viernes, 28 de septiembre de 2007

Chris Evans


Chris Evans podría considerarse el paradigma del "chico americano". Tiene una mirada que denota pocas luces, una sonrisa chulesca y un cuerpo lo suficientemente blanco y musculoso.
Si hubiese sido actor en los ochenta, hubiesen sido suyos todos los papeles de joven popular, miembro preminente de la hermandad de turno, adicto al béisbol, a decir chorradas y a meterse con los nerds.
De hecho, fue elegido para parodiar ese estereotipo en la terrible "Not another teen movie", que supuso el primer papel que lo incluyó en las agendas de los productores de Hollywood.

Como buen fruto de su época, Chris está en las listas de los hombres más deseados, su ídolo es Tom Cruise y sale con chicas como Jessica Biel.
Ha protagonizado dos películas interesantes, "Cellular" y "Sunshine", pero es conocido, sobre todo, por ser la Antorcha Humana en las dos entregas de la versión cinematográfica del cómic "Los cuatro fantásticos".
Interpretada con su singular insolencia de adolescente eterno, su Johnny Storm es quizá la única razón que podría recomendaros para ver la saga.
Es el efecto que tienen las mallas sobre un tío tan buenorro como Chris Evans.

lunes, 24 de septiembre de 2007

Marketing Viral y "The Dark Knight"


Es evidente que los grandes éxitos audiovisuales son aquellos que se hacen necesarios. Más que la gran valla publicitaria, el marketing busca alternativas sutiles, y, dentro de éstas, reina la publicidad viral, beneficiada de la red de Internet y basada en el infalible boca-oreja.
La publicidad viral reúne todas aquellas campañas de marketing encubierto, y su último ejemplo está siendo “The Dark Knight”, la nueva entrega de “Batman”.

En una página de Internet, aparece una propaganda política. “I believe in Harvey Dent”.

http://ibelieveinharveydent.warnerbros.com/

Harvey Dent es un personaje ficticio, interpretado por Aaron Eckhart, al que, con esta maniobra publicitaria, se le da categoría real. Se trata así de trasladar el universo inventado del film al espectro del consumidor, y de ofrecer, de manera indirecta, una de las primeras fotografías oficiales de la película.
Las maniobras encubiertas también se benefician de la rumorología en torno a rodajes tan secretos como “The Dark Knight”, y son especialmente espoleados por los fans y por la comunidad friki.
Así, se produce un auténtico surfeo por la red, a la caza de blogs y páginas web, que adelantan información, contienen imágenes exclusivas o incluso ofrecen datos contradictorios, para que la búsqueda continúe.
Y cuando se ha llegado a un supuesto fin del camino, empiezan los vericuetos.
La foto de Harvey Dent era grotescamente manipulada por el Joker. “I believe in Harvey Dent too”.
Y, atención, un nuevo hallazgo de publicidad viral: la página cambia, para desesperación de los fanáticos:

http://www.ibelieveinharveydenttoo.com/

Retirada la foto, sólo queda un enigmático “Page not found”. Si le damos a “Seleccionar” y arrastramos sobre el fondo negro de la página, observaremos el terrible mensaje que nos deja el Joker.
También tenemos esta página, aparentemente amateur, que nos invita a alquilar un payaso:

http://www.rent-a-clown.com/

La campaña de la Warner en torno a "The Dark Knight" es un ejemplo de la complejidad creciente de las técnicas virales y de la necesaria anticipación de los grandes productos de la industria, para asegurarse su público de antemano.

jueves, 20 de septiembre de 2007

El Melodrama es...


- El género de los sentimientos.
- Sólo dos palabras: Douglas Sirk.
- A veces da más risa que llanto.
- Cuando la música sube de volumen al llegar el clímax.
- Una “película de mujeres”.
- Todos esos culebrones donde cualquiera puede volver de la muerte.
- Cuando las mujeres malas son las estrellas.
- Una delicia para los masoquistas.


- Asegura la industria de los kleenex.
- El universo de los playboys que se convierten en grandes doctores y de las chicas mulatas que se hacen pasar por blancas.
- Renuncia, siempre renuncia.
- Donde la única manera de abortar es tener escaleras en casa.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Urgencias, la serie del siglo


La llamaron “revolución televisiva”, desde su estreno en 1994.
Revolución a la que he permanecido ajeno hasta ahora, precisamente cuando “Urgencias” - creada por Michael Crichton y amparada en sus inicios por Spielberg - está a punto de comenzar su decimocuarta y última temporada.
La hipnótica saga de los doctores del County General, salpicada de inyecciones de antropina y epinefrina, de vida y de muerte, es un auténtico espectáculo, irrepetible en la televisión norteamericana.
No en vano la han colmado de premios y la han imitado hasta la saciedad. Pero ninguna serie de hospital ha conseguido la perfección de “Urgencias”.
Puede deberse a que ninguna tiene el poderío de sus historias, ninguna ha entrecruzado tan finamente los casos clínicos y las vivencias de sus protagonistas, ninguna tiene el mismo ritmo narrativo y, por supuesto, ninguna está tan bien dirigida.


El carácter eminentemente masoquista de la audiencia puede explicar el éxito de una serie ambientada en un lugar tan desesperante como el departamento de Urgencias. Pero en ese paraíso de ficción, uno fantasea con la posibilidad de que existan tales salvadores plenipotenciarios, preparados con las palas de descarga para revivirnos en los peores momentos de nuestra vida.
Y tener la suerte de que nuestro héroe, detrás de las gafas protectoras y la mascarilla, tenga los ojos de Goran Vinsjic.


Evidentemente, no se puede hablar de “Urgencias” sin citar a George Clooney, que debe el escopetazo de su fama a su interpretación del pediatra Doug Ross.
Pero sería injusto olvidar a los que conforman la Urgencias clásica, como Anthony Edwards, Eriq LaSalle, Noah Wyle, Julianna Margulies o la simpar Laura Innes, y a los que se fueron incorporando con el tiempo, donde sobresalen las estupendas Alex Kingston y Maura Tierney.


“Urgencias”, que se ha convertido en mi hábito de este verano, es el ejemplo de una televisión compleja, atrevida e impactante. Y, por desgracia, lejana a la nuestra.