Cannabis

Es la mata perseguida y la más amable de las drogas ilegales. Como le dice María Barranco a Antonio Banderas en "Átame": "¿Quieres porro?".
Del cannabis, se obtiene la marihuana y el hachís; es decir, la hierba y el chocolate.

Los fans acérrimos se compran libros para aprender a cultivarla en casa. El resto de los mortales acude a su feliz camello para conseguir unas generosas onzas, o bien, unos tiernos cogollos.

El porro relaja y da risa; es especialmente requerido por los nerviosos y por los que buscan pasar una tarde muerta. Que ocurra un terremoto en la sala de estar de un fumeta: no se moverá.
Así estaba Brad Pitt en "Amor a Quemarropa" (True Romance).

Quemado, mezclado con tabaco, envuelto en papel de arroz y aderezado con filtro de cartón. El canuto se prefiere fumado con los amigos, que se lo pasan de boca en boca como un cáliz tontorrón.

Da hambre, apoltrona y es más adictivo de lo que parece, pero hace mucho tiempo que el petardo es el rey del colegueo y busca su natural legalización.

Nuestra camella favorita, la Mary-Louise Parker de "Weeds" lo comercia en el barrio residencial donde vive y transita pronto hacia el cultivo, haciéndose una empresaria de la hierba. Ella se abstiene de consumir. "La gente que fuma hierba acaba imbécil".

Brenda Chenowith también le daba al petardo en "Six Feet Under". Para ella, era esencial para combatir la ansiedad del hastío.
Ese sentimiento, la desesperación ante el aburrimiento, es la clave de los que quieren su sofá bien cómodo y mejor ahumado.