Seamos incorrectos y reivindiquemos hoy el placer culpable de la bofetada y el cachetón.
Si tu novio es un cabrón, dale mano a ese bastardo.
Si tu amiga es una zorra, crúzale la cara con toda tu rabia catfighter. Con el mismo impulso, lánzale otra, con la mano vuelta, que humilla más.
Si tu novio es un cabrón, dale mano a ese bastardo.
Si tu amiga es una zorra, crúzale la cara con toda tu rabia catfighter. Con el mismo impulso, lánzale otra, con la mano vuelta, que humilla más.
Chicos, dejaos ya de tanto puñetazo y volved a la mano abierta, como hacía Bud Spencer.
El técnico de Telefónica se merece una hostia de padre. Y también tu vecina cotilla, y la niña hijaputa de "La Calumnia".
Y Benjamin Linus, y los jefes, y todos los cobardes que pegan a los débiles y a los indefensos.
Y Benjamin Linus, y los jefes, y todos los cobardes que pegan a los débiles y a los indefensos.
Porque lo apropiado en esta violencia venial del bofetón es que se produzca entre iguales. El abuso ya no nos gusta tanto.
El gran tortazo de la pantalla fue el que se llevó Rita Hayworth en "Gilda".
Ella, una señora un tanto masoquista, lo estaba pidiendo a gritos desde el principio de la película. El striptease fue el colmo, y Glenn Ford le dio manita en el backstage.
Ella, una señora un tanto masoquista, lo estaba pidiendo a gritos desde el principio de la película. El striptease fue el colmo, y Glenn Ford le dio manita en el backstage.
Los espectáculos del cachete rojo se viven mejor en los culebrones.
Pura risa es lo que producen Claudia y Sammy Jo cuando se enzarzan en un festival de tortas en el maravilloso mundo de "Dinastía".
Cuatro soberanos plafs le da Jack Nicholson a Faye Dunaway en "Chinatown" para que deje de mentir.
Pura risa es lo que producen Claudia y Sammy Jo cuando se enzarzan en un festival de tortas en el maravilloso mundo de "Dinastía".
Cuatro soberanos plafs le da Jack Nicholson a Faye Dunaway en "Chinatown" para que deje de mentir.
La Dunaway se desquitaría en "Querídisima Mamá", cuando protagonizó un desternillante duelo de mano alzada con Diana Scarwid.
Las mejores tortas de los últimos tiempos son, indudablemente, las que el gigantesco Marshall le propina a Barney en "Cómo Conocí a Vuestra Madre". Evidencian que una hostia bien dada puede relajar hasta al que la recibe.
Las mejores tortas de los últimos tiempos son, indudablemente, las que el gigantesco Marshall le propina a Barney en "Cómo Conocí a Vuestra Madre". Evidencian que una hostia bien dada puede relajar hasta al que la recibe.
Sin ir más lejos, yo soy el primero que se merece unas cuantas tortas.
Ahora que tú y yo estamos en pleno coito, aderecemos el asunto con una buena nalgada. Venga, como un tomate. Oh, my.
Siiiii¡Viva el cachetón mano vuelta!YO tb me merezco una de vez en cuando, y son incontables a l@s que se las daría.No duele tanto como una piña y espabila más.jajaja
ResponderEliminarA veces, es usted muy intenso, Mr. Montez. ;)
ResponderEliminarjajajajajaja!!!!!!!!!
ResponderEliminarLord Alfred.
¡Enhorabuena! Es una sana costumbre que hemos de reivindicar, sí, nada que ver con los malos tratos, es un desahogo, un reajuste, entre iguales.
ResponderEliminar(Aunque sea políticamente incorrecto, te invito a que un día repases las tandas de azotes en el culo del cine o la TV, seguro que lo haces muy bien, y tendría su morbillo...)
Uh, qué de tortas tengo que repartir por aquí, qué maravilla.
ResponderEliminarBuena idea, Justo. Queda apuntada.