martes, 25 de diciembre de 2007

Close to Hell


Hoy se les recuerda sobre todo por el duradero éxito de "Close to you". Pero hubo una época en que los Carpenters eran el dúo más famoso del pop.
Fue durante los setenta, cuando la música suave y bienintencionada de estos dos hermanos servía de respuesta pacífica al rock escandaloso que se gestaba por entonces.
Los Carpenters eran tan blancos que incluso tenían un especial de Navidad cada año.

La clave del éxito estaba, sin ninguna duda, en la voz y la personalidad de Karen Carpenter. Tímida y melancólica, su voz hacía triste cualquier canción. La solista era la propia contradicción del estilo ligero del grupo.


Todo empezó a cambiar el día en que Karen, exhausta, se desmayó en un concierto en Las Vegas. Era 1975, llevaban cinco años de gira por todo el mundo y se atribuyó en principio a un lógico agotamiento.
Sin embargo, Karen Carpenter se convertiría en la primera celebridad en confesar que sufría de anorexia. En realidad, supuso la incursión del desorden alimentario como una cuestión a debatir.


La gira fue cancelada, y Karen reapareció esquelética, pero asegurando que estaba recuperada. Y este fue el momento del colapso de Richard. Coincidiendo con una disminución de la popularidad del grupo en 1979, Richard ingresó en un sanatorio. Era adicto a los somníferos.

Los hermanos Carpenter se convertían de la noche a la mañana en celebridades pendientes del eterno comeback, mientras sus éxitos musicales se hacían cada vez más irregulares.
Demasiada presión es lo que siempre ha señalado Richard como la razón principal para los problemas psicológicos y físicos de su hermana y de él.
Y quizá también una inocencia total; en 1975, los hermanos todavían vivían con sus padres.

En 1982, Karen volvió a adelgazar hasta límites alarmantes. Nuevamente ingresada, recuperó el peso con celeridad. Su corazón no soportó la descompensación y murió.
Los esfuerzos de Richard en los años siguientes por recuperar el trono que un día perteneció a los Carpenters fueron infructuosos.

Criticados por ser azucarados y cursis, la influencia de los Carpenters en el pop ha sido decisiva y todavía conservan una renovada legión de fans.
Su música es la cumbre de la "canción bonita", y la voz de la trágica Karen sigue siendo tan misteriosa y envolvente como siempre.

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