miércoles, 30 de junio de 2010

1996


El prólogo de "Trainspotting" nos recordaba todo aquello que aspirábamos a poseer en la vida.
1996 lo refrendaba con la aparición del concepto "Nueva Economía", oportunista defensa de la sociedad globalizada.


Pero, como en "Trainspotting", las cuentas morales no salían. Y nadie podía despertar del sopor de la era más inexpresiva.
Quizá porque el progreso levantaba sus ceremoniales telones y no salían grandes sorpresas.


Detrás de la cortina, sólo había instrumentos inútiles, que perpetuaban la alienación tecnológica. Detrás de la cortina, sólo estaba el Motorola Startac.


En 1996, usar un teléfono móvil era snob y ridículo, y había quien aseguraba que provocaba cáncer.
Quizá lo provocaba más la "Macarena", demencial melodía de Los del Río, que conquistó el mercado internacional de esa manera inexplicable en que triunfan los fenómenos.


Fue la banda sonora de la campaña de Bill Clinton que, pese al Whitewater, conseguía ganar en las elecciones de nuevo y asegurarse un segundo mandato.


En el cine, la Casa Blanca saltaba por los aires en "Independence Day", cumbre del masoquismo norteamericano, que adora tanto ver la destrucción que parece que la pide a gritos.


El mismo año, se lanzaba su parodia, "Mars Attacks", muestra de la reivindicación de todos los cines antiguos, ya fueran buenos o malos.


La celebración de los cien años del cine en 1995 había dejado una resaca por lo retro bastante contundente.


El público pedía películas románticas, de aspecto antiguo y evocador, hechas con escuadra y cartabón.


Así, Ralph Fiennes y Kristin Scott-Thomas vivían un amor imposible en "El Paciente Inglés".
Y Timothy Hutton y Natalie Portman decían cosas muy bonitas sobre las relaciones y el hacerse mayor en "Beautiful Girls".


El indie era de lujo y la Miramax reinaba en los gustos más selectos, que confundían vintage con quality.


Madonna veía cómo Robert Hoskins, su más pavoroso acosador, era acusado por el tribunal.
Pero no se acabó el azote sobre la Ciccone.


Su "Evita" desató las iras de los argentinos más patrióticos.
Ella desoyó, se esforzó más que nunca como actriz, y, cuando llegó la calma, anunció que estaba embarazada de su entrenador personal.


En "Evita", Madonna coincidía con Antonio Banderas, el mismo que vivía el año más intenso de su trayectoria.


Se estrenaba "Two Much", cuyo rodaje fue testigo del inicio de una relación celebrity tan insospechada como duradera.
En 1996, Antonio y Melanie se casaron.


La British invasion en su variante poschorra se llamó Spice Girls, quinteto de señoritas marchosas, que arrasaron con el pegadizo "Wannabe".


Sin embargo, los brits más in eran Oasis, que también miraban atrás, en una revisión noventera del espíritu de The Beatles.


Los Fugees reversionaban "Killing Me Softly", y Beck hacía la mezcla definitiva de sonidos underground con su aclamado "Odelay".


El disco más influyente y polémico se llamó "All Eyez On Me", del efímero Tupac Shakur, que moría en Las Vegas abatido por tiros, quizá de envidia, tal vez como ajuste de cuentas.


Por primera vez, aparecía la Selección nacional de fútbol de Bosnia-Herzegovina.
Las destrozadas repúblicas yugoslavas eran como una tortuga vuelta del revés, que intenta infructuosamente ponerse derecha.
En cualquier caso, las imágenes de los Balcanes se desvanecieron de los telediarios.


En España, la etapa socialista terminaba con la victoria del Partido Popular, que trajo al insoportable José María Aznar y su asquerosito séquito.
Aznar inició su mandato con una astuta política antiterrorista, que aseguró su pervivencia.


En "Melrose Place", Kimberly vivía un desdoblamiento de personalidad y Jane se hacía mala.
Sin duda, esa serie siempre fue el más preciso diagnóstico de los tiempos.


Mientras, Leo amaba a Claire en la incomprendida "Romeo + Juliet", justo la película que se merecía el año: Shakespeare meets MTV.

3 comentarios:

vertigo dijo...

Curioso que todas las películas que mencionas... las he visto!
Tengo buenos recuerdos culturales de este año y has nombrado muchos de ellos.

Damian dijo...

hubiera sido como si yo hubiera escrito todo eso, tenia 16 mas o menos ese año, y transpotting fue mi peli favorita, el soundtrack de romeo y julieta ahhhh
q recuerdos

Josito Montez dijo...

Pues sí, muy buenos recuerdos. Yo tenía 15 años entonces.

Un saludo a los dos, y bienvenido, Damián.