar con palabras.
Pese a que en estas diez semanas lo he intentado, creo que todavía no sé transmitir porqué "El Valle de las Muñecas" sigue siendo una de mis películas preferidas.
Y eso me gusta. Es lo más cercano a la pasión.

lunes, 10 de diciembre de 2007

'Six Feet Under' es...


- Los Fisher y su funeraria.
- Una comedia negra y un drama familiar.
- Más cine que televisión.
- La serie que inevitablemente gusta a tus amigos modernetes.
- La manera de enamorarse de Rachel Griffiths.
- Tan enjundiosa como una buena novela.


- Estilo HBO.
- La hermana sofisticada y post-punki de "Los Soprano".


- Más porros y más desnudos que en ninguna otra serie americana.
- Aquella que te recuerda que la puedes palmar en cualquier momento.


- Geniales títulos de crédito.
- Qué mono está Freddy Rodriguez con su mono de embalsamador.
- Qué bien se lo pasa Brenda en la segunda temporada.
- La familia Chenowith da más miedo que los Fisher.
- Donde el hermano gay tiene un novio negro y policía.


- La oportunidad única de ver a Patricia Clarkson haciendo de hippie sesentona.
- El final quita el hipo.
- Los novios de la madre son un peluquero rústico, un florista ruso, un embalsamador friki y un viejo loco.


- Todos quisiésemos que nuestras madres tuviesen una amiga como Bettina.
- Lili Taylor aparecerá en tus pesadillas. Y Joanna Cassidy.
- Estás de acuerdo con todo lo que dice y encima te hace pensar.
- El tema principal no es la muerte, sino el compromiso. Familiar y sentimental.
- Bah, para dramas familiares, los míos.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Matthew Fox


Matthew es la mejor razón para empezar a ver "Perdidos".
En el episodio piloto, pasa de llevar un traje de chaqueta espectacular, con corbata al viento, a descamisarse completamente. Todo para que Evangeline Lilly le haga un costurón improvisado y así curarle una herida de la espalda.

Fox es un machote sexy, grande y fuerte. A veces es tan maromial, que parece hasta hortera.
Ha cambiado mucho desde los tiempos de "Cinco en Familia". Allí, era un chico mono. En "Perdidos", está definitivamente imponente.

Sin embargo, el problema de Matthew Fox es que la competencia en la isla de "Perdidos" es durísima.
Sobre todo, si en frente le colocan a Josh Holloway, que, con un personaje mucho más estimulante, acaba ganando la partida claramente.


El Doctor Jack Shepard que incorpora Matthew es el tío más agonías de la televisión norteamericana. Ya sea en presente, en pasado (o en futuro), la cara de aflicción no se la quita nadie.
Y eso resta atractivo a nuestro Fox. Porque nos gustan más decididos y menos autocompasivos.


Sin embargo, como es el rey de las camisas recortadas, como es el principal adalid del pelo en el pecho y como nos molan los doctores buenorros, Matthew Fox tiene este trono del jueves bien ganado.
Si hay que caer en una isla, que sea con él.

martes, 4 de diciembre de 2007

40 Años del Mito Camp (9): Los Herederos


Jacqueline Susann consideró que la adaptación de "El Valle de las Muñecas" era a piece of shit.
Por eso, decidió involucrarse en las siguientes películas que se basaron en sus dos novelas, colocando a su marido Irving Mansfield como productor ejecutivo.
Sin embargo, los resultados cinematográficos de "La Máquina del Amor" y de "Una Vez No Basta" evidencian que fue peor el remedio que la enfermedad.
Ambas son parecidas a la película de Mark Robson, asociando repartos estupendos, un glamour tardío y unos guiones terroríficos.
Tras la muerte de la Susann, Irving Mansfield también supervisaría el remake televisivo de las desventuras de Anne, Jennifer y Neely.
La miniserie se llamó "Valley of the Dolls 1981", y obtuvo mejores críticas que su predecesora cinematográfica.


Sin embargo, la herencia real de "El Valle de las Muñecas" está en su legado de histrionismo melodramático y diálogos absurdos.
Ese que han recogido los "ganadores" de los premios Razzie, en general, y los churretosos backstage dramas de las últimas décadas, en particular.


Ahí está "Queridísima Mamá", el salvaje retrato de la legendaria actriz Joan Crawford, convertida en un festín camp de primer orden, con Faye Dunaway recogiendo el testigo de Patty Duke, en lo que a interpretaciones dignas de parodia se refiere.


También tenemos "Chica Solitaria", con la indescriptible Pia Zadora, cuyo personaje daba sentido literal al genotipo "guionista puta".
Basada en una novela de Harold Robbins, otro rey del best-seller verde y cotilla, "Chica Solitaria" está considerada una de las peores películas de la historia y asesinó la carrera de la Zadora para siempre.

El fracaso de "Chica Solitaria" atestiguó el final de la era de las adaptaciones de novelas tremendas.
Sin embargo, las soap operas televisivas de los ochenta, desde "Dallas" a "Dinastía", pasando por "Muñecas de Papel", también se beneficiaron de los méritos de "El Valle de las Muñecas".
Lujo, cotilleos, adicciones, sábanas sucias, dialógos enardecidos y peleas de gatas aseguraban la diversión.

Y la respuesta fin de siglo al retrato hortera del show-business ha sido, sin ninguna duda, la desastrosa "Showgirls", de Paul Verhoeven.
Tan terrible que no puede dejar de verse, "Showgirls" ya empieza a ser aclamada como un clásico del camp, ideal para sesiones de medianoche.
Un exabrupto total, que bebe de su propia idiotez para trascender.


Tales son los dictados del sensacionalismo. Y Verhoeven sabe muy bien que es mejor que se hable de uno, aunque sea para mal.
Es lo que se podría llamar una lección bien aprendida.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Lady Marian


"Te amo. Te amo más que a todo. Más que a los niños. Más que a los campos que planté con mis manos. Más que a la plegaria de la mañana o que a la paz. Más que a nuestros alimentos.
Te amo más que al amor, o a la alegría, o a la vida entera.
Te amo... más que a Dios"

Audrey Hepburn en "Robin y Marian" (Richard Lester, 1976)